miércoles, abril 24, 2019

El sicario moral

Colombia es ese país en el que personajes  influyentes y con poder no miden las consecuencias de sus palabras, o tal vez las conozcan y prefieran ver correr más sangre y más odio que cualquier otra cosa. Total, en el mal llamado centro democrático crecen y viven con la guerra, de eso se alimentan, del odio del colombiano y la rabia que produce la barbarie. Eso logra que personajes como el senador Carlos Felipe Mejía y la Doctora Cabal tengan votos, y ni hablar de los llamados paolos dirigidos por la senadora Paola Holguín.

Grave lo que ocurrió esta semana, el senador Uribe luego de una intervención de Gustavo Petro en la que mencionaba como los paramilitares en el gobierno de Uribe tuvieron o tenían prebendas luego de los acuerdos de ralito, como hacer del narcotráfico un delito conexo del conflicto, y que hablar de los colados narcotraficantes que se le metieron en los listados al entonces comisionado de paz, el doctor ternura, eran las épocas doradas del Uribismo, aquellas en las que el 40% del congreso era de los paracos, esos mismos que buscaban por medio de leyes legalizar su barbarie, poder y dinero recaudado con el narcotráfico, y seguir saqueando al país mientras en el monte se seguían matando los hijos de los campesinos, entre soldados y guerrilleros, ambos paridos de una nación pobre. En esa época, en la que Uribe vociferaba lo que es su talante, decía el entonces presidente que mientras no estuvieran presos, los congresistas debían votar sus proyectos. Válgame Dios, un bandido suelto era un amigo más del gobierno de entonces, y así lo decía su máximo líder.

El ahora senador Uribe se fue con todo contra su principal contradictor en el congreso, lo llamo sicario moral y luego le repitió la dosis de infamia tres veces, al decirle: Sicario! Sicario! Sicario! con gestos de rabia, entre los aplausos y vítores de sus seguidores, Carlos Felipe Mejía y la señora Paola Holguín. Total para Uribe es mejor 80 veces tener a un guerrillero armado en el monte que tenerlo en el congreso refutándole y diciéndole lo que no le gusta oír. Entiende Uribe que el único que puede difamar es él, así como trato a Santos de tramposo, mentiroso, luego a Daniel Samper Ospina de violador de niños, a Daniel Coronel no lo baja de mafioso, pero cuando se meten con su gobierno, en el que claramente se favorecía a los paramilitares se va con todo, y el único argumento que le queda cuando se han perdido la razón es el insulto.

Quien es realmente el sicario moral en Colombia?, aquel que con sus palabras enciende el país y prefiere a los guerrilleros con el fusil en el hombro, dando plomo en el monte, colocando bombas en las ciudades y haciendo retenes, así quizás de esa forma vuelva su popularidad, esa que crecía con sus acciones militares como la operación Orión en Medellín, aquella en la que los paramilitares daban ordenes al ejercito sin ruborizarse, ese es el país que no conocen o que prefieren quienes aplauden y vitorean al hoy senador que llama sicarios y se le olvida que marcho con el mayor sicario del país, alias Popeye, cuando pedían la renuncia de Santos al que no bajaban de tramposo. Válgame Dios!!!


Perlas:
  • Santa Marta ciudad dos veces santa, en medio de la guerra del poder entre Caicedo y los cotes y estos ayudados por el gobierno de Uribe quien con el subpresidente Duque, no es capaz de nombrar el reemplazo de Rafael Martinez de la terna que tiene.... Asi estamos...
  • Hazte suscriptor de este blog.

domingo, abril 21, 2019

Entre peaje y peaje

En la carretera que comunica a Santa Marta con Barranquilla hay apenas 91 Kms, de esos en el trayecto se contabilizan 5 cámaras de control de velocidad, tres de estas en apenas 40 kms de viaje, en donde se nota a leguas que la intención es cazar al desprevenido que exceda la velocidad en esos sectores. Sin embargo, y pese a pagar la módica suma de 22800 pesos en menos de 46 kms, se nota la ausencia de normas o controles que regulen el tráfico en una de las carreteras más peligrosas del país.

Por más que esté como una cinta asfáltica reluciente, en este tramo pierden la vida muchos colombianos por las imprudencias de otros tantos que creen que la velocidad en esta carretera es un requisito, pero sobre todo de aquellos que no tienen sentido por la vida, cuando de manera desmedida o consciente invaden el carril contrario a altas velocidades, lo hacen en plena curva o en las pequeñas rectas que se encuentran entre peaje y peaje. Es ahí, justo en ese sector donde no existe regulación por parte de autoridad alguna y todo queda a la de Dios y a la de la gobernación  del Magdalena, que con cámaras y las cámaras se llena sus arcas todos los días.

He visto a lo que la muerte llama en esta carretera, hace algunos años presencie en vivo y en directo el dolor que produce un accidente, así no se conozca a quien muere, pero ver a la persona entre las latas retorcidas de un viejo carro, solo puede dejar en el corazón y en la cabeza el olor a muerte, más en un tramo que se transita con tanta frecuencia en mi caso, y en el que solo al tocarnos muy cerca un accidente volvemos  a sentir lo que es el dolor, lo que es vivir de cerca algo a lo que nos enfrentamos los que transitamos por esa vía tan peligrosa en la que no existe seguridad y no se cuenta con la autoridad.

Ver como luego de tres horas de que ocurra  un accidente tan doloroso, la carretera se congestiona, y demorar dos horas y media en un trayecto que toma normalmente 35 minutos, todo porque en este país del sagrado corazón existe la ley del hampa, la ley del más vivo, la ley que seguimos a quien le roba los platanitos y ordena al que no gobierna, al que le da en la cara marica, ese mismo discurso asqueroso que nos carcome como sociedad y hace que se invada el carril contrario o se corra a 80 kilómetros por hora por el lado derecho, todo porque no pueden esperar y hacer la fila como lo hacemos quienes aún tenemos un mínimo respeto por la ley, ley que esta más que ausente en el país del gran Colombiano.

