sábado, abril 28, 2018

Los buenos muertos y los buenos muchachos


Con el discurso de la Xenofobia llegó Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos, con ese mismo discurso en el Reino Unido decidieron irse de la unión europea por considerar que eran de más clase que el resto de Europa y ahora con el discurso del castrochavismo en Colombia estamos ad portas de elegir como presidente al que dijo Uribe, todo lo anterior resumido en Miedo.
Esta carrera presidencial colombiana y en general las elecciones que se llevan a cabo son movilizadas por el miedo que infunden desde quienes siempre han estado en el poder,  y que saben de lo poco racional que somos los colombianos, ya que entienden desde esta corriente política que los colombianos nos movemos visceralmente.
En ese partido político donde hay muchos buenos muchachos, que luego de aliarse con criminales como el caso del doctor noguera, un buen muchacho samario, terminan en la cárcel por haber convertido el organismo de inteligencia del estado en un aliado del paramilitarismo, todo alcahueteado por nuestro mesías, el mismo que dirige la orquesta, define candidatos y pone presidentes.

¿Qué pasa cuando no sirven los buenos muchachos? Se convierten en buenos muertos? justificados en un mensaje que el senador que es más inteligente que todos, justifica como un mensaje que replicó, pero con el que no está de acuerdo, esa es la política de este señor y aun así sus seguidores fieles, no se perderán, estamos seguros quienes creemos en un estado social y de derecho, tal como lo dice nuestra constitución y no creemos en Uribe, que el ex presidente puede pararse al frente de un colegio y disparar con un fusil que no perdería un solo voto o seguidor. 
En Colombia ha bajado el Uribismo, pero los que quedan son los más radicales, pensadores como José Obdulio, quien enviaba al llamado Patriota a hacerle favores en la cárcel de Medellín y que ahora niega que lo haya hecho.  Todo esto hace que quien antes se hacía matar por Uribe, el llamado patriota, ahora tema que lo maten.

No se sabe que da más miedo, que un ex-presidente de Colombia hable de buenos muertos o que sus seguidores sigan ahí como si nada, que todo lo que diga o haga no le reste un solo voto o le quite credibilidad ante quienes ciegamente lo siguen. Solo demuestra lo enferma que esta nuestra sociedad y lo obstinada que se ha convertido en pos de luchar contra miedos fantasmas como el del castrochavismo.

Seguro que al llegar al poder buscaran perpetuar la idea de que deben luchar contra Venezuela, que nuestras EPS no funcionan porque Maduro es el presidente del vecino país, o que la calidad de la educación en Colombia no es buena porque la guerrilla tiene 10 curules en el congreso, seguro que mucho de eso seguirán diciendo, y muchos seguirán creyendo ese discurso, al mejor estilo de los compañeros de su partido que no cuidan las comunicaciones que terminan apartados frente a la luz pública cuando develan como funciona ese mecanismo. Así son, lo más peligroso de todo es entender cómo se habla de buenos muchachos y buenos muertos, o ni siquiera eso, sino como los Colombianos justifican que un personaje tan oscuro siga aturdiendo la sociedad con mensajes en Twitter, hackeando el corazón de los incautos.


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