viernes, abril 26, 2024

La ciudad mal educada

Hace unas semanas se publicó un informe que mide en las principales ciudades de Colombia la percepción de mala educación de las personas que habitan en ellas. Y para sorpresa de algunos el primer puesto se lo ha llevado la ciudad de Santa Marta. Un logro a pulso para los gobernantes que han pasado a lo largo de los casi 500 años de fundada y que se ha ganado este lugar con el poco sudor de sus dirigentes.

Hay una vieja inquietud de conocer que es lo más importante en una empresa o en una organización, y muchos responden de manera atrevida que es el talento humano, este dilema lo zanje hace unos años con la respuesta de un excelente gerente que tuve el placer de conocer y que fuera mi jefe, cuando me dijo que lo más importante en una empresa siempre será el estilo de liderazgo de quien la maneje. De ahí para abajo se tiene muy clara la línea en la que esa organización se moverá. Y como siempre, todo lo veo de manera holística y empresarial, he de decir sin temor a equivocarme y aunque levante muchas inquietudes, que lo más importante viene de quienes están al frente de la ciudad.

Pasa en la historia que los gobiernos de izquierda en Colombia han sido manejados por gobernantes que encuentran en el odio de clases y entre lo que ellos llaman buenos y malos la división que necesitan para ser los amos y señores, para gozar de poder y hacerse los nuevos ricos. Recurren al levantamiento de las clases, al llamado a la calle y marchas para hacerse escuchar. 

Dos discursos iguales, el de Daniel Quintero de Medellín y el de Carlos Caicedo en Santa Marta. En eso se parecen a Gustavo Petro, un tono de división entre clases para llegar al poder, sabiendo que hay más pobres que ricos, sabiendo que el resentimiento de quien no tiene para comer le da para odiar a quien pueda estar en la cima. Eso es perfectamente el discurso retrograda que cala hoy en nuestro país. Petro, Caicedo y Quintero hacen parte de esa generación de políticos que se lucran con lo que tanto critican, hablan de mafias y montan clanes de cada uno de ellos para perpetuarse en el poder.

Petro se dedica a gobernar por Twitter, mientras tanto a cuanto evento tiene programado falla y no asiste, es más relevante estar tecleando en su celular y cazando cuanta pelea se le atraviese, en eso es experto el presidente de Colombia. Esto influencia mucho en sus seguidores ciegos, sordos y mudos.

En el estudio realizado por la reconocida plataforma de aprendizaje de idiomas, Preply, encontró que Santa Marta es la ciudad con el comportamiento ciudadano menos apropiado de Colombia, seguida de Bogotá y Cali. Santa Marta encabezó la lista por prácticas como dejar vehículos mal parqueados, obstruir el paso al tráfico, no recoger las heces de sus mascotas, y no respetar los semáforos. Lo que se vive a diario en la ciudad que durante doce años estuvo subyugada a un líder mesiánico. En Santa Marta no existe la cultura ciudadana, sobre todo cuando de motociclistas se trata, quienes se atraviesan en los semáforos, se pasan a los vehículos en giros prohibidos, van 3 y hasta 4 personas en moto y claro sin el respectivo casco que los proteja.

Este análisis sugiere una reflexión sobre la importancia de la educación ciudadana y el respeto por las normas de convivencia en el espacio público. Resalta, además, la relevancia de promover comportamientos cívicos positivos en todas las ciudades y municipios del país, para incrementar sus niveles de calidad de vida y mejorar las relaciones entre vecinos. Resalta como una ciudad puede ser premiada o reconocida por semejante distinción. Una ciudad que va sin capitán en la deriva, en donde los de antes y los de ahora se pelean en público y se abrazan en privado, en donde pareciera que no existiera gente capacitada para sacar adelante a la ciudad, aun sabiendo que tienen el honroso y penoso puesto de ser la ciudad mal educada.

 


viernes, abril 19, 2024

Intervéngase

¡¡¡Exprópiese!!! Frase célebre de Hugo Chávez Frías en Venezuela, un presidente que pateo el tablero y cambió el destino del país más rico del vecindario, llenándolo de ruina y miseria para sus ciudadanos, pero de mucho dinero para su círculo cercano. Ocurre siempre que aquellos que anhelaron el poder lo lograron, cambiaron todo para su favor, cambiaron todo como lo soñaron y de esa forma, Venezuela se convirtió en el país que generó la peor crisis migratoria de la historia reciente en América.

La falta de autonomía del Banco Central, la hiperinflación, y políticas erradas del fallecido expresidente Hugo Chávez y el actual mandatario Nicolás Maduro resaltan en la lista de causas de la crisis del país suramericano. Todo ha sido consecuencia de la política expropiacioncita del régimen de caracas. En el año 2005, el Gobierno de Venezuela, comienza una serie de expropiaciones de empresas ya que se trata de activos esenciales para el desarrollo endógeno de las regiones. Las empresas expropiadas en estos primeros años eran empresas medianas con actividades que no necesariamente eran estratégicas para el Estado. Años más tarde se inicia una nueva etapa de nacionalización de sectores de la economía que el Estado consideraba como estratégicos, concretamente los sectores de telecomunicaciones, electricidad, cemento, acero, energía y servicios asociados a la industria petrolera.   

En Colombia, el gobierno de Gustavo Petro ha iniciado una política de intervención de EPS, cajas de compensación, acueductos y droguerías o farmacias, en las cuales pretende por medio de la política de intervención que el gobierno asuma el control y funcionamiento de estas entidades. Petro, toma de lo privado para darle manejo con sus amigos del gobierno, complacer la cuota burocrática y apetitosa que puede generar manejar billones de pesos y a su vez implementar su fallida reforma a la salud que hace un par de semana fue enterrada en el congreso.

En 2006 el gobierno venezolano decidió que la estatal petrolera venezolana fuese poseedora de la mayoría accionaria de las empresas dedicadas a la explotación de hidrocarburos. Entonces, se promulgó el Decreto Ley de Migración a Empresas Mixtas de los Convenios de Asociación de la Faja Petrolífera del Orinoco en 2007, en el que se planteaba que en ausencia de un acuerdo el Estado asumiría el control de la actividad.  Exxon interpuso una demanda y en octubre de 2014 el CIADI fallo a favor del Exxon obligando a Venezuela pagar 1600 millones de dólares, a su turno Venezuela pidió la revisión del fallo, pero finalmente en junio de 2015 el tribunal desestimo el pedido de revisión venezolano. El dinero que finalmente salió del pueblo venezolano, cosa que en su momento pasaba desapercibida y no parecía ser premonitoria a la desgracia del pueblo venezolano. ​En enero de 2007, Chávez anunció la intención de su gobierno de nacionalizar compañías de electricidad y telefonía, y tomar el control de varios proyectos petroleros que tenían inversiones extranjeras importantes.

La historia parece repetirse en lo que podríamos decir una expropiación blanda, palabras del gobierno Petro que habla de golpe blando. Las intervenciones que realiza el estado rara vez conducen a mejora en el servicio y terminan en quiebra de la entidad, toda una crisis que es propicia generar por Petro para en el caos poder lanzar su constituyente, todo un genio el presidente para el que las formas no importan sino el fondo. En Venezuela la frase fue expropiese, en Colombia se torna de moda intervengase. Y mientras los escuderos y fieles de Petro estén a su lado escuchándolo predicar lo que predica se sentirá el mesías prometido como gusta en la izquierda y de esos personajes peligrosos que cambian el rumbo del país para donde no podemos predecir, pero a donde no queremos llegar muchos.


miércoles, abril 10, 2024

Así empezó la desgracia venezolana

 Cuando todo va mal, es seguro que puede ir peor. Ese viejo refrán aplica completamente a la situación del país, el cambio que se quería hacer sacando por fin a los que siempre habían gobernado termino otorgándole el poder a un egocentrista, mitómano y mal administrador. Una persona que había demostrado en la alcaldía de Bogotá que no es capaz de unir ni ejecutar, sino por el contrario de dividir y tener una baja capacidad de ejecución de un plan de gobierno y del presupuesto.

En Venezuela, hace 25 años quisieron un cambio con un llamado líder revolucionario, que fue capaz de revolucionar a un país próspero económicamente y todo un continente con la mayor crisis migratoria que se pudo dar a inicios de los años 2000. Chávez, en su época quería cambiar todo para darle al pueblo lo que merecía, en palabras de Chávez la oligarquía venezolana no era el camino. Y así, fue capaz de crear una nueva constitución que lo llevó a estar en el poder hasta el día de su muerte por cáncer y que fue capaz de cimentar una estructura llena de militares en el poder y de amigos corruptos para tener hoy a un chofer del metro de caracas como presidente. 

Gustavo Petro, durante toda su campaña siempre hizo alarde de que no tenía pensado modificar la constitución, que su bandera es precisamente la misma constitución que en palabras de Petro el ayudó a construir. Sin embargo, al darse cuenta que el país no funciona como se lo imaginó, en base a caprichos o sin consenso, y de no ser capaz de construir una coalición con el congreso, Petro sale a las calles del país a buscar la llamada constituyente, una caja de pandora peligrosa que ni Uribe en su mejor momento de popularidad se atrevió a abrir, y que Petro echa a rodar, aun consciente de que no lo podrá logra fácilmente pero le permite hacer campaña y dejar se gobernar, fiel a su estilo peleonero y tendencioso que lo hizo famoso como senador, pero que como presidente no le queda bien.

La desgracia venezolana comenzó con un llamado cambio, siguió con una constituyente, y los poderes que se le otorgaron a Chávez, un fenómeno como líder mundial, algo que Petro pretende imitar, un modelo marcado a no repetir y en el que muchos creíamos no podía pasar. Pero hoy, nos damos cuenta de que el modus operandos de quien llega al poder es no entregarlo, pensar que en 4 años no se cambia lo que 200 años de poder en las otras manos han dejado. Tener a su lado a una línea radical que le ayude a repetir que el problema es de antes, y que los privados son un cáncer, echarle el agua sucia a quienes dan trabajo con capitales extranjeros o nacionales, generar odios y luego sentar las bases para reelegirse, es un modelo fracasado como lo demuestra Venezuela, es un modelo que Petro pretende imitar con su llamado a constituyente, la misma que tantas veces negó que haría y que hoy parece una realidad al recorrer diferentes ciudades y universidades pregonando el llamado al pueblo para que sepan que él se hace llamar el mesías que cambiara todo.

