sábado, julio 05, 2025

Santa Marta la ciudad estancada y atascada

Santa Marta está próxima a cumplir 500 años, una celebración que debería ser motivo de orgullo y para la cual los samarios deberíamos prepararnos. Sin embargo, en 500 años de historia, la ciudad no parece avanzar ni haber crecido; se percibe estancada y atascada. Hoy, atraviesa una de sus peores crisis de seguridad, la eterna escasez de agua, y por si fuera poco, la notable falta de cultura ciudadana que caracteriza a los habitantes de la ciudad más antigua de América.


El aeropuerto, por ejemplo, debería haber evolucionado. Es una terminal aérea que se quedó en el pasado, con remodelaciones superficiales pero sin arreglos de fondo. Su pista es pequeña, lo que impide el aterrizaje de aviones de mayor capacidad y, en muchas ocasiones, resulta riesgosa, con incidentes que terminan en accidentes como el recordado caso de Aerorepública. Actualmente, la alcaldía trabaja en la rehabilitación de la vía de acceso a la terminal, una obra que lleva más tiempo del previsto y cuya fecha de finalización aún no se vislumbra. El 13 de noviembre de 2024, el alcalde Carlos Pinedo Cuello y la EDUS confirmaron el inicio de la obra, proyectando un tiempo de ejecución de ocho meses, con una conclusión estimada para junio de 2025, lo cual no ocurrió. Los trancones para acceder a la terminal son interminables, y el método de "pare y siga" genera largas filas de vehículos que impiden un acceso oportuno. Una obra, como muchas en el sector público, marcada por demoras y sobrecostos. La terminal se congestiona en festivos y vacaciones; en junio de 2024, alcanzó el 180% de ocupación en salas de espera, generando quejas por calor y falta de sillas.

Santa Marta fue la séptima ciudad más violenta del país entre las 23 principales, con una tasa de 34.6 homicidios por cada 100.000 habitantes, frente a la media nacional de 25.3. El conflicto entre grupos delincuenciales afecta especialmente el área metropolitana y las zonas rurales, con al menos 89 homicidios en Santa Marta durante el primer semestre de 2025, debido a disputas entre estructuras como el Clan del Golfo. El Informe del CCSPJP (México) llegó a calificar a Santa Marta como "la más violenta de Colombia", con 45 homicidios por cada 100.000 habitantes, una cifra que las autoridades locales cuestionaron por incluir municipios aledaños.

Santa Marta enfrenta una crisis estructural del agua, manifestada en cortes prolongados, infraestructura obsoleta, mal manejo de sedimentos y falta de planes efectivos. Gran parte de las redes de acueducto y alcantarillado son antiguas, están mal mantenidas o son inadecuadas para la demanda actual. Las plantas de tratamiento y estaciones de bombeo tienen capacidad limitada y fallan con frecuencia. Santa Marta ha experimentado un rápido crecimiento poblacional y turístico, sin una expansión proporcional en los servicios públicos. Más de 120 barrios no tienen conexión formal al acueducto y dependen de carrotanques o pozos artesanales. Las fuentes principales (como el río Manzanares, el río Piedras y las quebradas de la Sierra Nevada) tienen bajo caudal, están altamente sedimentadas y afectadas por la deforestación. No existe un embalse o sistema de almacenamiento robusto. La crisis del agua en Santa Marta no se debe solo a la falta de lluvia, sino a años de abandono estatal, crecimiento sin planificación, falta de inversión, mala gestión y presión ambiental. Un abandono que durante doce años no mostró avance, mientras algunos se enriquecían con un discurso de odio que no generó progreso para la ciudad.

El SETP (Sistema Estratégico de Transporte Público) opera más de 500 vehículos en 23 rutas, incluyendo buses y busetas azules que cubren toda la ciudad. Buses que fueron pintados por fuera y mantienen el mismo mal servicio de toda la vida. Uno de los problemas de la ciudad es la movilidad, con trancones constantes y cierres viales por protestas. La vía que comunica con el oriente de la ciudad, Bonda y Riohacha, vive colapsada por la mala cultura vial y la cantidad de tráfico que se mueve, especialmente los fines de semana. Esta ruta lleva años pidiendo a gritos una doble calzada o una solución definitiva, con oídos sordos y miradas ciegas que incluyen a las gobernaciones de los Cotes y del clan Caicedo.

En Santa Marta, la gente no respeta la señalización y la semaforización. Las líneas de cruce peatonal no se pintan desde hace años, y no se arreglan huecos ni desniveles que causan accidentes, sobre todo para motociclistas. Se percibe un abandono estatal, sin autoridades de tránsito que pongan freno, por ejemplo, a las motos y a quienes conducen en estado de embriaguez, en una ciudad pequeña donde reina el caos y el desorden. No hay con quién ni cuándo actuar. En la ciudad, se deberían promover controles aleatorios de alcoholemia y uso de casco, así como una mejor iluminación en las avenidas principales y pasos peatonales.

En definitiva, Santa Marta es una ciudad estancada en el pasado y atascada por los políticos, aquellos que solo ven la forma de "vivir sabroso", antes y ahora, mientras la gente de la ciudad sigue eligiendo a los mismos de siempre.


jueves, junio 26, 2025

Los alfiles de Petro

Luego de tres años de gobierno, parece que finalmente Gustavo Petro ha conformado el gabinete que necesitaba a su medida. Con la incorporación de Eduardo Montealegre como ministro de Justicia, Armando Benedetti como ministro del Interior y el pastor Alfredo Saade como jefe de Gabinete, ha logrado construir un triángulo de figuras polémicas: extremistas, hábiles jugadores políticos y remedos de juristas que funcionan como el soporte perfecto para que el presidente pueda acomodarse con mayor comodidad en el poder.

Armando Benedetti, confeso consumidor de drogas, es un político camaleónico: ha sido uribista, santista y hoy es petrista. No es cualquier “perita en dulce”; se requieren agallas para hacer esos saltos ideológicos, para manejarle la agenda a Petro en campaña y organizarle eventos como el del lanzamiento con la famosa "P" en Barranquilla. Benedetti, quien al principio no se sintió suficientemente recompensado, hoy arremete contra Juan Manuel Santos, a quien acusa de “creerse Winston Churchill, pero en realidad ser un remedo de británico: incompetente, inseguro, dubitativo y el más perverso de todos los políticos de este país”. Según él, Santos fue “el presidente de Odebrecht”. "No era jugador de póker, sino de parqués", dijo el propio Benedetti, dolido por sentirse traicionado tras haber trabajado por su reelección. Hoy, ha encontrado su lugar en la izquierda de este país. A pesar de sus escándalos por maltrato familiar, su adicción al alcohol y las investigaciones por corrupción, es quien hoy maneja la política del gobierno. Como dicen incluso algunos petristas, "es quien se ha puesto la 10" para manejar las relaciones con los partidos y visibilizar las obras de un gobierno que ha estado más en campaña que en gestión real.

Eduardo Montealegre, abogado del presidente de la cuestionada Saludcoop y exfiscal general de la Nación, es el arquitecto jurídico de la estrategia constituyente. Desde su visión legal, muchas veces criticada por su ambigüedad, ha dado forma a las tesis que buscan justificar iniciativas como el "decretazo". Antes de ser fiscal, trabajó como abogado de Saludcoop —una EPS implicada en un desfalco superior a 1.4 billones de pesos—, por lo cual recibió honorarios de más de 3 mil millones, generando serios cuestionamientos éticos. Durante su paso por la Fiscalía, fue vinculado al escándalo del "cartel de la toga"; si bien no fue imputado, su cercanía con magistrados involucrados y su firma en contratos con ellos levantó sospechas. Considerado por algunos como un jurista brillante, Montealegre también es visto como alguien que ha usado su conocimiento legal para validar maniobras políticas discutibles. Hoy, es un alfil clave del gobierno de Petro.

Alfredo Saade, por su parte, ha militado en diversas corrientes políticas: fue cercano a Cambio Radical, luego al Centro Democrático, y finalmente recaló en el Pacto Histórico. En la consulta interna de 2022 apenas obtuvo votos, presentándose como “cristiano progresista”. En paralelo, contrató con la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo (UNGRD) por más de 257 millones de pesos, sin evidencias claras de su gestión. En un cabildo en Barranquilla, pidió públicamente que Petro cerrara el Congreso y buscara la reelección, lo que desató rechazo institucional. Fue designado para liderar el plan de agua en La Guajira, pero la Corte Constitucional tumbó tanto el decreto como su nombramiento. Ahora, Petro lo nombra jefe de Gabinete, en un gesto que algunos interpretan como simbólico: “un pastor sin iglesia que asegura haber conocido a Cristo en Petro”.

