El gobierno del subpresidente Iván Duque se ha
empeñado en retomar la vida normal, dentro de lo anormal. El resultado, una
desgracia, una catástrofe. Se inventó un COVID-Friday y los muertos los estamos
contando por centenas. Lo más difícil de los gobiernos como el de Uribe y Duque
es invertir en educación, su prioridad no es a largo plazo, para ellos es mejor
seguir con el problema de la guerra y mostrar una que otra obra, pero no educan
a un pueblo que nota la falta de profesionales de la salud.
Se acerca el 1 de Agosto, fecha en la que el subpresidente y su gobierno definieron que los niños debían regresar a la presencialidad, y dado el panorama nacional, las condiciones no están dadas para que los niños regresen a las escuelas, todos los caminos llevan a que los niños sigan en casa desde la virtualidad. Obviamente será la generación de niños que estuvieron encerrados por un año, tiempo calculado para que el mundo pueda superar esta horrible pesadilla llamada coronavirus, que nació en el lejano Oriente, pero que se ha ensañado con los países subdesarrollados como Colombia, y otras potencias como Brasil y Estados Unidos, gracias a los malos gobernantes que se tienen.
En estos momentos en los que se hace cansón e innecesario, el subpresidente sigue en pantalla todos los días, aparece como un presentador de show, dando la palabra a sus ministros para que estos comuniquen las acciones ineficaces que se han implementado, y otras tantas que sabremos no servirán. Este gobierno tan Disney, que saca decretos en los que se les olvida firmarlos, hace concesiones con las empresas y trabajadores que luego la corte constitucional tumba y que se ha empeñado en darle más dinero a los bancos que a las personas que deben salir a las calles a buscar la comida del día.
Lo que ocurre en nuestro es país es el resultado de
políticas iguales en los últimos 30 años, desde que César Gaviria abriera el país
al neoliberalismo y luego Uribe apareciera con su mal llamada seguridad democrática,
la misma que ha logrado más de 8000 muertos por falsos positivos, en donde nos
hicieron creer que la guerra la estábamos ganando, cuando en realidad estaban
asesinando a jóvenes que ya veían sin futuro, en un país que destina el dinero
a los que más tienen y olvida la educación.
Hoy pagamos esa deuda histórica, la carencia de médicos preparados para enfrentar una pandemia de este tamaño se vive en las unidades de cuidados intensivos. Y a la voz del alcalde de Medellin de pedir ayuda a los medicos cubanos, el gobierno dice NO. En las UCI no hay con quien, aunque el subpresidente insista en traer más y más ventiladores. Mientras tanto ciudades como Barranquilla iniciaran reapertura del comercio no esencial, esperando una segunda oleada de casos luego de pasar las horas mas oscuras en el mes de Junio.
Se les pasa por alto hacer cercos epidemiológicos, o educar a la gente para que haga lo que tiene hacer, y aun así esperan que los niños sean quienes salven al país, los empiezan a sacrificar mandándolos al colegio, la ministra Angulo destina dineros para que las escuelas cumplan con protocolos, escuelas en las que no se cuenta con agua potable, pero esperan que los niños regresen a ellas. Este es el gobierno de Mickey Mouse, o de Iván Pandemia, yo ya ni se, lo que si se es que las condiciones para esa nueva vida no están dadas, y menos en un país tan falto de educación.