Así empezaron a padecer en Venezuela hace 25 años, con un outsider que terminó siendo el enterrador de la economía más prospera de América latina, quien dejó como heredero al chofer del metro de Caracas y de donde hoy no se ve salida, en Venezuela no hay democracia pese a las lavadas de cara que pretende hacer el canciller Murillo y el presidente Petro, allá solo se atienen a un poder que se sustenta en no tener un opositor, porque las encuestas en un sistema electoral deprimido y coartado por el chavismo de maduro les permite seguir reinando, tal como Petro pretende en un país en el que algunos incautos creen que las cosas van bien y en el que la mayoría sabe que las cosas van muy mal.

jueves, abril 04, 2024

Un tiro al pie

 Hace un par de años en pleno gobierno de Iván Duque y pasando por una pandemia, el país pedía a gritos un cambio de rumbo, un giro de 180 grados que sacara del poder a los que por siempre habían gobernado, es así como en las elecciones del año 2022, pasaron a la segunda vuelta dos personas que rompían el molde de lo tradicional, por un lado el político de izquierda que se hizo su fama con las denuncias por el paramilitarismo en la política y que como alcalde de Bogotá fue un pésimo administrador y por otro lado el outsider Rodolfo Hernández, quien decía que luchaba contra la corrupción y de eso hizo su bandera, para luego terminar encarcelado por corrupto, cosas que solo pasan en Colombia.

Un político de izquierda quien por primera vez en más de 200 años de vida republicana llegaba con opción de triunfar y lo logró, en una democracia que el mismo Petro y sus amigos por de bajean, pero que lo llevo al palacio de Nariño. Petro era para muchos un aire fresco de cambio, una oportunidad que se debían los colombianos, lastimosamente esa oportunidad cayó en las peores manos, en las manos de un egocéntrico, un prepotente y radical político de izquierda, quien tiene una visión de país que se aleja de lo que representa Colombia, tan radical que solo ve cabida a sus pensamientos y con ello se lleva por delante lo que no se parezca a lo que sueñan para el país.

En esas épocas electorales, conversaba con un buen amigo acerca del candidato por el que votaría a las elecciones presidenciales del año 2022, y recuerdo muy bien que estaba tan mamado de Duque y lo que representaba en ese momento, que su voto decididamente seria por el cambio con Petro, y que sabía que podría ser un tiro en el pie, un tiro quizás más arriba en la rodilla, pero que estaba dispuesto a asumir el cambio de frente político en la casa de Nariño.

Petro se enfrascó en cambiar por completo el sistema de Salud de todos los colombianos, sistema que muchos entendemos debe modificarse y mejorarse, pero no borrarse y hacerse a la imagen y semejanza de un político como Petro, de ahí que el gobierno utilizara toda su artillería más dulce en la Cámara de representantes, en donde logró pasar una reforma que no tiene aval financiero y que no monta un sistema sino muchos deseos de la izquierda tradicional. En el senado la suerte no fue la misma y le archivaron la famosa reforma, de ahí que Petro haya disparado al pie de todos aquellos que le votaron en el 2022 y comenzara desde ya su plan de expropiación al estilo de su líder favorito Hugo Chávez, interviniendo EPS como Sanitas por ser de un grupo español y continuando con la EPS en la que el gobierno es socio y es las más grande, Nueva EPS, Cada día que pasa esperaremos que Petro siga interviniendo las EPS y terminando de colapsar el sistema de salud, llevándolo a la quiebra para generar zozobra y caos, buscando quizás la salida que espera para continuar en el poder, una asamblea constituyente mediante un decreto de conmoción interior. El sueño de Petro es aplicar la fallida reforma a como de lugar, y parece que una opción es tener el control de las EPS en el gobierno y comenzar con su sueño.

Y si, el tiro no fue en el pie, quizás llevar a un político como Petro al poder es un tiro en la rodilla, un tipo que juro sobre piedra que nunca expropiaría o convocaría una constituyente y que ya hace las dos cosas, un tipo con mala ejecución presupuestal, que no logra consensos y que tiene al país con la inseguridad por las nubes, un gobierno que le ha entregado a los actores en armas todas las prebendas posibles en pos de su llamada paz total, en la que su Comisionado de paz es capaz de decir que es normal que las disidencias de las farc se organicen mejor, o que su ministro de defensa diga que es problema de esas disidencias y no del gobierno, Colombia se pegó un tiro en la rodilla con Petro en la presidencia y de eso no cabe dudas.

 


La ciudad mal educada

Hace unas semanas se publicó un informe que mide en las principales ciudades de Colombia la percepción de mala educación de las personas que...