Estos son los tres alfiles del gobierno de Petro: Benedetti, el alfil político; Montealegre, el alfil jurídico; y Saade, el alfil administrativo y mediático. Tres figuras cercanas, cuestionadas, pero leales. Voceros de una nueva forma de gobernar basada más en la plaza pública, el ruido mediático y la confrontación, que en la institucionalidad.


viernes, junio 20, 2025

La constituyente de Petro es una papeleta

Gustavo Petro es uno de esos políticos que, como muchos en la historia reciente de Colombia, ha recurrido a prácticas cuestionables. El jurista Carlos Gaviria afirmaba que Petro modificaba, junto a sus aliados, las actas de las reuniones del Polo Democrático para acomodarlas a sus intereses. También es recordado por el video en el que aparece contando fajos de billetes y guardándolos en bolsas, en una escena que evocaba el modus operandi de quienes saquean el Estado. Este tipo de conductas no es nuevo en la política colombiana.

Petro ha demostrado ser un político camaleónico, al igual que Claudia López, quien ahora también se distancia de su antiguo aliado. Durante la campaña presidencial de 2018, en la que fue derrotado por Iván Duque, Petro —entonces senador— llegó a posar junto a una lápida de mármol en la que prometía no convocar a una Asamblea Nacional Constituyente, promesa que hoy contradice.

Históricamente, la figura de la Constituyente ha sido utilizada por líderes de distintas ideologías para perpetuarse en el poder, como lo hicieron Chávez, Ortega y más recientemente Bukele. Lo que comenzó como una idea excéntrica del metódico Chávez terminó convirtiendo a Venezuela en una segunda Cuba, con una constitución hecha a su medida.

Hoy, Petro y su nuevo escudero —el polémico exfiscal y exabogado de Saludcoop, Eduardo Montealegre— impulsan la idea de una Constituyente con el argumento de que “el pueblo manda”, desconociendo lo establecido por la Constitución de 1991. En ese grupo también figuran personajes como Armando Benedetti, Montealegre e incluso la senadora Isabel Zuleta.



Petro lanzó su "decretazo", apoyado por el actual ministro de Justicia —quien recientemente fue rebatido con argumentos jurídicos durante un debate en La W—, una iniciativa que fue detenida por el Consejo de Estado. Lo que propone Petro es, a todas luces, inconstitucional: usar mecanismos irregulares para alterar el orden constitucional, desconociendo los contrapesos del Congreso y las altas cortes, pilares fundamentales de nuestra democracia.

A diferencia de Petro, el expresidente Álvaro Uribe —pese a su visión del “estado de opinión”— nunca se atrevió a convocar una Constituyente, ni siquiera en su momento de mayor popularidad.

Para Petro, la Constitución de 1991 representa un obstáculo, porque impide que actúe sin límites. Por eso busca reemplazarla por una nueva constitución hecha a su medida, lo que contradice todo lo que antes criticaba. Su nueva propuesta consiste en incluir una papeleta en las elecciones de 2026 para que los ciudadanos decidan si se convoca una Constituyente, ignorando que ese no es el procedimiento constitucionalmente establecido.

El artículo 376 de la Constitución de Colombia es claro:

“Mediante ley aprobada por el Congreso de la República, por mayoría de los miembros de una y otra Cámara, podrá el pueblo, mediante votación, decidir si convoca una Asamblea Constituyente con el fin de reformar la Constitución.”

Por tanto, el presidente NO puede:

  • Convocar directamente una Constituyente.

  • Usar una papeleta informal para sustituir el proceso constitucional.

  • Convocarla únicamente mediante recolección de firmas, sin aprobación del Congreso.

¿Cuál es el proceso correcto?

  1. El Congreso debe aprobar una ley que convoque al pueblo a votar si desea una Asamblea Constituyente (requiere mayoría absoluta en ambas cámaras).

  2. Si el pueblo vota afirmativamente, se define:

    • El alcance de la Asamblea (qué puede o no reformar).

    • El número de delegatarios.

    • El sistema de elección.

  3. Luego se elige la Asamblea, la cual redacta una nueva Constitución o una reforma sustancial.

martes, junio 10, 2025

Poder, Odio y la Colombia Actual

Luego de ser los grandes responsables y protagonistas de una polarización sin precedentes en Colombia, los culpables de este duro momento que tiene al país en una situación agonizante son los mismos que tildan de "HP" a los congresistas o les sentencian un "no pasarán" en el escenario político. Estas frases provienen directamente del presidente de la República. Un presidente que, en su época de senador, afirmaba que "nadie sobraba" y que a diario denunciaba las muertes de líderes sociales. Mágicamente, una vez en el gobierno, dejó de hacerlo, a pesar de que la cifra de líderes sociales asesinados ha aumentado bajo la mirada ciega de su administración y sus secuaces bodegueros.

Frank Underwood les mostró a los políticos sucios el camino de cómo se manipulan las elecciones cuando las cosas no salen como se esperan. Temiendo perder las elecciones, orquestó una operación ilegal para manipular los resultados: fingió un ataque terrorista en un centro de votación en Tennessee para cerrar mesas de votación y presionar a otros estados como Ohio a hacer lo mismo, utilizando falsas amenazas de atentados. Además, manipuló información a través de un hacker aliado. El objetivo de los políticos siempre es crear caos, presentarse como víctimas de intimidación electoral y ganar tiempo para impugnar los resultados. Mientras tanto, los medios predicen su derrota, pero él sigue su plan para invalidar los resultados y presionar a su oponente.

Esto es lo que ocurre en nuestro país: políticos que llegaron al poder bajo la promesa de un cambio que resultó fallido. Cuatro años perdidos para Colombia y ganados para los amigos y aliados de Petro, donde viven "sabroso" personajes como Francia Márquez, Ricardo Roa, Verónica Alcocer, Bonilla, Armando Benedetti y Roy Barreras. Algunos de estos se acostumbraron al poder y han permanecido en él durante las últimas dos décadas, sin importar si antes eran cercanos a Uribe y hoy son de Petro.

De eso que tanto habla Petro diariamente en sus redes sociales, donde la mayoría de lo que escribe es basura para quienes no "comemos cuento", pero es "dulce" para el oído necio de todos aquellos seguidores ciegos, sordos y mudos. Esos que son capaces de repetir que "la consulta va como sea", sin importar las instituciones y que el senado la haya negado, no son capaces de entender que este gobierno es un fracaso. Y así como contaban muertes de líderes sociales hace algunos años, hoy lo olvidan. No reconocen que durante este gobierno la violencia se ha incrementado porque la política estatal de dar beneficios a los bandidos solo ha servido para que estos se fortalezcan.

Yo no creo que este gobierno o Petro estén detrás del atentado contra Miguel Uribe, un "delfincito" político que no sirvió para candidato a la alcaldía de Bogotá y que, gracias al dedo señalador del poderoso Álvaro Uribe, encabezó la lista del mal llamado Centro Democrático. Pero sí estoy seguro de que la responsabilidad recae sobre un gobierno que genera divisiones, promueve el odio contra todo aquel que no le apoya en sus pretensiones y coloca lápidas en sus redes sociales con mensajes de "no pasarán". Esto, sumado a la violencia que se recrudece, nos hace recordar esa época de los años 80 en la que asesinaban candidatos presidenciales.

A Petro hoy le queda la victimización, esa que le permite creerse el cuento de que todos son sujetos de atentados terroristas, preparados o no. Petro es capaz de afirmar que la inteligencia de su gobierno sabía de seguimientos al hijo de 4 años de Miguel Uribe. Aun así, la unidad de protección de víctimas de su gobierno no hizo nada, y justo el día del atentado a Miguel Uribe, le redujeron los escoltas de 7 a 3. Quizás casualidades, quizás obviedades; no lo sabremos porque el poder permite eso: conocer lo que el poder quiere que se conozca. Hoy todos son posibles víctimas que, a ojos de Petro y su exministro Benedetti, son parte de la "mafia internacional", incluyendo albaneses que quieren desestabilizar un país ultrapolarizado por culpa de un gobierno que no supo conectar con los demás actores. Hoy, esos actores se polarizan culpándolo de un atentado en el que, por ahora, ningún grupo armado se ha hecho responsable, pero que tiene muchos ingredientes que confunden al mejor experto investigador: utilizar un sicario que no tenía ruta de escape, era inmolarlo como lo hicieron.

miércoles, junio 04, 2025

Petro: Entre la Cortina de Humo y el Abismo Político

Petro, quien tanto criticó las cortinas de humo durante el gobierno de Uribe, ha terminado recurriendo a las mismas estrategias. Su tan anunciado "cambio" fracasó desde el día en que subió al poder y pidió la espada de Bolívar, desde el momento en que su ungida, María José Pizarro, le impuso la banda presidencial. Petro conoce bien cómo funciona el poder y cómo manejarse políticamente.

El fallecido exmagistrado Carlos Gaviria lo advirtió con claridad: Petro es una persona de dudosa integridad, capaz de alterar actas de reuniones políticas del Polo Democrático, de aliarse con figuras como el "redimido" Armando Benedetti y Roy Barreras, y de hacer lo que sea necesario para mantener vivo un proyecto político que hoy parece enterrado, pero que él se empeña en revivir de cara al próximo año electoral.

