sábado, marzo 08, 2025

Al Union Magdalena la B le respira en la nuca

Lo primero que debemos decir es que la culpa de este mal momento del equipo amado de Santa Marta es de todos, directivos, cuerpo técnico y jugadores. El profesor Jorge Luis Pinto, flamante mundialista aceptó el reto de dirigir en la B como un favor a su amigo Eduardo Davila, quien le suplicó subir al equipo a la primera categoría, reto que fue superado con creces quedando campeón en el año 2024. Pinto llegaba en el segundo semestre con mucho amor por los colores y muchas ganas de ascender, su misión fue cumplida y prometía que el equipo no debía bajar más nunca al infierno llamado torneo de la B. Todos creímos que esas palabras, en las que le pedía a los directivos fichajes de renombre serían el eco de un buen augurio en el año 2025. Sin embargo, así no fue.

Pinto le pide respeto a la afición samaria, pero el primero que se irrespeta es el mismo Pinto, traer jugadores sin ningún renombre, jugadores baratos y varados ha costado mucho, de 8 partidos jugados el Unión Magdalena no conoce la victoria y se ha llevado 4 empates, incluyendo 3 en casa y una derrota ante un débil millonarios, lo demás pérdidas por fuera con equipos como el Pasto, Llaneros,  y Alianza Fc. Siempre dejando en el ambiente un sabor a mal fútbol, el que refleja lo roto que está ese vestuario con jugadores que no sienten, ni quieren la camiseta. 

Clavarse su propia cruz es traer a defensores como Darwin Palomeque, ex real Cartagena, Oscar Vanegas, Martin Payares, jugadores sin técnica ni función como Eric Krame, o Franklin Navarro, y dejar como capitán a Cristian Sención, y a un delantero al cual le rebotan todos los balones y que nunca está en el área como lo es Orles Aragón, al que si le tiran una bolsa de cemento le rebota. Un equipo mal confeccionado y mal dirigido, por quien sigue con su terquedad de jugar con 5 defensas de visitante aun cuando este año no le ha dado resultados, Pinto es de esos técnicos de la vieja escuela que mueren con la suya, y su barco se hunde con Orles Aragón por encima de Gustavo Mosquera o de cualquier delantero de la cantera, de la cual no echa mano, porque prefiere traer jugadores baratos y del monto, antes que mostrar pelaos que puedan querer más estos colores.

Pinto dejó ir del Unión al motor y alma del medio campo, nunca entendimos como no quiso retener al mejor jugador extranjero del equipo, Agostino Espina. Su excusa, decir que en el equipo y en el medio local se conseguían mejores mediocampistas del argentino que cantaba el himno de Santa Marta en cada partido. De los refuerzos que trajo solo dos han funcionado, Edward Esteban y Oscar Barreto, arquero y mediocampo, quienes junto a Fabian Cantillo son los únicos jugadores que se pueden rescatar de la debacle bananera.

Al Unión Magdalena la B le respira en la nuca y eso es culpa únicamente del mismo Pinto y sus amigos directivos, quienes le armaron un equipo más blandito y malo que el que tuvo en la B, del que se fueron baluartes como el pecoso Correa, Tello, Spina, Carreño quien nunca fue del agrado de pinto, Lupin Gonzalez entre otros, desarmó un equipazo para traer paquetes, jugadores baratos y de medio pelo, a su acomodo, sin recurrir a la cantera, con los que no se ven resultados fecha tras fecha, solo fracasos. 

La afición está incómoda, la gente no aguanta ni come de mundialistas, los resultados no se ven y la terquedad no es la mejor consejera de un técnico que luego de 8 fechas no conoce la victoria y que tiene al equipo en el descenso del que subió hace pocos meses. Dávila en la suya, con un cáncer del equipo que se hace llamar director deportivo y que nadie entiende como sigue en el equipo, son las cosas del Unión, un equipo muy amado y mal administrado.



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