Dicen que con el tiempo las personas terminan acostumbrándose a su
situación, siempre lo verán como normal y por eso no sufrirán o sentirán algo
anormal, y tal vez en caso de que eso que los acostumbro deje de ser o de pasar
sentirán la falta de costumbre, similar nos pasa en Colombia, en donde nos
acostumbramos a un miserable conflicto que ha dejado cientos de miles de
muertos a lo largo de la historia, secuestros y destrucción de la sociedad, es así
como vemos en noticieros el secuestro de tres periodistas y sentimos regresar
al pasado, a las épocas en las que Andrés Pastrana le entrego el país a las
FARC o como dicen unos, fue engañado por la guerrilla y Colombia vivía una época
de desesperación con bombas, secuestros, retenes y tomas guerrilleras.
En Ecuador no están acostumbrados a vivir esas épocas, ha sido un país más
caracterizado por luchas indígenas y situaciones políticas internas que hicieron
en un momento de su historia que los presidentes electos no terminaran su
mandato. Por eso esta semana, cuando se confirmó el asesinato cruel de tres
periodistas a manos de bandas criminales, producto de aquellos que decidieron
escapar del proceso de paz, el Ecuador se levantó en una sola voz de rechazo,
no están acostumbrados a aquel delito atroz en un país que no ve ese tipo de
noticias en sus medios.
Nosotros como sociedad, solo recordamos épocas oscuras y nuestra
reacción es sentir el mismo miedo que vivimos a finales de los 90. Ese del que
los políticos se aprovechan para seguir o recuperar el poder, nos quitan las
esperanzas entre bandidos, por un lado los actores armados que tantos
presidentes han colocado en nuestro país, y por otro lado esos gobernantes o
aspirantes que saben que la falta de costumbre a una sociedad en paz es un
detonante del miedo para aprovecharse y seguir en el poder.
Somos una sociedad inmensamente violenta, nos acostumbramos a eso, lo
vivimos y lo seguimos viviendo, porque los actores armados intervienen en
nuestros anhelos de superarnos como sociedad, la delincuencia desatada últimamente,
los actos de estas bandas criminales que se formaron luego de la
desmovilización de los paramilitares y de las FARC, hacen que siempre sintamos
el temor al que nos acostumbramos y esa búsqueda encontremos mesías o
salvadores que nos prometen una dosis de lo mismo que vivimos en el pasado,
tratando de evocar viejos recuerdos cual dos quinceañeros enamorados, en donde
un país no entiende de cultura o educación, porque se acostumbró a la violencia
y a exigir mano firme contra los bandidos, siempre y cuando esos bandidos
no sean amigos de quien promete esa mano firme y corazón grande.
Perlas:
- Resoplan vientos de guerra en el mundo, nada bueno deja el populismo, sea de derecha o de izquierda. http://lobispo.blogspot.com.co/2016/07/vientos-de-invierno-alerta-en-el-mundo.html
- La
estupidez humana es impresionante, solo a un estúpido y además bandido, se
le ocurre seguir delinquiendo cuando se le han condonado sus crímenes del
pasado, solo con la única promesa de no volver a hacerlo, sin embargo el
señor Santrich al parecer solo entiende de poemas y de sus fechorías.
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