Recientemente, el Congreso le negó a Petro la solicitud de convocar al pueblo a una consulta para validar las doce preguntas formuladas junto a su ministro del Interior y amigo cercano, Benedetti. En respuesta, Petro afirmó que el Congreso no emitió concepto, como exige la ley, y que el proceso estuvo lleno de vicios de trámite. Sin embargo, esa no es una decisión que le corresponda al presidente de la República, sino a la Corte Constitucional, órgano que debe ejercer control jurídico. Irónicamente, esa misma Corte parece llenarse cada día más de aliados petristas, como ocurrió en su momento con Uribe, quien llegó a influir tanto que incluso llevó al "doctor Salsa" a presidir el organismo.

Para muchos de sus seguidores, Petro es una figura casi mesiánica. Él actúa como si pudiera tomar decisiones que aún no han sido deliberadas por los órganos correspondientes. Se comporta como el dueño del poder absoluto, olvidando una lección básica de cuarto de primaria: la existencia de tres ramas del poder público, cada una con funciones claramente delimitadas.

En medio de nuevos escándalos, reaparecen nombres que han acompañado a Petro durante toda su carrera política: el exministro Ricardo Bonilla y el actual presidente de Ecopetrol, Ricardo Roa. La Fiscalía General de la Nación imputará cargos a Bonilla por presuntos delitos de tráfico de influencias e interés indebido en la celebración de contratos, en el marco de una investigación por corrupción en la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD). Las pruebas apuntan a que Bonilla habría influido en la adjudicación de contratos a congresistas de los partidos Conservador, Liberal y de curules de paz, buscando asegurar sus votos para proyectos del Gobierno, incluyendo el cupo de crédito internacional.

En imágenes reveladas recientemente, se ve a Bonilla, al exministro Velasco y a varios congresistas desfilando por las oficinas del Ministerio de Hacienda, en busca de aquello que el entonces senador Petro tanto criticaba: el clientelismo. Hoy, Petro parece haber olvidado su cartilla del cambio, inclinándose por un estilo autoritario que recuerda más a un régimen que a una democracia.

Por su parte, Ricardo Roa está cada día más acorralado. Se le cuestiona por la compra de un apartamento que podría implicar un conflicto de intereses, y por presuntamente haber espiado a al menos 70 altos funcionarios de Ecopetrol.

Ante estos escándalos, Petro encontró el motivo perfecto para desviar la atención y, al mismo tiempo, lanzar una campaña agresiva con recursos del Estado. En un último intento por no ceder el poder —ya sea con uno de sus candidatos o incluso en cuerpo propio— se apoya en figuras como su senadora Isabel Zuleta, conocida como “la del brócoli”, quien se queja de que su salario no le alcanza. Petro promete lanzar por decreto la consulta popular, en lo que muchos ya han llamado un golpe de estado y que para los petristas es un decretazo necesario porque el congreso no le aprueba y no lo deja gobernar. Olvidando la separación de poderes que enseñan en primaria.

Con el decreto que ha planteado, Petro arremete contra la institucionalidad, toma el camino del dictador que tanto dice rechazar y se lanza a las calles, donde se siente más cómodo. Así pretende resolver sus debilidades en el gobierno: reemplazando el debate institucional por la movilización popular. Un decreto con aroma a autoritarismo que pretende hacer olvidar a Bonilla y a Roa, y que deja al descubierto las verdaderas intenciones de un Petro caído, rodeado por la misma política agria que tanto criticó en su paso por el Senado.


viernes, mayo 30, 2025

La Huelga del Poder: Cuando el Gobierno Paraliza al País

Nunca antes se había visto en Colombia que un gobierno llamara a paralizar el país que gobierna. El llamado de Petro y sus secuaces políticos, incluyendo al “redimido” Armando Benedetti, es a incendiar, a convocar una huelga total, simplemente porque el Congreso, en uso de sus facultades, no le aprobó lo que, a todas luces, es el inicio de la campaña política para 2026, o como lo expresó el propio Benedetti, la “mini reelección” de Petro.

La izquierda en este país, tan ambigua como el congresista David Racero, está representada por aquellos que han vivido criticando y haciendo oposición toda la vida. Son quienes dicen tener la solución a todos los problemas generados por la derecha, pero que, al llegar al poder, se enfrentan al grave dilema de no saber qué hacer frente a aquello que tanto les termina gustando: las mieles del poder. Ese poder que saborean junto a políticos cuestionados, a quienes antes rechazaban y ahora aceptan como aliados, siempre y cuando voten sus reformas o apoyen sus iniciativas. Terminan pareciéndose tanto a la derecha, que son la misma miseria disfrazada: una que huele fétido y termina corrompiendo al país.

Petro hace un llamado a la huelga, a la paralización total, olvidando que como presidente debería buscar consensos y unir al país. Pero opta por la mentira y la leguleyada, herramientas comunes de los dictadores, quizá siguiendo los pasos de Chávez en Venezuela. Se atreve a juzgar las decisiones del Congreso y tomar acciones que rozan el autoritarismo, con tal de lanzar su campaña política para 2026. El “florero de Llorente” esta vez se lo entregaron los congresistas que negaron la reforma laboral en la Comisión Séptima del Senado.

La izquierda de este país resulta igual de repugnante cuando suceden casos como el de Rafael Martínez en el Magdalena, un personaje capaz de negar lo evidente y declarar ante un juez que no se reconoce en un video donde hace arengas en plena campaña por Miguelina Pacheco. Lo mismo ocurre con Petro, quien por estos días agita a las masas populares con promesas populistas. Pasamos del pasado de la “mano dura, corazón grande”, al “presidente del cambio” rodeado de los mismos políticos que antes saquearon al país, ahora redimidos por el "mesías" Petro, como lo deja entrever Benedetti en una conversación filtrada por chat.

Petro negó a su hijo diciendo que no lo crió, pero al país sí le ha enseñado las mañas: meter dinero en bolsas negras, como lo hacía su asesora de regiones, que trasladaba maletas llenas de efectivo para comprar congresistas, a quienes también ha negado. Hoy niega que convocó un paro que fracasó, un paro para perjudicar al ciudadano de a pie, con los mismos bloqueos de quienes quieren todo gratis. Aquellos que vandalizan estaciones de TransMilenio en Bogotá y que, cuando terminan en la cárcel —como en el caso de Epa Colombia—, Petro pretende convertir en "gestores de paz".

Este gobierno y sus aliados son expertos en incendiar, en negarlo todo, en desordenar. Son expertos en desgobierno. Son, simplemente, un fracaso más, como lo es su mal llamada “paz total”.














miércoles, mayo 14, 2025

La democracia cuesta… y el poder también

En el debate sobre la consulta popular propuesta por el presidente Petro, se presentaron hechos y discursos que parecen sacados del libreto político de nuestro país. Por un lado, la senadora María José Pizarro reclamaba al presidente del Senado, Efraín Cepeda, porque en pleno debate se estaban repartiendo refrigerios, apenas unos minutos después del almuerzo. Lo que no sabía la senadora era que esos refrigerios los distribuía su hoy aliado —y antes enemigo— Armando Benedetti, actual ministro del Interior. Ese mismo ministro, en una de esas frases que suelen pasar desapercibidas, dijo: “La democracia no es barata; las dictaduras sí lo son.”

Benedetti sabe bien cuánto cuesta el poder en ese espacio donde tanto le gusta estar. "Armandito", como le dicen algunos, ha sido uribista, santista y ahora, redimido por Petro, petrista. Sabe lo que es jugar en las grandes ligas. Entre todas las acusaciones que enfrenta en la Corte Suprema y la Fiscalía, carga procesos por irregularidades en la adjudicación de contratos cuando era congresista, junto a los exsenadores Musa Besaile y Bernardo ‘Ñoño’ Elías.

El caso Fonade involucra presuntas irregularidades en contratos adjudicados en 2016, cuando Benedetti era senador del Partido de la U. Según el medio Cambio, Fonade habría sido usado con fines políticos, y Benedetti habría favorecido a la empresa Certicámara S.A. en un proceso contractual. La Corte Suprema lo acusa por tráfico de influencias. 

El ministro de la “democracia que no es barata” lo sabe. En grabaciones que salieron a la luz pública, hablaba de 15 mil millones de pesos supuestamente destinados a la campaña del entonces candidato Gustavo Petro. En el gobierno también saben que gastarse 700 mil millones en una consulta popular no es nada, si se trata de mantener el poder.

Vivimos en un gobierno derrochador, lleno de contratistas que obligan a  marchar como le gusta a la izquierda, donde ya hay decenas de funcionarios imputados por corrupción. Uno de los casos más sonados es el de Sandra Ortiz, exasesora de Petro, quien supuestamente utilizaba a Osneider Pinilla y Olmedo López —ambos petristas— para comprar conciencias y votos mediante contratos y maletas de dinero. Ese dinero habría llegado a los apartamentos del entonces presidente de la Cámara, el liberal cordobés Andrés Calle, y del senador Iván Name, quien, por 3.000 millones de pesos, habría vendido su conciencia al gobierno. Pero como todo político astuto, parece que finalmente les hizo el "conejo".

