Entre el "patriota" y el "payaso": ¿La única opción?

En las últimas semanas, un fenómeno ha crecido en redes sociales y en las calles con pancartas, vallas y afiches en carros de alta gama: el del abogado sincelejano Abelardo de la Espriella, quien se hace llamar "el patriota". El mismo que ha representado a algunos de los asesinos más conocidos de este país. 

Como abogado penalista, De la Espriella fue defensor de varios jefes paramilitares de las AUC y personas vinculadas a ese entorno, como Salvatore Mancuso, Rodrigo Tovar Pupo (“Jorge 40”), Miguel Arroyave y Ernesto Báez. También defendió a políticos investigados por parapolítica, como el exsenador Mario Uribe Escobar. Un verdadero "patriota" que, en su ejercicio litigante, siempre ha estado relacionado con la defensa de los llamados "paracos".  

El "patriota" o "tigre", como también se hace llamar, ha tenido un crecimiento exponencial que lo posiciona como un posible candidato de la derecha, robándole público a figuras como Vicky Dávila, quien hoy lo ataca en redes, y a María Fernanda Cabal, su posible compañera de fórmula. De la Espriella ha adoptado una retórica fuerte contra el gobierno de Gustavo Petro, con acusaciones de corrupción y mal manejo estatal que resuenan con los sectores críticos. Es una situación que recuerda a otros países, como El Salvador, que se entregaron a "patriotas" de los que nunca han podido salir, con el caso de un Bukele que se disfraza de demócrata.

Del otro lado del espectro político, con shows mediáticos y "payasadas", ha surgido Daniel Quintero, que está ganando adeptos en la izquierda. En un país polarizado, donde vallas mencionan a Iván Cepeda como guerrillero y luego a Abelardo de la Espriella como un "gay de las bien locas", Quintero revoluciona las redes y levanta ampollas en el Pacto Histórico con su forma de hacer política.

Quintero, a quien llaman  "pinturita", es un populista en sus propuestas. Ha prometido eliminar notarías, cámaras de comercio, fotomultas y peajes, argumentando que son mecanismos de burocracia y corrupción. Incluso ha propuesto cerrar el "Congreso corrupto y sinvergüenza" para convocar una Asamblea Constituyente, una estrategia muy similar a la que usó Nicolás Maduro en Venezuela. Entre sus promesas también están la de eliminar el impuesto vehicular, regalar cuatro millones de lavadoras a hogares de estratos bajos y ofrecer medicina prepagada 100% estatal para todos los maestros, todo un populista de verdad el payaso de la izquierda.

Estoy convencido de que el país no está resignado a escoger entre el "patriota" —el abogado de David Murcia— y  pinturita —el político imputado y acusado por corrupción—. Hay mucho más en juego. Mucho más que un simple "patriota" y un "payaso" populista. Lo mas complejo de entender para los extraterrestres cuando nos visiten, es como un país queda en dos opciones tan malas para su futuro.