Entre peaje y peaje, no se paga seguridad vial, se paga por transitar en un tramo mal construido, hecho sobre una reserva ambiental como lo es el parque natural isla de salamanca, ese con el que han acabado y que sigan acabando día a día con las quemas, ese en el que tiraron miles de millones para solucionar el problema del kilómetro 21, en el que curva tras curva se enfrenta o se juega la vida con la muerte, y más con licencia para morir, porque toca pagar dos peajes en tan corto trayecto.

Perlas


  • Fuerza a las familias que han puesto muertos en este trayecto tan peligroso.


sábado, abril 06, 2019

El país de los perseguidos


En nuestro país se ha impuesto la moda de convertirse en perseguidos políticos y más en usar las instituciones públicas para beneficio propio. Desde que Uribe le quisiera dar en la cara a la mechuda por marica, y luego declararse perseguido de la justicia, todos sin excepción, sea izquierda o derecha se han declarado  en unos perseguidos.

Se volvió costumbre que cuando la justicia no está acorde a lo que espera el juzgado este se declare un perseguido más, y el ejemplo mayo lo ha colocado el gran electro de Colombia, ese personaje capaz de colocar presidente a un político que no tenía experiencia alguna administrando, pero que gracias a las mentiras del castrochavismo y con la promesa de no ser Venezuela logró colocarlo como presidente.

Y es que se ha convertido en un espectáculo la justicia Colombiana, la fiscalía en manos del que era el estafeta del grupo económico más poderoso de Colombia. Un personaje que por sus cualidades éticas y morales debería estar impedido para estar en el cargo más poderoso de la justicia, pero que igual gracias a sus amigos poderosos y políticos llega a la fiscalía, no habla bien de un país, no habla bien de nosotros como ciudadanos, y no habla bien de quien lo postulo y de quienes hoy son sus aliados y amigos.

Hoy con todos los escenarios de polarización, los de cada lado se sienten cada vez más perseguidos por el otro bando, y así un país no puede surgir, quedamos atrapados en la lucha de poderes de quienes cuando ostentan el poder se creen con la autoridad moral de acabar con el otro y de quienes toda su vida han estado en el poder, haciendo de las suyas, acabando con este país de la mano de actos corruptos. Al final somos un país inviable, pero sobre todo un país que duele. 
No entendemos aun muchos, como llegamos a tener a un Presidente de la república que no tenía preparación para este cargo, y cuyo mérito más grande antes de ser presidente era el ser un joven que fue director de cultura en el BID, algo así como el que organizaba los karaokes y las fiestas en el BID. Y luego se convirtió en el ayudante de Uribe en las clases que el senador dictaba en Estados Unidos, y su imagen más famosa fue ser asaltado por el mismo Uribe en una sesión plenaria del Senado, cuando Uribe le arrebatara el paquete de platanitos de sus manos.

Es así, como terminamos siendo un país de perseguidos, increíble que como Colombianos todavía le creamos el cuento a personajes de la calaña de José Obdulio Gaviria, Mafe Cabal y el mismo Uribe, y por otro lado se sientan perseguidos siempre los que dan papaya para que un tipo como Néstor Humberto los investigue. Este es Colombia, cada día duele más.

viernes, abril 05, 2019

La justicia en las manos equivocadas

La justicia es el principio moral que inclina a obrar y juzgar respetando la verdad y dando a cada uno lo que le corresponde. En nuestro país es el modo mediante el cual los que manejan los hilos del poder se hacen con más poder o con empresas muy favorables que estos personajes ven como están siendo muy rentables para hacerlas suyas en el menor descuido.

Tomar por medio de la justicia empresas que vienen dando resultados, y que tienen una facturación muy alta, para luego mediante figuras como la expropiación así como en Venezuela, hacerlas del estado para saquearlas o vender las acciones al mejor postor, y que ese postor sea el jefe económico al cual se le hacían los mandados no habla bien de lo que es justicia en un país que cada día reconoce menos sus instituciones y cree ciegamente en lo que le diga el mesías que nos puso presidente con el cuento del castrochavismo.

Desde que se creara la fiscalía y el sistema acusatorio, en nuestro país no se es inocente hasta que se demuestre lo contrario, no señor, en Colombia se presume que el acusado es un bandido hasta que no se demuestre su inocencia y así se acaba con su reputación y honorabilidad, salen a hablar personas que desconocen del tema cuando ven una oportunidad de oro para ganar más adeptos o para ver como con su voto en el concejo pueden darle réditos a un amigo poderoso.

El fiscal general  de este país, debió ser Yesid Reyes, así como el presidente de Colombia debía ser Sergio Fajardo, personas con experiencia pero sobre todo, personas probas con grandes cualidades éticas y morales. Lastimosamente se impusieron en el primer caso, el pago de favores del ex presidente Santos y en el segundo caso el miedo a una mentira tan grande como el tamaño del universo, que seriamos Venezuela. De lo cual no volvimos a hablar.

Queda la justicia en manos de quien obra con fines políticos y de poder, olvidando el principio moral que debería tener, quien no tiene las cualidades éticas y morales y que gracias a pago de favores hoy día es el hombre con más poder y quien ve oportunidad de hacer más por sus amigos que por ofrecer justicia de verdad.




La ciudad mal educada

Hace unas semanas se publicó un informe que mide en las principales ciudades de Colombia la percepción de mala educación de las personas que...