La democracia cuesta, y este gobierno lo sabe. Sabe lo que implica movilizar influenciadores, comprar lealtades mediante contratos, y sostener el poder con recursos públicos. En este gobierno, vivir sabroso cuesta… pero lo pagan con el dinero del Estado. 

Para Petro y sus seguidores, tener a Benedetti como ministro del Interior es el precio a pagar por muchas verdades que parece conocer. Aún no se entiende cómo quienes se hacían llamar “el cambio” se tragan ese sapo gigantesco. Todo porque su “mesías” les prometió que Benedetti ya había sido redimido de todos sus pecados antes de convertirse en petrista. 

La democracia cuesta, y este gobierno lo tiene claro. Sabe que hoy, ese Congreso que hasta hace unas semanas era su enemigo, ahora puede ser su mejor aliado para hacer realidad lo que busque. Y eso se logra con puestos, contratos y la famosa mermelada que tanto criticaban. Este supuesto cambio no es más que la misma podredumbre de siempre, el mismo hedor que llevamos años respirando en este asqueante escenario político llamado Gobierno de Colombia.

La democracia no es barata.



viernes, mayo 09, 2025

306 Mil Votos y un Video Incomodo

Han pasado varios meses desde que el exgobernador del Magdalena, Rafael Martínez, hiciera en un evento político una invitación pública a votar por Miguelina Pacheco y María Charris, militantes y aspirantes a cargos en las elecciones territoriales de 2023 por el Partido de la U. En ese entonces, desde la tarima y con su tono altisonante, siempre cercano al de un charlatán, Rafael promovía abiertamente el voto por dicho partido, mencionando incluso los números en el tarjetón. Esto, según las leyes y la Constitución de nuestro país, está prohibido por el principio de doble militancia política, considerando que para ese momento existía el Movimiento Naranja como partido político, con listas propias al concejo y a la asamblea.

A Rafa, a su jefe Caicedo y a sus secuaces poco les importan las leyes cuando se trata de sus propios intereses; siempre recurren al discurso de la persecución.

Rafael Martínez incluso juró ante un juez de la República que el del video no era él. Son capaces de negar hasta a la madre con tal de conservar el poder. Asegura que todo es un montaje, que jamás hizo lo que claramente se ve en el video. Luego, en un mensaje publicado en sus redes sociales, afirmó que fue víctima de los "narcoclanes" que, según él, influencian al Consejo de Estado. Sostiene que su comportamiento no puede considerarse doble militancia y, por supuesto, reitera su apoyo a Petro.

A "Ratael", como lo llaman algunos, lo sacaron por infringir la ley, aunque para él eso parezca normal. Están acostumbrados a tener jueces amigos, como aquel famoso juez que, mediante una tutela, logró que la foto del “alcalde de hierro” apareciera en el tarjetón de las elecciones de 2023. Lo que hizo Rafa no está permitido, aunque él insista en que fue un tecnicismo o una persecución política, la vieja y confiable táctica de la izquierda resentida de este país. El papa Leon XIV llegó haciendo milagros, y asi a Petro no le guste debe convocar elecciones pronto.

La sentencia del Consejo de Estado también afectó a la segunda en votación a la Gobernación del Magdalena en 2023, la hoy diputada Mallath Martínez. Ahora todo queda en manos de la Registraduría, que deberá organizar nuevas elecciones.  Rafa, tuvo una gobernación que nació muerta, que solo le sirvió durante estos meses para hacer lo que mejor saben hacer en las toldas naranjas: mover contratos, contratar amigos para que les hagan la tarea y fortalecer el movimiento del "emperador".

Rafael afirma que se han burlado de 306 mil votos y que todo es una persecución. A estos personajes de la izquierda resentida los persiguen todos... incluso ellos mismos cuando abren los ojos y revelan las verdades que ocurren dentro del movimiento del todopoderoso emperador. El verdadero "tic tac" fue el de Rafael: una gobernación que nació muerta desde aquel famoso video. Se va, se va... y bien ido será. Aquel que, con todas las argucias posibles, trató de evitar el desenlace de una crónica de una muerte anunciada. El único que persigue a los naranjitas es el mismo cacique naranja. Que levante la mano el que va llamar a pedir el voto por Miguelina y por Maria... Ahi tienes Rafa, convertido en la porqueria de la política que tanto critican.





domingo, mayo 04, 2025

EL Unión Magdalena es un equipo lleno de cadáveres

Todo parecía presagiar que por fin se iban a sumar tres puntos. La gente en el estadio, por primera vez en el torneo, aplaudía y alentaba al Unión: un equipo humilde, pero capaz de llevar público al Sierra Nevada aun ocupando la última posición. En Santa Marta, mucha gente sufre y padece una enfermedad llamada Unión Magdalena. Un equipo que no da alegrías, pero al que nunca se deja de apoyar, al que nunca se deja de ir a ver. Esta fecha parecía ser el día. Entrada gratis para todos. Y aun así, el equipo no pudo sumar de a tres.

Lo que se esperaba como una fiesta en este 2025, con un equipo que jugó y dominó el torneo de ascenso el año anterior, se ha convertido en una tragedia que no termina. Un equipo lleno de jugadores que no sienten la camiseta, que no rinden, y que fueron pedidos y armados por el entonces técnico más querido: Jorge Luis Pinto. Pinto fue el director de la orquesta que subió al equipo a la A, pero también es el responsable —junto a la mirada cómplice de su dueño— de haber armado un equipo desastroso.

Es política de Eduardo Dávila traer jugadores baratos y regalar siempre el primer torneo del año. Lo ha venido haciendo en este equipo que ya parece más un ascensor que una institución de fútbol. Sacar del equipo al argentino más samario del mundo, el motor del mediocampo Agostino Spina; echar al Pecoso Correa, quien era el cerrojo de la defensa; y barrer a jugadores de la casa como Andrés Carreño, Andrés Escobar, Lupín González… No aceptar a Toñito Hinojosa. Decisiones todas que reflejan un equipo sin directiva, sin técnico, sin jugadores… pero que sí tiene hinchada. Una hinchada que, aun en las malas, lo acompaña, aunque ya pasen más de 17 fechas sin conocer la victoria.

José Mercado, del Unión Magdalena, es hoy símbolo de la impotencia de un equipo lleno de cadáveres, jugadores sin sangre en las venas. Todos estaban advertidos de que los chirretes iban a hacer lo que hicieron en el estadio. Se volvió costumbre. Ya habían tardado mucho. Paciencia durante 17 fechas sin ganar. Ni en la peor campaña del "Pradita" Silva en 2022, cuando solo se sumaron once puntos, se vivió algo así. Jorge Luis Pinto subió al Unión a la A, y junto a Eduardo Dávila lo condenaron a volver a la B.

En este equipo no hay en quién confiar. La impotencia se refleja en la displicencia con que un pelado de 16 años, en su debut profesional, regala un balón que termina en gol. O en cómo José Mercado —quien hace unos años era considerado la mayor promesa del club— lanza un puño a un rival sin sentido, sin necesidad. Impotencia e irresponsabilidad combinadas, en un equipo lleno de fantasmas que deambulan por un cementerio, en un andar peligroso del que parece difícil salir.

Eduardo Dávila y su junta directiva son los responsables de regalar dos veces el torneo: primero, respaldando las malas decisiones de Jorge Luis Pinto; y después, trayendo a un técnico que ni siquiera puede dirigir desde la raya durante 12 fechas. Todo un torneo perdido sin sumar, condenando al equipo a buscar la épica en el segundo semestre del año. Algo impensable hace apenas unos meses, cuando todo era alegría.

La imagen del día será la de una señora en las gradas, llorando, frustrada, representando a toda una hinchada dolida. Una hinchada que ve cómo su equipo amado —el de los colores más hermosos del fútbol colombiano— va camino de nuevo al infierno, ese del que es tan difícil salir.



sábado, mayo 03, 2025

La espada de Bolivar

Los dictadores y quienes se aferran al poder siempre buscan un enemigo a quien atacar. Pero también se agarran de un símbolo para darle a sus seguidores una razón para seguirlos. En el caso de Petro, su enemigo es la oligarquía colombiana. Como buen líder de izquierda, sabe que el mejor combustible político es echarle el pueblo encima a quienes han hecho riqueza. Pambelé sabía que había más pobres que ricos, y Petro también. Lo impresionante es cómo mueve a las masas con un lenguaje vulgar , excremental y emocional. Porque si de hablar se trata, Petro es brillante. Lástima que como ejecutor y administrador sea todo lo contrario. Siempre evadiendo respuestas a preguntas incomodas con un discurso verborreico.

