lunes, septiembre 23, 2019

Los pecados del Unión

Haber vivido 13 años en el infierno de la B no dejó enseñanzas a los dueños del Unión Magdalena, parece que lo único importante es el dinero que la Dimayor gira juiciosamente para subsidiar a los llamados socios fundadores del fútbol colombiano.

Los pecados del Unión Magdalena empiezan desde el momento en que subió:

1. Dejar ir a John Montaño, quien era la formula salvadora del equipo en los momentos que no se veían luces de juego, el arma de la pelota parada se perdió, el equipo no encontró en lo que va del año, un cobrador que ejecutara como lo hacía la zurda exquisita de uno de los artífices del ascenso.

2. Si bien es cierto que Jhonier Viveros pecó al mostrar las ganas de irse del equipo, específicamente al América a final de la temporada anterior, al comienzo de este año pidió volver, en el Unión Viveros es feliz y no lo sabía, esa picardía era la fórmula de acompañamiento para el caballo Márquez. El equipo nunca encontró quien generara ese fútbol.

3. Los refuerzos que llegaron este año al equipo, y más en este segundo semestre no llegaron a aportar, por el contrario son jugadores que regalan gol por partido y no marcan la diferencia en el arco rival, el unión se volvió un equipo descompensado en ambas áreas, en propia puerta la defensa un mar de errores y en ataque no hay quien le dé un balón a un goleador que se ahoga en su ansiedad.

4. Acordar con Harold Rivera su partida, fue el último error de Méndez al frente del Unión, quizás presionado por la prensa samaria, esa que cree que el Unión es un equipo grande, capaz de pelear títulos, error más grande que aún no entendemos, el Unión es grande por su hinchada pero no por su fútbol o sus títulos, y ahí en esa exigencia de querer más de lo que podía dar, se cometen errores, como lo dijo el mismo Rivera, quizás fue un error entrar en los 8 el semestre pasado. En la vida hay que ser agradecidos y en el Unión no lo fueron con Rivera.

5. Estar sin una cabeza visible como lo era Eduardo Méndez, el presidente del equipo, quien se echó en el hombro la responsabilidad y el reto de subir a un equipo perdedor a la primera categoría. Ahora el unión naufraga entre responsabilidades compartidas con las que carecen de un cabeza visible que asuma esa responsabilidad y le hable a los jugadores como lo hacía Méndez en los momentos más difíciles.

6. Traer al equipo un director técnico que tenía 3 años que no dirigía, y cuya referencia de ganador databa del año 2004, un técnico que al parecer tenía como mayor mérito ser amigo de Eduardo Dávila, y ahí lo mantuvo hasta que se dio cuenta que el daño que hacia al equipo era más grande que su amistad con el dueño.

7. El hecho de que ese técnico no conociera a sus jugadores, a tal punto de iniciar jugando con 9 defensas y de delantero utilizando a un jugador que no conoce la posición como lo es Jean Carlos Blanco. En esos primeros partidos se regalaron puntos que hoy estamos añorando.

8. Sin lugar a dudas la lápida del equipo es el dueño, personaje que maneja a su antojo un equipo querido, y que le importa cinco la afición del equipo, otro lunar este año, ha sido el poco acompañamiento de la hinchada al estadio, así no se puede para un equipo que durante años se hundió en el infierno y ahora que estaba en el olimpo no llevó a la gente a acompañarlo.

Estos sin dudas y quizás otros más, son los muchos pecados que tienen al Unión en la puerta de volver a la B, y eso que Rivera lo dejo con una renta y a 4 puestos de los puestos de descenso, pero con errores tras errores de todos los actores, el equipo está muy cerca de volver a vivir en el infierno llamado la B.

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