martes, marzo 08, 2022

No hay nada

Lo que mal empieza, mal acaba. Refrán popular que aplica en todo lo que así sucede, en este caso el Unión Magdalena, un equipo que ascendió en contra de la voluntad del dueño del equipo gracias a un regalo de último minuto de Llaneros, regalo que quizás lo estén pagando con la llegada de dos jugadores del equipo de Villavicencio. El equipo descendió de la mano del mismo técnico acostumbrado a la segunda categoría del futbol colombiano, le dicen que es un técnico de la casa, pero realmente es un técnico de la preferencia del dueño. Un tipo que usa al unión Magdalena como su hobbies sin importar los sentimientos o pasiones que generan todas las malas decisiones que toma.

Y es que desde que soy niño y soy hincha del equipo, la única decisión acertada de Eduardo Dávila para con el Unión fue cuando le entregó el manejo a un tal Eduardo Méndez, quien sí sabe del negocio del futbol y llevó al unión a la A después de 13 años de fracasos del mismo Dávila. Fue lo único responsable y que demostró un poco de amor por la institución de parte del dueño.

Hoy el Unión esta en donde debería estar sino fuese por el regalo de los llaneros, es último en la tabla del descenso, es último en la tabla de clasificación de la liga, perdió los últimos 4 partidos consecutivamente, solo ha marcado 5 goles en 10 partidos y ha recibido 14. Ha hecho 6 puntos de 30 posibles y la última derrota frente al rival de siempre, en la que el Unión la sacó barata cuando pudieron ser más de 5 o 6 goles.

Mientras todo pasa, por más hincha que seamos, nos damos cuenta de que es un equipo armado para salir a la cancha, no para competir en la A. Por eso, los que conocemos la historia del Unión Magdalena sabemos que el dueño no es capaz de comprar un partido para subir a primera división, lo que ocurrió ese 4 de diciembre por mas mancha al futbol que se vea, fue producto de una rencilla entre dos equipos de la B, en la que la carambola de la suerte le sonrió al Unión. 

No hay nada, no hay jugadores, no hay técnico, no ha directivos, no hay estadio terminado, no hay es nada, lo que sobra es el amor de la hinchada que se cansa de ver como el equipo no aprovecha una oportunidad de estar en la fiesta de primera división, y eso que el promedio este año esta fácil para mantener la categoría. Consiste en tener jugadores de categoría, que suden la camiseta y un técnico que sepa de futbol, no un filósofo mandadero del dueño. Un personaje que no fue capaz de subir al equipo sin regalo del rival.


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