Para Gustavo Petro, al igual que lo fue para Hugo Chávez, mostrar la espada de Bolívar no es un acto simbólico cualquiera: es una señal de guerra, de lucha hasta el final. Es decirle al país que llegó al poder para quedarse. Y si tienen dudas, solo es mirar Venezuela como empezó todo.

La Constitución de 1991 dejó claro que Colombia es un Estado Social de Derecho con separación de poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Hoy, el Ejecutivo está en manos del primer gobierno de izquierda, liderado por Petro. El Legislativo está conformado por fuerzas políticas diversas, y el Judicial, encargado de que se cumpla la ley. Pero aquí viene el problema: algunos gobiernos, incluido el actual, quieren que el Congreso funcione como una notaría, firmando lo que se les ponga en frente. Para eso reparten puestos, contratos, y claro, corrupción. Mermelada, le dicen.

Cuando el Congreso no se deja comprar o simplemente no aprueba lo que el gobierno quiere, entonces es “traidor al pueblo”. Eso le está pasando a Petro. Ni con Benedetti ha logrado mover el Senado como lo hizo con la Cámara.  ¿Y qué hace? Le suelta el pueblo a los congresistas, los insulta, los llama “HP” si no votan sus reformas. Les dice a los ciudadanos que pidan lo que no tienen, aunque no haya con qué darlo. Porque, claro, ¿quién no quiere mejores condiciones laborales? Pero las leyes no se hacen con deseos. Se hacen con números. Todos queremos mejores condiciones, pero no a costa de quebrar al pequeño y mediano empresario. Y eso es lo que Petro —alias “Aureliano” en su época de guerrillero— no entiende ni le importa. Su discurso suena bonito, pero está lleno de vacíos legales, económicos y de realidad.

Hoy, solo en el poder, Petro se abraza a la espada de Bolívar como si con eso pudiera convencernos de que su causa es la del Libertador. Lo mismo decía Chávez en Venezuela... hasta que la hundió. Petro ya no está con los mismos aliados. Hoy lo acompañan Benedetti y una versión criolla de Delcy Rodríguez.  El 1 de mayo empuñó la espada y dijo: “No tengo más que un corazón para amarlos y una espada para defenderlos”. Palabras rimbombantes para justificar el fracaso. Y sí, cada vez se parece más a Chávez, ese que dejó en ruinas a su país y puso a un chofer de metro como presidente. Petro, si sigue así, nos dejará a un escritor de narconovelas como sucesor y un país hecho trizas, con su falsa “paz total” y tres años de desgobierno. Ojalá esto termine pronto, y no en manos de los extremos que tanto daño le han hecho a Colombia. No mas extrema derecha ni mucho menos la extrema izquierda.

viernes, abril 25, 2025

El falso amor de un gobierno vulgar

Gustavo Petro insiste en hablar de amor y humanidad en sus discursos, que terminan siendo vacíos, demagógicos y, en muchas ocasiones, teñidos de un lenguaje vulgar. Él lo sabe, y también lo saben sus seguidores y aliados. Sin embargo, en los últimos días, su retórica ha alcanzado niveles preocupantes, impropios de un presidente de la República. Llamar "HP" al presidente del Congreso, por ejemplo, marca un nuevo descenso en la dignidad del discurso público. A esto se suma el comportamiento de su ministro de Salud, un funcionario que presencia la destrucción del sistema sanitario sin reaccionar, mientras esta a la espera del ya tristemente célebre "shu, shu, shu" de Petro. El mismo ministro Jaramillo, quien insultó abiertamente a una directora de hospital en Puerto Gaitán, Meta, sin consecuencia alguna. A la que le mando su "hijueputazo", como si nada. Como era de esperarse, la llamada “horda petrista” salió a justificar estas actitudes en nombre del amor, ese mismo que promulgan con un lenguaje cada vez más agresivo.

¿Este era el cambio que nos prometieron en 2022? ¿Un gobierno que lanza madrazos y ‘hijueputazos’ sin recato, llamándose del pueblo mientras desprecia la dignidad que exige representar a 55 millones de colombianos? Este estilo recuerda, irónicamente, al del expresidente Álvaro Uribe, cuando perdía los estribos y amenazaba con golpes o lanzaba frases como “le voy a dar en la cara, marica” a su amigo Alias la mechuda. Uribe decía que no "chuzaba" teléfonos, sino corazones. Petro, por su parte, asegura que no es adicto a las drogas, sino al amor. La semejanza entre estos dos colosos de la política reciente resulta, cuando menos, inquietante.

¿En qué momento ser decente se volvió una debilidad? ¿Cuándo dejamos de esperar que un presidente sea ejemplo de cordura y respeto, para aceptar que se exprese como si estuviera en una esquina cualquiera? El supuesto “gobierno del cambio” está compuesto por los mismos de siempre, protegidos por un discurso romántico que encubre malas prácticas y peores formas.

Armando Benedetti, hoy ministro del Interior, es quien justifica los constantes retrasos del presidente. Un hombre que, según Álvaro Leyva, es un “drogadicto en recuperación”, y quien paradójicamente dicta cátedra de moral. Benedetti afirma que organizarle una agenda a Petro es fascismo, porque el presidente “es un libertario” que hace lo que quiere, sin rendir cuentas ni respetar el cargo que ocupa. Y, como siempre, sus seguidores ven esto como una virtud.

Petro está rodeado de influenciadores, hoy contratistas del Estado, que amplifican sus discursos y replican ese “lenguaje del amor” que no es más que una fachada vulgar. Lo mismo ocurre con varios congresistas oficialistas, orgullosos de atacar a candidatos y ciudadanos decentes, sin mayor consecuencia.

Sergio Fajardo lo dijo claramente en la campaña de 2022: “La mejor herramienta para educar es el ejemplo”. Y el ejemplo que hoy ofrece el presidente Petro deja mucho que desear. Desde el desayuno se adivina cómo será el almuerzo: se prefirió a un supuesto estadista —como lo llamó Roy Barreras— antes que a un “gamín” como el ingeniero Rodolfo, cuyo lenguaje asustó a muchos. Sin embargo, la realidad ha demostrado que Petro gobierna con la misma rudeza verbal que su némesis, Álvaro Uribe.

Ojalá este capítulo termine pronto. La decencia debe volver a ser la norma, y el buen ejemplo, la guía.





miércoles, abril 23, 2025

Los extremos pudren todo

Lo que vivimos hoy en Colombia es el resultado de haber puesto nuestro destino en manos de los extremos. Dos polos ideológicos que, aunque se odian, se parecen demasiado en su forma de actuar. Se alimentan del conflicto, gobiernan para sus aliados, reparten cuotas, y olvidan su deber más básico: servirle a todo el país. Los extremos pudren todo, y esa lección nos la han dado dos figuras que han marcado a fuego nuestra política reciente: Álvaro Uribe Vélez y Gustavo Petro. Ambos han moldeado el poder a su imagen y semejanza, a punta de clientelismo, polarización y discursos incendiarios. Son opuestos, sí, pero al final usan las mismas herramientas para dividir y manipular. 

Uribe fue el arquitecto del ascenso de Iván Duque, un presidente improvisado que llegó al poder sin experiencia ni liderazgo. Duque fue más un títere que un mandatario, más un presentador de televisión que un gestor de país. Su legado es tan pobre que lo único destacable fue allanar el camino para que, por primera vez, la izquierda llegara al poder. El mismo Duque que hablaba de economía naranja mientras el país contaba muertos por COVID, es el reflejo de un proyecto político vacío, que solo existía para servir al ego de su mentor. Y ese mentor, hoy enjuiciado por soborno y fraude procesal, sigue pretendiendo ser la conciencia moral del país. Como si no bastaran los escándalos, las chuzadas, los falsos positivos y la forma descarada en que utilizó el poder para perseguir a sus enemigos.

Pero el otro extremo tampoco se queda atrás. Gustavo Petro llegó prometiendo un cambio ético, pero lo primero que hizo fue pactar con los mismos de siempre: Armando Benedetti, Roy Barreras, y una larga lista de oportunistas reciclados del uribismo y el santismo. En lugar de rodearse de talento, Petro eligió lo útil, lo leal, lo que le asegurara gobernabilidad, aunque fuera a costa de su propio discurso. Así llegó al poder Laura Sarabia, una exasistente convertida en canciller, símbolo de cómo se premia la cercanía más que la capacidad. Así aparecieron empresarios cuestionados como Euclides Torres financiando campañas, y así su propio hijo terminó acusado por lavado de activos y enriquecimiento ilícito.

Petro, que tanto criticó a Uribe por sus ataques a la institucionalidad, ahora sueña con cambiar la Constitución por la vía de una consulta popular. Quiere legitimar sus reformas en las calles, con discursos llenos de dramatismo, insultos y promesas vacías. Se mueve como pez en el agua entre multitudes, pero naufraga en la gestión real. Y mientras tanto, el país espera. Criticó a Duque por su gabinete, pero ahora tiene en el poder a los mismos personajes que antes denunció. Criticó a Uribe por sus hijos, y hoy su propio hijo está en los estrados judiciales. Criticó la politiquería, pero se rodeó de ella. Lo que no soportamos en un extremo, lo toleramos en el otro. Y eso nos ha llevado al punto en el que estamos.

