Muchos mal llamados hinchas, que nunca apoyaron al equipo se quisieron
subir en el bus de la victoria, no por eso el Unión Magdalena perdió su tercera
final, porque hay que ser honestos y claros, hoy no jugamos bien, jugamos muy
mal. El equipo careció de actitud, de ideas, y solo a base de un chispazo de
amor propio logro jugar la ruleta de los penales, la misma ruleta que nos
vuelve a costar caro, que nos deja sin nada, porque como siempre lo he dicho en
la B, solo se triunfa cuando se gana un torneo, o mejor aún, cuando se
asciende.
Ver las caras de sufrimiento de los directivos lo decía todo, por cosas
del azar hoy me toco observar el partido del equipo que siento, y por el que
sufro desde niño debajo del palco de los pluma blanca del Unión y ver en sus
rostros impotencia es algo que lo dice todo, creo que ni una llamada al
camerino podía cambiar la situación, por más que se lo insinué a alguno de los
que estaba ahí arriba. Sucedía algo similar a lo que pasa en los aviones cuando
están en emergencia, tú puedes sentir la cantidad de peligro al ver a los auxiliares
de vuelo asustados.
Pero el Unión, no tuvo hoy la altura que la historia le volvía a
colocar, ya no hay más que decir, un equipo armado a gusto de los entrenadores,
que alcanzaron a devolverle a la ciudad algo de lo que le falta siempre, ese
pedazo de pertenencia, porque hoy la gente hizo suyo al Unión, muchos de esos
que se subieron al bus de la victoria en el momento justo y que se tiraron
cuando vieron que la victoria no era la ruta del bus.
Ser hincha del Unión como siempre lo he dicho es una pasión, un
sentimiento, algo que no tiene nombre, porque siempre hemos sufrido con el
equipo, han sido más los momentos malos que buenos en la época que me tocó
vivir, pero ahí estoy, sabiendo que Dios hace grandes a los que el sufrimiento
les duele, que las cosas no son fáciles, ni tenían porque serlas, que hemos
sido víctimas de burlas de más de uno, burlas infundadas en más de un seguidor
de otro equipo que no sabe lo que es sentir la camiseta puesta del equipo
querido en el estadio, porque están más acostumbrados a tener la oreja caliente
con el radio en la casa.
De hoy me quedan grabadas varias escenas, la impotencia de los dueños
del equipo, la impotencia de una seguidora que estaba en el palco, no sé si era
esposa de algún jugador o novia, pero verla llorando al lado de los personajes
que estaban en ese lugar me ratifica que no es como dicen en la calle, que
Eduardo Dávila no quiere que el equipo suba, porque inversión se ha hecho, el
equipo estuvo a un pelo de ganar este campeonato, pero no es culpa de la junta
directiva que tres jugadores dilapiden un penal, de eso solo se ve en equipos
que no están preparados, y lo digo así, porque en las finales y más en esta que
fue tan apretada, se debe estar presto a cumplir en cualquier momento y en ese
parte el Unión no estuvo a la altura.
A los que siguen a la Autónoma hoy, y que sienten suyo un triunfo que de
ellos no tiene nada, que sigan celebrando, felicito ese equipo que hoy derribo
a mi Unión Magdalena, porque lo supo aplacar en la cancha en los dos partidos,
nunca el Unión lo vi superior, esa fue la final del torneo de la B, torneo que
parece más difícil que la propia A. y en el cual ya muchos hemos obtenido un
doctorado en sufrimiento.
Ojala el próximo torneo de este doctorado podamos tener algo mas que sufrimiento y lleguen las alegrias, porque ya son 8 años que padecemos el tortuoso martirio de la llamada segunda division.
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