La ciudad de Barranquilla es la capital y la ciudad más
importante de la costa caribe colombiana, es una ciudad que le ha mostrado una
cara diferente al país, pero que lastimosamente como muchas de las ciudades de
Colombia no está preparada para un evento catastrófico de gravedad, caso
sucedido el lunes 16 de septiembre con un vendaval que se llevó por delante árboles,
postes, tejas y dejó sin energía al 70% de la ciudad.
El problema de la ciudad, al igual que el de muchas ciudades
de la costa atlántica radica en la falta de preparación para enfrentar este
tipo de eventos que se pueden dar en cualquier momento y sin mayor aviso, un día
tan caluroso como el del pasado lunes no suponía que iba terminar con semejante
vendaval que incluía vientos de hasta 70 km/h y con mucha lluvia, ocasionando
trancones, arroyos, postes en el suelo, accidentes, casas destechadas y dejar a
la ciudad en las manos de la compañía de energía A-ire.
Justo en el momento que el gobierno interviene una compañía
que nació con fecha de caducidad, 4 años, y que fue entregada saneada y con una
cartera de su antecesor Electricaribe para gestionar, empresa que vía tarifa
recibe las pérdidas que produce la cultura costeña del robo de energía y que
mediante componentes tarifarios hacen de la energía en la costa la más costosa
de pagar, sumándole el agravante del alto consumo al que nos lleva el calor de
la costa, justo en el momento del cambio de la administración con el gobierno,
sucede lo inesperado y colapsa el sistema en la ciudad, calles y sectores que
luego de 48 horas continúan sin el fluido eléctrico, y como ya se ha vuelto
deporte en este país, la gente sale a las calles a cerrar, a quemar llantas, a
protestar por sus derechos vulnerados de estar en la ciudad que florece pero
que no tiene energía eléctrica.
En este momento no aparece ni el alcalde, famoso por salir
siempre con su gorrita y darse baños de popularidad en la ciudad, justo en este
momento sigue hablando de la opción tarifaria que se eliminaba en noviembre y
que vía intervención, el gobierno nacional promete acabarla en el próximo
recibo de octubre, justo en el momento que se necesita autoridad y colaboración
con esta compañía de energía para que restablezca el servicio a los ciudadanos
del sur y del norte que aún siguen sin el servicio, la ciudad se va a la anarquía,
se muestra como tierra de nadie, tierra en la cual se hace pequeño el
gobernante y grande el pueblo y en la cual terminamos afectados todos de algún
modo, modo que no entendemos o que podemos ver como parte del problema que fue
crear una empresa de energía que nunca estuvo preparada, que no tiene la
infraestructura ni la operación para subsanar rápidamente lo que la naturaleza
con su fuerza arraso en 20 minutos de brisa y lluvia.
Solo nos queda imaginar que sería de estas ciudades con un
verdadero huracán, en donde estaríamos en este momento, o que sería de la
ciudad que florece y avanza como dice el man de la gorrita. Finalmente, estaríamos
con ciudad gótica en la película de Batman, el caballero de la noche asciende. Acá,
esto es tierra de nadie, donde los policías solo se limitan a pitar y desviar
carros para que no pasen por donde con ramas y llantas se protesta y se vive la
anarquía por un mal de años, que no han sabido solucionar, los políticos de
antes ni los de ahora.
Perlas:
- Capítulo aparte merece la nominación del presidente Gustavo Petro de su ternado al puesto de procurador general de la república, el secretario del senado de la república, Gregorio Eljach un personaje bastante polémico y que siempre ha sido visto como un político tradicional, tiene la maquinaria del senado en su bolsillo con cuatro periodos en el cargo. Petro se sale del molde de lo que llamaba el progresismo y alternativo y se la juega por lo que tanto criticó, lo mismo que hizo cuando como senador ayudo a elegir a Alejandro Ordoñez, quien después sería su verdugo, lo visto en este país es que los políticos son unas ratas de izquierda y de derecha, que el tal cambio nunca existió.
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