Tres años de gobierno con más escándalos que logros. Más ruido que resultados. Un presidente más preocupado por su imagen que por los problemas del país. ¿Cirugías estéticas? Bien. ¿Soluciones reales? En veremos.  Desde procedimientos estéticos hasta rumores de índole privada, incluyendo la presunta escapada a Panamá con un travesti, y de su primera dama, a la cual no se volvió a ver en eventos públicos junto a Petro. El foco ha estado más en lo anecdótico que en la gestión pública.  

Colombia atraviesa una etapa de profundo desgaste institucional, donde el péndulo entre extremos ha dejado una ciudadanía fragmentada y un sistema político debilitado. Con esperanza, muchos esperan que las elecciones de 2026 marquen un punto de inflexión y permitan la emergencia de liderazgos más equilibrados, responsables y comprometidos con el interés general, le llego la hora al centro. Colombia necesita una pausa, una reflexión profunda. No se trata de escoger entre Uribe o Petro, entre la derecha furiosa o la izquierda resentida. Se trata de salir de los extremos, de apostar por la sensatez, por lo institucional, por lo que une y no lo que divide. Porque los extremos, cuando gobiernan, no transforman: pudren. Y ya es hora de dejar de permitirlo.


viernes, abril 18, 2025

Santa Marta: La ciudad origen que se quedó en el pasado

Santa Marta, la ciudad de los 500 años, o "la ciudad origen", como ha sido bautizada en la reciente campaña conmemorativa, es también —y paradójicamente— una ciudad que parece haberse quedado detenida en el tiempo. Es la ciudad más antigua de América continental, pero también la más rezagada entre las tres principales del Caribe colombiano, junto a Barranquilla y Cartagena.

A pesar de su riqueza natural, su ubicación privilegiada, y su potencial como destino turístico de talla internacional, Santa Marta aún no logra consolidarse como una ciudad moderna. Cuenta con mar, arena y playa, con una historia invaluable y una identidad cultural única. Sin embargo, también es una ciudad donde el tren existe, pero el tranvía nunca llegó. Y en el ocaso del sistema ferroviario nacional, no se tiene ni lo uno ni lo otro.

Su aeropuerto, recientemente remodelado, sigue siendo insuficiente para las necesidades de una ciudad que aspira a ser protagonista del turismo internacional. Pequeño, limitado y, desde su concepción, mal dimensionado. A esto se suman los trabajos viales en curso, que dificultan el acceso al terminal y fomentan una práctica común: los conductores prefieren estacionarse por largos periodos en las vías cercanas antes que pagar un parqueadero. La cultura del “todo vale” parece estar más vigente que nunca, y las autoridades, en su inacción, solo atestiguan el desorden sin intervenir.

Santa Marta se rige por la ley del más vivo. En los últimos doce años, poco ha cambiado en su estructura social o administrativa. Solo han cambiado los nombres. Hoy, los nuevos poderosos —algunos de ellos con aspiraciones nacionales— lucen el color naranja como insignia, y desde allí han trasladado sus ambiciones a la gobernación del Magdalena. La ciudad regresó a manos conocidas, pero el libreto continúa siendo el mismo. Se cambió la escenografía, pasamos del naranja chillón a los colores institucionales, y ese parece ser el mayor logro en materia de gestión pública.

Mientras tanto, el alcalde construye su mansión en las faldas de los cerros de El Rodadero, símbolo de una élite emergente que sigue alimentándose del poder, mientras la ciudad sigue estancada.

Santa Marta carece de la madera necesaria para un verdadero cambio cultural. Cada nuevo líder parece repetir los mismos errores, profundizando el atraso y la apatía ciudadana. Hoy, a las puertas de una celebración histórica por sus cinco siglos de existencia, lo único visible de dicha conmemoración son algunas camisetas conmemorativas. Un gesto simbólico, sí, pero insuficiente para una ciudad con tanta historia y tan poco presente.

Santa Marta se ha quedado pequeña ante la mirada indiferente de sus propios habitantes. Una ciudad donde pagar un parqueadero de $2.200 parece un sacrificio, mientras la ilegalidad y el desorden se normalizan. Y es ahí donde radica el problema: en una cultura permisiva, en una ciudadanía resignada, y en una clase política que ofrece soluciones a los problemas que ellos mismos crearon. Políticos que rompen las piernas y luego venden las muletas, presentándose como salvadores.

Santa Marta no necesita más promesas ni más eslóganes. Necesita líderes con visión, ciudadanos comprometidos y una transformación estructural que vaya más allá de los colores de campaña. Porque todo es cuestión de madera, y lamentablemente, en esta ciudad, parece que no abunda.

martes, abril 08, 2025

Los trenes de amor de Petro

Gustavo Petro ha mencionado de manera polémica la idea del "amor" en su discurso sobre el enfrentamiento de la violencia y la criminalidad en el contexto de organizaciones criminales como el Tren de Aragua. Petro sugiere que el amor y la transformación social son herramientas necesarias para enfrentar la violencia y el crimen, promoviendo un diálogo en lugar de la confrontación armada.

Petro debe soñar con los trenes. Por un lado, en nuestro país hablaba de hacer un tren elevado entre Buenaventura y Barranquilla, y en estos días, en reuniones con emisarios de Trump, habla del famoso Tren de Aragua. Una organización criminal conformada en su mayoría por la "paria" venezolana que huyó de Venezuela, como las ratas que saltan de un barco donde no tienen más de qué alimentarse. Y, como ratas y delincuentes que son, han inundado Latinoamérica con sus crímenes y modus operandi.

En una reciente reunión de Petro con la secretaria de seguridad de los EE. UU., Kristi Noem, Petro aprovechó para defender y hablar del amor que le falta a quienes toman el camino de las armas y la delincuencia, según él. El afecto y cariño que no les brinda el Estado y cómo, debido a esto, los jóvenes se vuelven criminales. Son palabras que provienen de quien fue criminal, un guerrillero perdonado por el país bajo el proceso de paz con el M-19 y que llegó al poder gracias a ese perdón. Pero, sobre todo, un exguerrillero que entendió cómo se mueve el poder al aliarse con personajes de la talla de Benedetti y Roy Barreras.

Para Petro, el criminal es producto de la falta de amor y afecto; eso lo dice quien predica la política del amor, un exguerrillero alzado en armas, incomprendido por el Estado y luego perdonado, pero que, en el poder, trata de perdonar a quienes le hacen daño con su actuar como delincuentes y criminales. Petro, en nuestro país, tiene programas como el de un millón de pesos para que los jóvenes no sean delincuentes, o predica la política de la paz total, dándole todas las "gabelas" a quienes delinquen en el Clan del Golfo, las disidencias de las FARC o el ELN. Petro es todo un maestro del amor con los criminales, tanto que el país ha vuelto a épocas de inseguridad como las de Pastrana en 1998, y eso ya es mucho decir.

En este gobierno está demostrado que delinquir paga; si no, que lo mencionen grandes amigos de Petro, que lo acompañan y que han sido nombrados en altos cargos del Estado para ejercer más poder. Todo aquel delincuente que quiera libertad debe arroparse bajo la política del afecto y amor de la paz total, una política fracasada de un gobierno fracasado, que busca cómo reencaucharse con una consulta popular en la que enfila todas sus energías, un gobierno que se acabó 18 meses antes de su fin.


 

viernes, abril 04, 2025

La guerra de Trump

Donald Trump es de esos personajes que llegan al poder y parecieran un chiste, un chiste contado como si dijeran que DJ Duke fue presidente en Colombia con tal de derrotar a Petro, y que el mismo DJ Duke logró que Petro subiera al poder de la mano de la indignación que produjo su gobierno novato, junto con amigos del poder como Roy Barreras y Armando Benedetti. Esos malos chistes de subir al poder a personajes peligrosos como Caicedo en Santa Marta, Uribe en Colombia y Petro actualmente.

Trump ha planteado un escenario en el que presume que Estados Unidos es castigado por el resto del mundo, y eso se soluciona con un castigo a todos: una imposición arancelaria a los productos que lleguen de otros países a los Estados Unidos. Trump es un político que dice llamarse proteccionista, pero que provoca crisis. Hace unos años, le demostró al mundo su incapacidad de manejar la pandemia del COVID-19, y su respuesta fue siempre el negacionismo, como lo hacen los extremos.

Ha decidido Donald que China y la Unión Europea sean sus mayores rivales comerciales, y que para ellos serán las mayores cargas impuestas por el gobierno del irreverente Donald, el político fuera de serie que logró derrotar a dos mujeres demócratas en dos campañas diferentes, dos malas candidatas ante un showman que supo llegarle al "gringo" hediondo.

