Las cosas de la vida, mientras en los Estados Unidos y muchos países
europeos tienen superávit de vacunas, en nuestro país, las que tenemos están
contadas y reservadas para que a los que ya les toca el turno de vacunarse
contra el COVID vayan por la aplicación del biológico y estos no las usan. Sin embargo, en muchos
de esos países y con campañas que incentivan la vacunación, muchos no han
querido asistir a la cita para aplicarse la vacuna contra el COVID. Es una
situación que se acentúa y crece en medida que las personas son de menor edad,
tal vez sintiéndose muchos de ellos inmunes a este horrible virus que solo
quien lo ve de cerca sabe lo terrorífico que puede ser.
En la viña del señor hay de todo, hay personas que suplican o piden que
la vacunación sea masiva, que se abran las edades y se unifiquen etapas para
que todos puedan aplicarse una dosis de esperanza y superar esta horrible
pesadilla que nació en china en diciembre de 2019.
A pesar de todas las dificultades el gobierno colombiano ha logrado que el plan de vacunación avance, a tal punto que ya se tiene aberita la etapa de personas entre 35 y 39 años, muy seguramente en pocos dias se abrira el quinquenio que sigue. Le ha tocado recurrir a la farmaceutica china SINOVAC en la cual se cimentó gran parte del proceso de vacunación de los mayores, y ahora el gobierno Norteamericano le salva la papeleta con donaciones, 2.5 millones de vacunas de Janssen que aceleraron fuertemente la inmunización y ya vienen en camino 3.5 millones de vacunas de Moderna.
Mientras en el mundo no avance la vacunación, que se hace desigual en el
continente africano respecto a Europa o a Norteamérica, seguiremos teniendo fábricas
de nuevas variantes de un virus que se resiste a desaparecer con la
complacencia del ser humano y su estupidez al rechazar el arma que puede
acabar y ayudar a pasar esta horrible noche.
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