miércoles, marzo 18, 2020

El peor líder para el peor momento

Nadie con autoridad tiene la necesidad de decir "yo mando", hoy vemos al subpresidente Duque enviar a sus ministros estrellas, o estrellados, a decir en una improvisada rueda de prensa que el gobierno central es el que manda, y de paso a echar atrás las medidas que los gobernadores y alcaldes habían tomado a falta de un líder central que tomara las riendas de tremendo problema.
En estos momentos difíciles es que algunos logran entender la dimensión de elegir correctamente, la carencia de un líder en el país ha hecho que los gobernantes regionales se tomen la atribución de decretar toques de queda y otras medidas restrictivas para un pueblo que no entiende de medidas de prevención ante un enemigo de la humanidad como lo es el COVID-19.

No podía pasarnos en otra época, debía pasar esta pandemia bajo el gobierno del peor líder de la historia reciente del país, una personas que llegó a la casa de Nariño impulsado por saber cuántos pares de crocs tenía Uribe, y por su habilidad con la guitarra y haciendo pinolitas. Estamos ante situaciones que demandan verdaderos liderazgos, personas que velen por el bienestar de sus pueblos y no por los pocos que siempre los han mandado. En este caso estamos frente a un personaje que no es capaz de tomar las acciones requeridas, que aunque parezcan difíciles son las correctas. No es posible que a la fecha sigan llegando infectados desde España, uno de los mayores focos de infección en el mundo en este momento.

Hay vanidades en el poder, de eso lo sabe el presidente eterno de Duque, el que lo puso a gobernar y le dice lo que debe hacer, el que lo tiene preso y con el cristo de espalda, no le sale nada a este gobierno, y cada decisión que toma parece hacerlo para querer seguir hundido. No hay de donde, hay que ser conscientes de lo que se es, cuando se está preparado o no. Y no cualquiera puede ser presidente de un país, no es suficiente con echarle vainas al gobierno de turno para luego con toda esa basura que hablaron llegar al gobierno para gobernar para ellos y sus intereses y no los intereses del pueblo.

Estamos frente a una situación impensable, y lo peor para Colombia es que tenemos al peor líder en el peor momento. Esto nos debe ayudar a reflexionar al momento de elegir, y que no es de carisma o de simpatía, no es con miedos a ser Venezuela, o con miedo a tener a una vicepresidenta lesbiana, quien hoy le da cátedra de gobierno al subpresidente Duque.

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