En el mandato anterior de Trump, en 2018, ya había realizado algo similar. La guerra económica inició contra China y la Unión Europea. Trump, logró en su momento afectar negativamente las exportaciones chinas a EE. UU. Lo que llevó a que China buscara diversificar sus mercados, aumentar la producción interna y fortalecer la cooperación económica con otros países, como los miembros de la Unión Europea y la región del sudeste asiático. Resultado: aislar a los Estados Unidos, lejos de ser el país que se denominaba como la primera potencia mundial. Si bien algunas industrias estadounidenses, como el acero, se beneficiaron de las tarifas protectoras, muchas otras sufrieron el aumento en los costos de producción debido a los aranceles impuestos sobre productos importados. Además, algunos estudios sugieren que las tarifas perjudicaron a los consumidores estadounidenses, que enfrentaron precios más altos en productos de consumo diario.

Trump se enfrenta a una economía globalizada en la que los Estados Unidos podrían comenzar a aislarse. Muchos países buscarán abrir nuevos mercados, y mirar hacia Asia será un horizonte claro para países de Latinoamérica que hace décadas vivían bajo la sombra de los norteamericanos. Lo más seguro es que ocurra es que la Unión Europea y otros países respondan con medidas similares, imponiendo tarifas a productos estadounidenses o buscando acuerdos alternativos para contrarrestar las políticas de Trump. La guerra comercial también llevará a las desigualdades económicas, ya que ciertos sectores de la población (como trabajadores de manufactura en industrias afectadas por las tarifas) son los más perjudicados, mientras que otros (como los grandes conglomerados) puedan adaptarse con mayor facilidad.


viernes, marzo 28, 2025

El radar está dañado

 En mis cuarenta años de vida y casi 20 volando en aerolíneas comerciales nunca había tenido el percance de la cancelación de un vuelo, justo el día que debía llegar a una hora determinada por compromisos establecidos. Justo ese día, llegó a mi buzón de correo electrónico un mensaje de la aerolínea Avianca comunicándome que el vuelo que debía partir a las 2 de la tarde con destino  a Santa Marta estaba cancelado, reprogramado para las 6:22 sin más explicaciones. Es la ley que cobija a las aerolíneas, en las que nunca pierden pero el consumidor debe adaptarse a los cambios y caprichos que puedan tener desde el servicio de transporte aéreo.

He tenido que cancelar viajes y por lo tanto perder el vuelo lo que conlleva en un país como el nuestro perder el dinero de la compra del tiquete, las aerolíneas por ley están obligadas a reintegrar el dinero de las tasas aeroportuarias pero el dinero que les pagas a ellos queda en su poder. No existe una ley que favorezca al pasajero pero si a las aerolíneas. 

Las demoras que se presentan en la operación aeroportuaria y que se pueden dar por distintos factores incluyendo el clima son pagadas y asumidas por el pasajero, las aerolíneas nunca pierden. En estos días y producto de una operación antigua en los radares de información, el aeropuerto el dorado en Bogotá se vio afectado por el daño del radar, lo que a las aerolíneas les ayudó a cancelar una cantidad impresionante de vuelos, con tan mala suerte en la lotería que me tocó a mi. Todo porque el radar está dañado.

En este país lleno de problemas en el que terminamos peleando entre izquierda y derecha, entre quienes se dicen petristas y uribistas no se ve solución real a los problemas del ciudadano de a pie. Tal vez por eso los políticos que se toman el poder y hacen lo que les da la gana, capaces de reformar el sistema a su antojo y favorecer a sus amigos, montese quien se monte, finalmente el trono de hierro en nuestro país puede pasar de las familias tradicionales a los que hoy se dicen llamar cambio, finalmente sigue siendo lo mismo y el mismo problema con el que convivimos.

El radar está dañado y no hay nada que hacer, en este caso solo esperar que el vuelo que Avianca programó luego de la cancelación con más de 4 horas de retraso con respecto a mi itinerario original se diera. Colombia el país en el que hacen de todo con el personaje de a pie, en las épocas de antes y las de ahora.

Perlas
Esta columna la escribo sentado en la sala de espera del aeropuerto el dorado, esperando el vuelo que me lleve a Santa Marta... El radar está dañado y Avianca lo sabe.

sábado, marzo 08, 2025

Al Union Magdalena la B le respira en la nuca

Lo primero que debemos decir es que la culpa de este mal momento del equipo amado de Santa Marta es de todos, directivos, cuerpo técnico y jugadores. El profesor Jorge Luis Pinto, flamante mundialista aceptó el reto de dirigir en la B como un favor a su amigo Eduardo Davila, quien le suplicó subir al equipo a la primera categoría, reto que fue superado con creces quedando campeón en el año 2024. Pinto llegaba en el segundo semestre con mucho amor por los colores y muchas ganas de ascender, su misión fue cumplida y prometía que el equipo no debía bajar más nunca al infierno llamado torneo de la B. Todos creímos que esas palabras, en las que le pedía a los directivos fichajes de renombre serían el eco de un buen augurio en el año 2025. Sin embargo, así no fue.

Pinto le pide respeto a la afición samaria, pero el primero que se irrespeta es el mismo Pinto, traer jugadores sin ningún renombre, jugadores baratos y varados ha costado mucho, de 8 partidos jugados el Unión Magdalena no conoce la victoria y se ha llevado 4 empates, incluyendo 3 en casa y una derrota ante un débil millonarios, lo demás pérdidas por fuera con equipos como el Pasto, Llaneros,  y Alianza Fc. Siempre dejando en el ambiente un sabor a mal fútbol, el que refleja lo roto que está ese vestuario con jugadores que no sienten, ni quieren la camiseta. 

Clavarse su propia cruz es traer a defensores como Darwin Palomeque, ex real Cartagena, Oscar Vanegas, Martin Payares, jugadores sin técnica ni función como Eric Krame, o Franklin Navarro, y dejar como capitán a Cristian Sención, y a un delantero al cual le rebotan todos los balones y que nunca está en el área como lo es Orles Aragón, al que si le tiran una bolsa de cemento le rebota. Un equipo mal confeccionado y mal dirigido, por quien sigue con su terquedad de jugar con 5 defensas de visitante aun cuando este año no le ha dado resultados, Pinto es de esos técnicos de la vieja escuela que mueren con la suya, y su barco se hunde con Orles Aragón por encima de Gustavo Mosquera o de cualquier delantero de la cantera, de la cual no echa mano, porque prefiere traer jugadores baratos y del monto, antes que mostrar pelaos que puedan querer más estos colores.

Pinto dejó ir del Unión al motor y alma del medio campo, nunca entendimos como no quiso retener al mejor jugador extranjero del equipo, Agostino Espina. Su excusa, decir que en el equipo y en el medio local se conseguían mejores mediocampistas del argentino que cantaba el himno de Santa Marta en cada partido. De los refuerzos que trajo solo dos han funcionado, Edward Esteban y Oscar Barreto, arquero y mediocampo, quienes junto a Fabian Cantillo son los únicos jugadores que se pueden rescatar de la debacle bananera.

Al Unión Magdalena la B le respira en la nuca y eso es culpa únicamente del mismo Pinto y sus amigos directivos, quienes le armaron un equipo más blandito y malo que el que tuvo en la B, del que se fueron baluartes como el pecoso Correa, Tello, Spina, Carreño quien nunca fue del agrado de pinto, Lupin Gonzalez entre otros, desarmó un equipazo para traer paquetes, jugadores baratos y de medio pelo, a su acomodo, sin recurrir a la cantera, con los que no se ven resultados fecha tras fecha, solo fracasos. 

La afición está incómoda, la gente no aguanta ni come de mundialistas, los resultados no se ven y la terquedad no es la mejor consejera de un técnico que luego de 8 fechas no conoce la victoria y que tiene al equipo en el descenso del que subió hace pocos meses. Dávila en la suya, con un cáncer del equipo que se hace llamar director deportivo y que nadie entiende como sigue en el equipo, son las cosas del Unión, un equipo muy amado y mal administrado.



viernes, marzo 07, 2025

Armando era el man que necesitaba Petro

La política es el arte de romper las reglas, el arte de romper principios, pero sobre todo de saber rodearse de quienes pueden ayudar a gestionar un congreso ansioso de mermelada como lo es el congreso de Colombia. Donde no importa identidad política, colores, banderas, ni mucho menos partidos políticos, siempre que existan puestos, poder y contratos. Y eso lo maneja muy bien Armando Benedetti, un político que fue aliado de Alvaro Uribe, Juan Manuel Santos y hoy día es la ficha clave del Petrismo para pasar por una tubería sus reformas.

A Benedetti al inicio de este gobierno, le dieron un puesto que quizás no iba acorde con sus facultades, el Petro con principios aun, decidió enviar un poco lejos a quien lo ayudó a ganar las elecciones presidenciales y quien según sus propias palabras en una noche de copas y mucho "fua" logró gestionar 15 mil millones de pesos que nunca aparecieron reportados en campaña, pero que todos presumimos que estuvieron presentes para el derroche de dinero y excentricidades del entonces candidato Gustavo Petro. El presidente Petro, decidió que el cargo acorde a Armando Benedetti era la embajada de Venezuela y restablecer con su amigo Nicolas Maduro las relaciones rotas durante los 4 años del DJ Duque.

