domingo, junio 24, 2018

La estupidez, la trampa y la grosería son universales

La trampa sin lugar a dudas es un rasgo en la personalidad nacional que algunos la manifiestan en forma privada y otros en forma pública, o acaso colocar en la hoja de vida que se tiene especializaciones de Harvard que no lo son, no es trampa, o acaso decir que se es doctor cuando no lo es, no es trampa. Esa es parte de la herencia de la escoria que colonizó a Colombia y Latinoamérica. Y no solo los Colombianos cometemos estupideces en el exterior, también están los argentinos y mexicanos, que al mejor estilo hicieron lo mismo, un argentino que le dice a una Rusa que repita que quiere chupar pija y un mexicano vivato que ingresa tequila a un estadio en un termo en forma de celular, burlando la seguridad rusa como lo señalaron los colombianos que ingresaron traguito.

Ahora, si bien hacer este tipo de actos en suelo extranjero por connacionales que se ufanan e identifican como colombianos, es completamente reprochable, la doble moral del colombiano nos da para exigir que los sancionen, incluso algunos piden que los devuelvan de Rusia.

Y aquí que tire la primera piedra quien nunca se ha colado en una fila, o quien nunca ha adelantado a un carro en vía con doble sentido, o quienes no han camuflado trago a un sitio donde era prohibido, o acaso somos adalides de la cultura escandinava, o nos creemos Suizos? Ese deseo de lapidación pública encarna también el desprecio al prójimo, es desproporcionado que la gente celebre que esas personas pierdan su trabajo y que sigamos insistiendo con la burla a través de las redes sociales.

La estupidez pasa por aquellos que se gastan un montón de dinero para ir de vacaciones a Rusia al mundial y sacar lo peor de su raza, lo peor que puedan mostrarle al mundo, incluso algunos agrediendo físicamente  a los fanáticos del equipo rival que le acaba de ganar. Esa es la estupidez universal, compartida con muchos otros que hacen y se la pasan en lo mismo.

Pero solo reaccionamos cuando vemos un video viral que nos irrita y que nos saca de lo común, claro está, lo común se ha vuelto que en Colombia los políticos se tiren entre sí, y que algunos se pasen de la raya ofendiendo a colegas mujeres, con palabras de grueso calibre que rayan en la agresión, de ahí a los golpes falta muy poco, esos personaje que son capaces de llamar bandida a una mujer que tiene los pantalones que le faltan a muchos de eso políticos y que es agredida en pleno por ese partido que no es de centro ni es democrático, allá saben muy bien como bajarle el calor del momento al país, fueron los reyes de las cortinas de humo, justo en el momento que la justicia comenzó a operar para meter tras las rejas al 40% del congreso parapolítico que tenía el expresidente Uribe en su bolsillo. Ese mismo gobierno que habla de lucha contra la corrupción y cuenta con dos congresistas mencionadas por el fiscal en el escándalo que llamaba nauseabundo, y que a su vez compró su reelección con notarias, comprobado por la justica en la llamada Yidis política.

Algo es cierto, y de tanto repetir algo queda, es así como escuchamos a esos personajes hablarnos de lucha contra la corrupción y contra la trampa pero con trampa en su partido, o cuando alguien suelta la lengua y dice la verdad es tildado de borracho, esa es la estupidez humana, que da igual para todos, porque es universal al igual que la trampa y la grosería.



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