Mañas naranjas

Desde el momento en que el CNE revocara la candidatura de Carmen Patricia Caicedo Omar, -conocida como "La paca"- por sus inhabilidades al tener hermanos ordenadores del gasto en el distrito, y que el movimiento político fuerza ciudadana se quedara sin candidato en el tarjetón para la alcaldía, los que hemos seguido la trayectoria del "líder monumental" como le llama la Paca a su hermano, sabíamos que no se iba a quedar con los brazos cruzados. Para el caicedismo la pelea es peleando, y no van a permitir que les quiten una billetera tan gruesa como lo es la alcaldía de la ciudad dos veces santa y que esto represente perder votantes mediante el ejército de contratistas, y bolsa de empleo que tienen montada muy estructuradamente. El propósito superior del poder al filo de la ley, moviendo líneas éticas si es necesario.

Lo primero que hicieron fue tomarse la Registraduría con llamados a través de los grupos de WhatsApp que manejan, la red que tienen les permite convocar cientos de personas en minutos, llevarlos como se lleva el ganado a donde ellos dispongan y gritar arengas que los más fanáticos se les ocurra. Esa toma era para que les permitieran inscribir a un candidato X, a cualquiera que Caicedo le haya dado la unción y que sienta que jamás lo traicionaría. No importa la persona que llegue, lo importante es que haga lo que dice el líder monumental de la paca. Como la resolución no estaba ejecutoriada, esto no fue posible. Y ahí ardió troya, los mismos contratistas y familiares que se acercaron a la Registraduría debían permanecer hasta que esto se diera, lo cual, gracias a Dios, no ocurrió. Resultado, la Registraduría de Santa Marta cerrada hasta nueva orden por las amenazas de toma de parte de la fuerza.

Con ese poder de convocatoria, se tomaron el aeropuerto para recibir a la doctora Paca, doctora para ellos, la hermana de Caicedo que aún sabiendo que no podía ser candidata se había inscrito y con ese pequeño detalle les dió el papayaso a sus enemigos políticos para que la sacaran del tarjetón, en donde por supuesto por primera vez en 12 años no vamos a tener la cara de una persona impuesta por Caicedo. La paca, quién fue recibida con un ramo de flores, se despachó contra el CNE y el magistrado Lorduy y contra el popular CAPICU, los tildó de ser los culpables de su desgracia, olvidando la Paca que los únicos culpables fueron ella y su hermano al pretender pasar por encima de la ley con su candidatura. 

Las estrategias están cantadas en todos los escenarios posibles, el ejercito naranja debe seguir las ordenes de los generales, sopena de quedar sin contratos o sin puestos. Lo primero ya pasó, ahora toca lo segundo y es interponer la mayor cantidad de tutelas posibles, alguna llegará donde un juez amigo o magistrada amiga que pertenece al cartel de los puestos que se relacionan en un Excel bien documentado, al día 4 de octubre llevaban 70 tutelas interpuestas, todas por contratistas o personas que han tenido contratos en el pasado con la gobernación y alcaldía naranja. 

Tienen sobre la mesa promover el voto en blanco, la estrategia es que cada contratista multiplicado por 10, les dé para tener una votación de 120.000. Lo tienen difícil, porque mucha gente podría ver la cara de la Paca en el tarjetón y se iría como voto nulo, o mucha gente sabiendo que ya no hay contratos el otro año, les importa un bledo el destino naranja. 

Y falta la que más tememos, que se les ocurra incendiar la Registraduría para eliminar la votación, una turba enardecida al verse sin poder con una alcaldesa sumisa y muda, entregada a las órdenes del jefe aun sabiendo que lo correcto es proteger la democracia. Esto sería el resultado de quedar por fuera del escenario, pedir que se repitan elecciones porque no permiten contabilizar los votos sin ellos en el escenario. Todo es posible con un gobierno central permisivo con la violencia disfrazada de paz total.

Son las mañas naranjas, las que ya nos tienen acostumbrados hace muchos años. Personajes como Petro, Uribe, Caicedo y Quintero tienen el perfil perfecto para perpetuarse en el poder. Les gusta, sienten placer y saben cómo dijo Pambele que es mejor ser rico que pobre, y mejor si lo paga el estado.