Sin embargo, Armando siempre reclamaba que debía estar más cerca del poder, y eso era necesario para un tipo que se sabe mover como ratas en alcantarillas, un tipo que sabe gestionar y ganar mayorías. Vino en ese entonces la famosa pelea con la "coya" Laura Sarabia, la persona que muchos petristas considera persona vitamina de Petro, una asistente de unidad legislativa de Armando Benedetti, recomendada por el propio Armandito para ser la asistente personal de Petro, y a causa de esa pelea, Petro decidía en ese momento echar a los dos susodichos de su gobierno. Para luego del escandalo, como todo politico habilidos rescatralos y trarelos nuevamente a su regazo. Muchos secretos hay entre esos dos oscuros personajes, para que Petro se atreva a nombrar a una desconocida y sin conocimiento en relaciones internacionales como canciller del país.

La reforma a la salud no venía con los mejores precedentes en el congreso, en donde ya había sido hundida un año antes la corcho salud, sin embargo, el encargo para Benedetti era pan comido, alinear a los políticos de siempre como ratas de alcantarilla tras el flautista de hamelin para votar lo que muchos sectores médicos y privados consideran un adefesio de reforma, la cual el entrega poderes a alcaldes y gobernadores y deja la salud en manos del sector público dando incentivos a las llamadas EPS que pasarían a convertirse en gestoras de salud, con menos responsabilidad pero con muchos beneficios.

De los petristas ya no podemos decir que tragan sapos, hoy los defienden, defienden que era necesario tener a Armando Benedetti en el gobierno, gestionando de una manera organizada el congreso, un tipo que se sabe mover en el poder y en las tuberías más sucias, un político de esos de los antes que ha sido redimido por el propio Petro a capa y espada, defendiendolo como drogadicto y alcohólico que es, diciendo que merece una segunda oportunidad, siendo Petro de llevarlo a su altar de mano derecha para que Armando le ayude a gestionar el poder que no supo gobernar durante dos años y medios, pero que encontró en el man que necesitaba la ayuda para echar a andar reformas que parecen dañinas a todos, total a políticos como los conservadores, liberales o de la U, no les importa quien gobierne siempre que tengan a un man con Armando que les ayude a lo que nece$iten.

jueves, febrero 27, 2025

¿Quien carajos ensucia las ciudades?

 En estos días han aparecido grafitis con la pregunta ¿Quién carajos es Caicedo?, como si importara mucho tratar de posicionar a un desconocido para el país en el ámbito nacional, un personaje que debe recurrir a ensuciar las ciudades mediante grafitis en una clara ofensiva de comunicación, que busca que un olvidado Caicedo se dé a conocer en todas las esferas públicas mediante el uso de grafitis que no dicen nada y contaminan mucho visualmente.

Hasta el momento el extinto partido y hoy movimiento  Fuerza Ciudadana, como tampoco su líder supremo el propio Carlos Caicedo han reconocido estar detrás de la campaña de expectativa, en ciudades como Barranquilla, Cúcuta, Valledupar y Tunja siguen apareciendo diariamente grafitis con la pregunta ¿Quién carajos es Caicedo?. Sin embargo, ya han aparecido los influencer pagados y prepagos del caicedismo a reivindicar la frase con la que buscan que el país no olvide a un olvidado Caicedo. 

Con el sueño de ser presidente siempre alimentado por el ego de creerse un emperador todopoderoso, apodado por su hermana la paca, como el líder monumental y el posicionamiento en las encuestas en los últimos lugares. Caicedo intenta apartarse de la izquierda donde puede competir por un espacio, esa izquierda recalcitrante que engaña a tontos y que embauca a muchos con un discurso lleno de odio, que posiciona a sus figuras con un discurso en el que dicen odiar todo lo que aman. El peor laboratorio de la izquierda se dio en Santa Marta con el mismo Caicedo, una ciudad que estuvo bajo su yugo durante doce años y en la que el tiempo sigue pasando como si nada, le dejo a Santa Marta y al departamento del Magdalena un ejército de contratistas dominados por el contrato que renuevan cada 3 meses.

La política que hacen desde ese sector político del país es la del discurso que envuelve a quienes anhelan y se refugian en lo que prometen políticos con un falso discurso de cambio, pero que finalmente terminan en la misma orilla política, caso concreto el de Gustavo Petro, quien está dominado por el camaleónico Armando Benedetti, un político de los de siempre que gobierna bajo el manto de los de ahora.

Han logrado lo que querían, por lo menos que algunos hablen del político llamado líder monumental, es que perdió la alcaldía por su deseo de imponer a la paca en la alcaldía de los 500 años, ese que ha visto como muchos de sus compañeros o para el súbditos han saltado del barco, personas que han abierto los ojos ante quien no tiene mucho que ofrecer pero sí mucho que seguir ganando aunque hoy sea de los políticos millonarios de la ciudad de Santa Marta. La respuesta a quien carajos ensucia las ciudades con grafitis rojos, parecen tenerla los influencers prepagos del Caicedismo, los que intentan gracias a contratos y dinero ayudar a montar a un desconocido nacional, pero temido líder monumental de la ciudad de Santa Marta, el mismo que hoy tiene un clan al estilo político de los de antes y sigue hablando de clanes de los de antes, olvidando que el clan vigente en el Magdalena es el de Caicedo.

miércoles, febrero 26, 2025

La política es el arte de romper las reglas

La democracia está sobrevalorada, la política es el arte de quien engaña al otro para conseguir poder o glorificar sus vanidades y alzar mucho más su ego. Pasa en la política nacional, y pasa en un ejercicio democratico de personería en un colegio. Dice el viejo adagio popular de los que pasan de más vivos que los otros que las reglas están para romperse, y el Colombiano común es dado a eso, a romper las reglas siempre por querer ganar a como dé lugar. Por eso siempre es importante recordar la frase del mejor aspirante a presidente que tuvimos en las pasadas elecciones y que se quedó a un paso de ser presidente en el 2018, de la manera que se llega al poder se gobierna. Y quien rompe las reglas establecidas para ganar, no merece ser admirado como triunfador.

Escribo desde la preocupación de lo que hoy hacen quienes desean ganar a como dé lugar, sobre las reglas establecidas las incumplen, buscan el beneficio para mostrarse en un colegio, ya no es solo romper las reglas legales sino las morales, lo ético sobre lo legal también se rompe porque no importa cómo, ni para que. Ante un comité se firman compromisos y acuerdos que no importa romper, y ante la mirada de los organizadores de una elección de personería en un colegio reconocido. ¿Importa? Parece que no.

La enseñanza a los niños y futuro de este país, pasa hoy día por saber que se puede pasar por encima de las reglas establecidas para ganar, satisfacer el ego de hacerse elegir como sea. Total, este país arreglo no tiene, si fuimos capaces de llevar a Duque como presidente y luego a Petro a la casa de Nariño, dice mucho del arte de romper las reglas, Duque apoyado por el ñeñe, Petro apoyado por el hombre marlboro y gobernando junto a Armando Benedetti, a quien encarga la tarea de domar un congreso lleno de ratas como el mismo armandito.

El colombiano del común, el que es más vivo que el otro y que dice el vivo vive del bobo siempre pensara en hacer lo que sea para conseguir su sueño, y en política está demostrado. Los ejercicios democráticos se vuelven manipulación de las masas populares, a las que es fácil llegar con una camiseta del junior o un muñeco del tiburón. En Barranquilla se vende mucho el Junior, los char y los niños lo saben. Si son 3 niños máximo acompañando y van más qué importa, si no se puede utilizar pines para apoyar al candidato pero el colegio lo permite qué importa, que importa ensuciar y dejar la publicidad de la campaña en todos los lugares si para quien debe velar porque esto no ocurra no importa, quizás no entiendan la forma de ser de quien si cumple con lo pactado y acordado, eso que todavía enseñamos algunos padres a nuestros hijos, pero que en la realidad y los comportamientos diarios no importa. 

¿Qué estamos enseñando al futuro de Colombia?, la permisividad es igual de cómplice para aquellos que se sienten respaldados ante los ojos de quienes optan por seguir las reglas, personas que bajo la decencia y el cumplimiento de las normas desean llegar a gobernar. En los ejercicios democráticos se resumen muy bien lo que ocurre en nuestro país, y en general podemos decir que en el mundo. Fenómenos como Trump, Milei y Bukele, considerados outsider de la política demuestran que cuando el pueblo se cansa lleva a locos al poder. Mientras tanto seguimos y seguiremos viviendo bajo la misma premisa de que romper las reglas es bueno para ganar y más si va acompañado de la permisividad de quienes deben ser garantes de la fallida democracia, la misma que nace en un colegio con la candidatura a personería y que muere con tipos como Petro de presidente.



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