sábado, agosto 01, 2020

No hay que cantar victoria

Han pasado más de 4 meses desde que el gobierno decidiera imponer en Colombia el llamado aislamiento obligatorio. 24 de Marzo, día en que se cerraron los vuelos nacionales y se apagaron muchos empleos por guardarnos evitando el coronavirus, hemos pasado por muchas etapas en Colombia, un vaivén de emociones que parecen eternas y que nos tienen cual presidiarios contando los días para que termine esta pesadilla. 

Sin embargo, de aquel cierre preventivo a lo que tenemos hoy ha pasado mucho, hoy en el país tenemos muchos sectores de la economía abiertos, ya nadie se apura cuando el gobierno plantea un mes más de su falsa cuarentena, en la cual lo único que no hemos recuperado es viajar libremente, todo porque el virus ya se hizo parte de Colombia, es tan natural su circulación como cualquier otra enfermedad, con lo extraño de ser una lotería y no conocer quien tendrá que ir a una clínica o quien será el próximo en morir.

 La Organización Mundial de la Salud  advirtió este sábado que la pandemia del coronavirus será probablemente “muy larga”, dura realidad a la que nos enfrentamos, la nueva realidad a la que la vida y el destino nos ha llevado, pensar que hace unos meses vivíamos tantos momentos felices juntos y en familia, hoy por culpa del llamado aislamiento obligatorio no es fácil viajar de una ciudad a otra, entendiendo todas las medidas y siendo consecuente con la reapertura planteada por el gobierno sería lo único que falta.

 En Barranquilla acabamos de pasar por un pico de contagios y muertos, fueron noches oscuras, días difíciles, momentos que ponen a prueba la resistencia, la dureza de los gobernantes locales y de quienes vimos cómo, amigos y conocidos fueron enfermando y otros cayendo en las horribles cifras de muertos. Fueron días duros, todo porque en la ciudad se inició el aislamiento muy relajados, no había pico y cédula, no tuvimos toques de queda, solo hasta el momento de alto contagio se fueron imponiendo medidas más fuertes, esto para evitar el colapso del sistema sanitario. Y eso que Barranquilla cuenta con uno de los mejores sistemas de salud del país. Hoy al pasar el mal rato, el alcalde relaja medidas en busca de conseguir vida productiva, en busca de reactivar una ciudad que llego a paralizarse por unos instantes, y que hoy se ve más viva que nunca, las calles más llenas de gente que antes y el virus ahí  circulando como si nada en un país que sigue metido en un falso aislamiento, que de aislamiento solo ha tenido al presidente guardado en su palacio transmitiendo todas las noches su programa de televisión. 

Colombia apura sus cifras, Bogota, Antioquia y Córdoba son el foco de la pandemia, viviendo noches oscuras y difíciles. Eso pasará en todo el país, en donde los expertos vaticinan muchos picos por ciudades.

No hay que cantar victoria en Barranquilla ni en el Atlántico, momentos duros hemos pasado, pero la cantidad de contagios reportados como cifras oficiales en la ciudad corresponden al 2% de la población total, lo que no representa una posible inmunidad de rebaño. Y por el contrario un segundo pico de contagio podría estar cerca, ya que como menciona el gobierno espera que el país viva un serrucho de contagios mientras llega la anhelada vacuna, por ahora solo seguiremos viviendo lo que el gobierno nacional nos quiere hacer creer o mostrar, gobierna por decretos, consiguió amigos en medio de la pandemia y lo mejor para él, logro tener un motivo de gobierno que hasta el coronavirus no tenía. Lo único cierto es que esto va para largo y que estamos en el sálvese quien pueda.


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