Iván Duque es el subpresidente de
Colombia, es ese personaje al que no le sale una. En el año 2021 decía que al
clan de golfo se le había acabado la guachafita cuando capturaba a Otoniel.
Hoy, ese clan del golfo es capaz de paralizar el país porque Duque de manera exprés
ejecutó la extradición del capo del clan.
Son tantas las frases que Duque
ha lanzado que no ha podido cumplir, paso por sus 40 minutos de fama en plena
pandemia con su programa de televisión todos los días por una hora, y justo con
un paro nacional lograron que se acabara esa desfachatez de presidente
presentador, se le acababa lo que el vino a hacer al mundo, creo que puede
pedirle a RCN un espacio para ayudar a Yo, José Gabriel con un talk show en el
que pueda hacer pinolitas, tocar guitarra y contarle chistes a los invitados de
su programa.
Sin embargo, de ese presidente
que brilla por su carisma sale a relucir el subpresidente que no tiene
autoridad, al que en plena época de seguridad democrática de gobiernos de
Uribe, de ese que Duque defiende, lo que queda del llamado clan del golfo, que
no son más que paramilitares reciclados, logran paralizar el país, quemar
buses, cerrar el comercio, parar el tráfico y logran intimidar al ciudadano de
a pie que termina mediante un celular replicando las cadenas con panfletos
amenazantes que hablan de cierre de universidades y colegios. Es más, es
importante para el estado actual de las elecciones que el ciudadano de a pie
sienta miedo, lo malo para Duque es que el miedo lo sienten en pleno gobierno
de lo que él representa.
Muchos de los seguidores del
mal llamado centro democrático salen con armas falsas y de fogueo a hacer
disparos o amenazar a jóvenes que bloquean calles en pleno paro nacional, ese
que causó que Duque dejara su programita de televisión, pero esos personajes no
dicen nada cuando los reductos paramilitares heredados de la desmovilización de
justicia y paz de Uribe, salen a quemar buses y paralizar pueblos en la costa.
Estamos en plena guachafita de
los que le pintan la cara al subpresidente de Colombia, los paramilitares
siempre se han sentido cómodos con los gobiernos de Uribe, quien siempre quiso
hacer creer que iba ganando la guerra a las FARC cuando realmente estaban
asesinando a jóvenes inocentes para hacerlos pasar como bajas, esa es la
guachafita que aún seguimos viendo en la Polombia de Duque en sus 4 años de
aprendizaje.
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