sábado, septiembre 12, 2020

Nos gobierna un preso

Colombianadas que suceden en este hermoso país, colombianadas como las de llevar a un personaje sin capital político, sin ideas, sin liderazgo y sin mayor referente al cargo más importante del país. Este es el país en donde el presidente es que él diga Uribe. Y el que diga Uribe debe hacer lo que diga Uribe, es un títere en el gobierno.

El presidente eterno del subpresi le da órdenes de frente y sin ruborizarse de lo que el títere que montó en la presidencia debe hacer, al final, el subpresi se ganó la balota en un programa del oráculo del Uribismo Hassan Nassar, quien con preguntas como cuantos pares de crocs tiene Uribe logró sintonizarse con quien hoy es su jefe en la casa de Nari.

Es la ley del Uribismo, el que suba a la presidencia no puede osar hacer lo que hizo Juan Manuel Santos, quien gobernó por sus intereses y los del país, el que dijo Uribe debe hacer lo que el presidente eterno dicte, es preso de su propia carga, un tipo flojo, amable y un poco imbécil, quien vive en la burbuja de su programa un reality  de televisión que desconoce la realidad de un país que se incendia en llamas, que sale a las calles a manifestar el inconformismo, a todo esto el gobierno solo responde con represión y más represión, no entiende el mensaje de fondo, o quizás si lo entienda, pero sabe que es mejor tener contento a quien lo puso en el cargo más importante del país, el poder tras el poder, el poder no está en la casa de Nari, viene de la familia Uribe Moreno, esos mismos que ya organizan la plataforma política del pequeño Tomas, como si Colombia fuera una herencia que se pasan de mano en mano porque sí.

Nos gobierna un preso, un preso que desde la comodidad de su hacienda sigue incendiando el país, sigue trinando sobre lo que pasa y lo que debería ser, y lo que debería hacer su sub-presidente, entiende que la gente lo sigue a él, que no existe lo que algunos llamas Duquismo, eso no va. Existe sin lugar a dudas, el Uribismo es el motor político y fuerza que manda en un país dominado por los mismos de siempre, esos que están en el poder sin ruborizarse le echan la culpa a quienes nunca han gobernado de los males de un país que se va por el despeñadero, y que solo quiere pasar la página de la polarización, pero para eso primero debemos dejar de ser el país gobernado por un preso, el mismo que desde su casa le pide al subpresidente militarizar el país.


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