lunes, diciembre 22, 2025

Vivir sabroso entre bandidos: La herencia de un cambio que no llegó

Época de reflexión y de análisis del año que terminó, época para analizar también los más de tres años de gobierno de Gustavo Petro en la presidencia y los tres años de una oposición desordenada y sin rumbo. El país no va bien, pero eso parece no sentirlo el ciudadano de a pie, antojado de seguir cuatro años bajo un gobierno de izquierda, modelado en la figura de Iván Cepeda, famoso por ser el que hizo que Álvaro Uribe fuera a la cárcel aunque nadie lo creyera. Álvaro Uribe ha sido un personaje oscuro y con muchas tachas en su vida pública; la mayoría de sus colaboradores terminaron en la cárcel, y el 30% del Congreso, cuando fue presidente, fue condenado por paramilitarismo en una época en la que se aplaudía a Salvatore Mancuso en el atril del Congreso, y en la que el mismo Uribe decía que los congresistas debían seguir votando sus proyectos mientras no estuvieran en la cárcel.

Hoy, en el gobierno de Gustavo Petro, la situación no parece ser diferente. Petro tiene colaboradores muy cercanos en la cárcel por escándalos de corrupción; los últimos en caer, los exministros Bonilla y Velasco, dos personajes que se la jugaron por Petro para pasar proyectos en el Congreso, con tan mala suerte que los cogieron con las manos en la masa y los enviaron a la cárcel mientras se viene su juicio. En campaña, Petro decía que su gobierno en tres meses firmaría la paz con el ELN; la situación hoy, tres años después, es que el ELN parece fortalecido, producto de un proceso de paz que lleva el senador y candidato de la izquierda Iván Cepeda, paseando por el mundo, dialogando con estos bandidos que son capaces de paralizar el país ante la mirada impávida de un ejército desmoralizado, cuyo jefe es hoy un exguerrillero y quien ha tratado por todos los medios de darle más y más prebendas a los bandidos de este país, a ver si le cogen la mano para firmar un acuerdo de paz, algo que muy seguramente no va a ocurrir antes del 7 de agosto de 2026, fecha en la que finalizará el periodo de un gobierno que nunca cumplió con sus tiempos. Un gobierno que no ejecuta y que busca más y más recursos para seguir engrosando la pesada nómina estatal con la que sostiene una alta burocracia para armar un ejército de votantes que sean capaces de seguir montando presidentes de la izquierda.

Que la derecha, que la izquierda... este país tan radicalizado y maltrecho por un modelo de gobierno en el que los paramilitares mandaron y otro modelo en el que mandan todos los bandidos, incluyendo paramilitares como el Clan del Golfo, los Pepes y las disidencias de las FARC y el ELN; un verdadero tutifruti que antoja a la misma izquierda para seguir en el poder "viviendo sabroso", pero que como todo modelo de gobierno radical no promete un verdadero beneficio para el país. Y es que en Colombia parece que cambiamos de collar pero el perro sigue siendo el mismo, un animal rabioso que muerde siempre al que trabaja. Petro, que se subió al atril con el dedo levantado señalando la podredumbre ajena, hoy se rodea de una burocracia ciega que solo sabe pedir más impuestos y más reformas, inventándose emergencias económicas para meterle la mano al bolsillo a una clase media que ya no aguanta un 5 x mil ni una subida más de la gasolina para financiar una política que no se ve en las calles.

Ahí está la clave del juego: ese ejército de votantes que están armando con la nómina estatal para que el modelo de izquierda con Iván Cepeda se perpetúe, vendiéndonos una falsa paz total de papel mientras el ELN se burla del país en cada mesa de diálogo y los bandidos pasean por el mundo con gastos pagados por el Estado. Colombia está hoy en ese limbo peligroso donde el radicalismo de Petro nos quiere llevar a un abismo de estatismo, mientras la derecha no atina a dar pie con bola, dejando el camino libre para que en el 2026 nos vuelvan a recetar otros cuatro años de este experimento fallido. ¡Ay, Dios! Salva a tu Colombia y aléjanos de los extremos que mandan en las encuestas, personajes que nos seguirán llevando al radicalismo, golpeando el bolsillo de la clase media con medidas desesperadas. Con Benedetti al mando y los de siempre moviendo las piezas en la oscuridad, cualquier cosa puede salir mal para el futuro de nuestra patria.

No hay comentarios.:

¿Mínimo para quién?

Aproximadamente 2,4 millones de trabajadores colombianos reciben un ingreso igual al salario mínimo legal vigente (SMLV), lo que equivale a ...