Cuando
parece que el mundo ve la luz al final del túnel, en el momento que los casos
de COVID empiezan a disminuir en el mundo y lo más importante la letalidad del
fatal virus parece caer gracias a la vacunación, justo en este momento
empezamos a ver lo que ha dejado el encierro, lo que ha dejado la pandemia, lo
que ha hecho en nosotros como humanidad, sobre todo vemos los efectos nocivos
en quienes empiezan a vivir, en los niños, los hijos de la pandemia, el mundo
no será igual seguramente, pero nosotros como humanidad seremos lo mismo o peor
que antes.
Vivir lo que hemos pasado ha sido difícil,
ha sido un camino duro para el que nadie estaba preparado, han sido muchas vidas
las que se han ido en los últimos 18 meses, amigos, familiares, conocidos y
millones de personas que han sido víctimas de un cruel virus que se ensaño con
la humanidad para mostrarnos cuan frágil somos, pero parece que nosotros no aprendimos
nada.
Y luego del encierro, tenía que venir lo
que el gobierno llama la reactivación económica de un país que se paralizó
durante meses y que tenía a Duque de 6 de la tarde a 7 de
la noche todos los días con un programa que poco o nada aportaba, pero que le servía
a un gobierno tan caído para tratar de salir a flote en las encuestas. La reactivación trajo
consigo lo que no esperábamos, que siguiéramos igual o peor como humanidad, la
gente no aprendió nada del encierro o de lo duro que es una pandemia, y así,
muchos siguen reacios a vacunarse, siendo egoístas con los demás, muchos andan
de farra en farra porque creen que todo ya pasó.
Los más perjudicados los niños, fueron los
primeros enviados a la casa y los últimos en salir, a tal punto que muchos
siguen en sus casas por cuenta de que muchos papas se niegan a que vayan al
colegio por temor a que se contagien, pero esos papas no tienen miedo de irse
de farra, fiestas, discotecas, gimnasios, o simplemente andar en los centros comerciales
vitrineando. Ese encierro ha sido perjudicial en el desarrollo social y
educativo de los niños, no se puede decir que un niño de 5 años aprende
virtualmente, la verdad es que lo más duro del encierro y las consecuencias
saltan a la vista en estos momentos. Procesos difíciles que todos como actores
de la sociedad deberíamos entender, pero que muchos en su rigidez o en su escasa
mentalidad no lo ven así. Los niños y adolescentes se encerraron en el celular
y en las redes sociales, nada bueno puede salir de ahí para ellos.
Los niños de la pandemia el resultado que
hoy vivimos, en el que muchos niños no han pasado por su proceso educativo y
social normal. Toca trabajar mucho en ayudarles a ellos. Es un trabajo que debe
venir de la sociedad unida. El mundo cambió, lástima que muchos no se dieron
cuenta.
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