martes, marzo 12, 2019

Porque te quiero te aporreo

Eso que llaman sentimiento grande, eso que dicen ser una pasión no puede convertirse en un motivo para agredir a otras personas. 
Luego de estar con el equipo amado por más de 13 años en la segunda categoría del fútbol colombiano, esa categoría que no visibiliza a los equipos sino hasta el final de temporada, esa en la que se corre más, en la que es más duro viajar, asistir a estadios completamente desolados. Ahí vivió el Unión Magdalena y casi se hizo dueño de un pedestal porque no era capaz de salir de ese infierno. Y ahí muchos lo sufrimos, las burlas del eterno rival, los Junioristas, esos hinchas tan acomodados que son fieles en las buenas y jodidos en las malas. 

Lo ocurrido en el aeropuerto de Santa Marta esta semana termina siendo un acto bochornoso, y que como samario e hincha del Unión Magdalena duele en el alma, duele que personas (llámese chirretes) lleguen a ofender a los jugadores, y duele más que esos mismos jugadores llegan a ofrecer trompadas e improperios, así como lo hicieron Julio Murillo y el Caballo Márquez. Con ese estilo no van por un buen camino, y seguramente no hay persona que este más dolido que los mismos jugadores, quienes cuando salen a la cancha solo piensan a ganar.

Creen estos chirretes que el amor se transmite con ofensas y golpes, así como esos personajes que levantan a trompadas a las mujeres, sabiendo ellos que esas mujeres siempre estarán ahí para ellos, porque aunque no les guste los golpes, les encanta estar al lado de esa persona que tanto las maltrata, el amor no se transmite con este tipo de actos.  Estos mal llamados barristas no entienden que el equipo no necesita que le tiren piedras, o que les lancen insultos.

Este Unión Magdalena que nos puso a soñar y transformó ese sueño en realidad, no ha podido este año salir de ese bache futbolístico que implica regalar un gol por partido. Se sigue jugando con el mismo equipo de la B en la categoría que queríamos estar, y justo cuando llegamos no se trae o se cuenta con jugadores que aporten. El nivel futbolístico del equipo no es del todo malo, porque el unión no juega mal en todos los partidos, pero regalando gol por partido es muy difícil. Sobre todo con la planificación que realizaron en las directivas con el técnico, al traer jugadores que no rendían en otros equipos.

Se viene el clásico el domingo, y esperamos que los chirretes de ambos equipos no se citen a hacer desordenes, porque estos personajes demuestran su amor como el tipo que golpea a la mujer, así con ese mensaje como te quiero te aporreo y te golpeo. Esperemos que el próximo partido el equipo recupere la memoria futbolística que tenía el año pasado, cuando lucia como un equipo sólido con un artista del gol, el caballo.


Perlas:

  • Si quieres estar enterado de las novedades en mi blog, suscribete en el icono SEGUIR.




sábado, marzo 09, 2019

Abusar es tan normal

Como todos los años pasa, este año no tenía por qué ser la excepción. Sobre todo en una sociedad acostumbrada a que lo normal es lo que siempre ha ocurrido. Es así, como en estos carnavales que han pasado, se vieron abusos por montones en los cobros de las carreras de taxi en la ciudad de Barranquilla. Carreras que normalmente cuestan entre 6 mil y 8 mil, los amigos taxistas se daban el lujo de cobrar en 15 mil o 20 mil, y todo porque veían en la gran demanda una oportunidad que no ven en todo el año.

Era sábado por la noche y la escases de taxis en el norte de la ciudad de Barranquilla hacia que ríos de personas se vieran caminando por las oscuras calles, incluso hasta altas horas de la madrugada. Y claro con tanto cliente el servicio debía subir de precio, o al menos es lo que los taxistas manejaban como la ley de la oferta y la demanda, sin Dios ni ley, o sin autoridad que regule esos valores.

Y es que ya va siendo hora de que en la ciudad que ha crecido a millones en los últimos años, se regulen las tarifas de los amigos taxistas, y lo digo en pos de generar la opinión y de que el hecho de negociar una carrera de taxi de acuerdo al marrano sea lo cotidiano o lo normal. 
Gracias a la tecnología existen aplicaciones que permiten generar el cobro de una carrera, al estilo de aplicaciones como Cabify o UBER, luego se preguntan los amigos taxistas porque la gente los deja a un lado para tomar una carrera con estas plataformas tan solicitadas en las grandes ciudades. A eso debemos apuntar en Barranquilla, ya el taximetro es cosa del pasado, por eso vivimos en la época de la transformación digital.

Colombia que vive de lo cotidiano, de lo que es común aunque no sea normal, pero lo toma como normal, el país en donde los medios colocan de que hablaremos hoy y mañana, y nos hacen olvidar de la corrupción de odebrecht, los muertos por cianuro y todo lo que conlleva, total es más fácil seguir hablando de las FARC que hablar de un país que puede progresar. En la hora de abusar, nadie se salva, hay abusos por montón y como colombianos seguimos viéndolos como normales, es nuestra cultura y educación, solo cuando nos toca la puerta nos hacemos los ofendidos, quizás por eso no nos importe el campesino al que fumigan con glifosato o las personas que viven en estas zonas, no es con nosotros, no vivimos en el Cauca, o en Nariño. Pero si nos duele cuando el taxista abusivo se desquita de su mala suerte en temporada normal, y quiere sacar en tres días de carnaval el producido de todo el mes o de todo el año. Vivimos como merecemos, y abusan de nosotros en la hora indicada, es la hora de abusar cuando es lo común y lo normal.


Perlas:

  • Escuchando y leyendo a periodistas de la clase de Luis Carlos Velez, termina uno de entender claramente porque en campaña jugaba con Duque al Rock Challenge.
  • Siguen las mentiras desde la alcaldía de Santa Marta, el estadio sierra nevada, ese que lleva mas de un año sin terminarse y que se uso para los bolivarianos, y luego para el unión, sigue sin luminarias y con las precarias y pésimas condiciones de acceso, ya basta alcalde. Pongase serio.




La ciudad mal educada

Hace unas semanas se publicó un informe que mide en las principales ciudades de Colombia la percepción de mala educación de las personas que...