lunes, abril 05, 2021

Vísteme despacio que voy de prisa

El ritmo que impone la pandemia es desenfrenado y va de la mano del relajamiento de parte del gobierno hacia la ciudadanía, coincide el momento con la vacunación que no es masiva y que hace más daño esa percepción de sentir que la cura llegó, mucha gente no entiende que no es aplicarse una inyección con la vacuna, la vacunación es un esquema que se completa una semana después de la segunda inyección en la mayoría de vacunas.

El relajo que se ha presentado va de la mano con lo lento del proceso de vacunación, un país que ya habla de un cuarto y quinto pico de contagios de COVID no es un país que esté preparado para afrontar este mal momento, y más cuándo cada pico resulta más fuerte que el anterior y muchas personas le han perdido el miedo a la enfermedad, otras tantas creen que el hecho de haber contraído el virus es suficiente para seguir como si la vida estuviera normal. El gobierno ante cada pico recurre a la vieja fórmula que poco o nada funciona, toques de queda, ley seca y pico y cedula para ir al supermercado. Olvida el gobierno tal vez que la mejor forma de protegernos es promover el autocuidado, visitar zonas que están llenas de COVID y enseñar a cuidarnos, y claro la fórmula que muchos anhelamos, poder vacunarnos lo más pronto posible en un proceso que sigue muy pero muy lento y que de remate se fue de vacaciones en semana santa.

Santa Marta y Barranquilla desbordadas por el COVID, unidades de cuidados intensivos sin camas para atender pacientes que están muriendo en urgencias o en sus casas porque no hay donde colocarles un respirador artificial. Hace unos días el secretario de salud de Santa Marta decía que el 70% de los pacientes que entran en UCI van a morir por complicaciones de la enfermedad, sin embargo, sigue siendo la respuesta maravillosa de nuestros gobernantes, habilitar más camas para dar la falsa sensación de que se tiene más capacidad hospitalaria.  

El proceso de vacunación sigue siendo muy lento, el gobierno nacional  no ha podido garantizar las dosis prometidas, y eso en parte porque las farmacéuticas le han quedado mal a todo el mundo, o quizás por lo lento que fue el gobierno de Duque al negociar con estas. Y también tiene que ver la lentitud en las regiones para vacunar, el porcentaje de aplicación de las dosis entregadas no va de la mano con lo que se espera y los casos de enfermos y muertos que se cuentan día a día, muchos colombianos son incrédulos y no quieren vacunarse, otros como yo esperamos con mucha impaciencia el turno para pasar esta horrible página de pandemia. Mientras tanto el gobierno hace recomendaciones a las alcaldías y gobernaciones, Duque aplica la máxima de Uribe y salida fácil, vísteme despacio que tengo prisa, lo suyo será esperar las elecciones del 2022 a ver que como puede ayudar a su jefe político. Lo que hoy recomienda son medidas tibias, sabiendo al final que en muchos casos la solución pasa por hacer cierres restrictivos de verdad. Hoy los casos siguen subiendo, Barranquilla colapsa en su sistema  hospitalario, los casos que reportan no corresponden a casos de ayer o antier, sino con más de 17 días desde que estos pacientes iniciaron sus síntomas, es la verdad de la mentira que nos venden en el reporte diario.


Tomada de cuenta Twitter @vcalvot









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