Cuando en las elecciones del año
2011 para elegir alcalde de Santa Marta, el entonces candidato y ex rector de
la Universidad del Magdalena se alzaba con el triunfo a la alcaldía de Santa
Marta, estábamos lejos de imaginar el fenómeno o monstruo que se convertiría en
la política local y como asoma a nivel nacional. No pensamos que querer cambiar
la política tradicional de Santa Marta iba a derivar en la creación de un
monstruo que día a día sigue haciendo política desde su silla de gobernador.
En ese año 2012, Caicedo se
posesionaba como alcalde de Santa Marta en nombre del partido liberal luego de
que Rafael Pardo le diera en persona el aval. Eran las épocas de la
"flacas están de moda", canción que grabó el hoy gobernador y que
amenizaba junto al hoy enemigo Luis Miguel Cotes, esas épocas pocos olvidamos,
hoy que de enemigo y corrupto no baja al mello. Pero la política es dinámica, y
tanto hablar de los de ayer y de los de hoy, que no sabemos quiénes eran
peores. Es increíble ver cómo han convertido el Magdalena en un fortín de
contratistas dispuestos a salir a marchar y votar por el gobierno popular del
cambio, ver cómo han acabado con la institucionalidad desde un palacio donde se
cree amo y señor del departamento.
En las más recientes encuestas
que se publican en los medios, aparecen los gobernantes naranjas como los más
populares del país. La alcaldesa de Santa Marta, que más parece la secretaria
de Caicedo y el mismo gobernador son los más populares. Así como es popular el reggaetón
o los hot dogs, no quiere decir esto que sean lo mejor. Por el contrario, solo
indican que son eso, populares. Pero no han traído resultados positivos a una
región que sigue sumida en la desidia estatal y en la burbuja color naranja que
imponen desde el palacio tayrona. Solo basta recordar que Uribe Velez fue el presidente mas popular de Colombia, y de eso no queda nada.
Más de 117 mil samarios viven
con menos de $159 mil pesos al mes, Santa Marta es la tercera ciudad a nivel
nacional con mayores indicadores de pobreza, solo la superan Quibdó y
Riohacha. En la ciudad donde el cambio es imparable, de cada 100 personas
que trabajan, 62 lo hacen en la informalidad. No hay creación de
empresas, se privilegia el subsidio a los pobres, como medida política que
ayuda a mantener los votos de los más olvidados, entiende el gobierno naranja
que hay más pobres y eso es lo que deben alimentar. Santa Marta es la
quinta ciudad con mayor informalidad en Colombia, superada únicamente por
Valledupar, Riohacha, Sincelejo y el área metropolitana de Cúcuta.
Por sus frutos los conoceréis, en la burbuja
naranja predomina el uso de contratistas para marchar, protestar, mover redes
sociales, esa es la estrategia que ayuda a ser populares. Sin embargo muchos seguirán
esperando que el gobierno de ahora deje de hablar del gobierno de ayer, o de
antier, o de hace dos periodos. Porque al pueblo del común, solo debe
importarle el presente y el futuro. Para atrás miraba cuando decidieron
cambiar, sin saber que íbamos a tener un carrito de hot dog tan popular como el
reggaetón pero que no alimenta, como tampoco lo hace la comida chatarra.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario