"La hormiga, por odio a la cucaracha, voto por el insecticida.
Murieron todos, hasta el grillo que se abstuvo...". Es la mejor frase para
describir lo que significa votar por rabia. En Santa Marta hace 10 años, se
presentaban como un proyecto alternativo y de cambio, proyecto que se fue
convirtiendo en un proceso personal electoral de quien es el líder del
movimiento naranja de la ciudad del cambio. Ese movimiento que tiene a la
ciudad y al departamento con cifras de pobreza extrema, solo compitiendo con la
Guajira y el choco, es la mejor muestra de cómo elegir por rabia y pedir un
cambio que resulta ser un salto al vacío. Al final los únicos que viven sabroso
en Santa Marta son los que andan en la rosca política de un proyecto personal,
que en nada ha beneficiado al departamento y a la ciudad.
Cambiar por cambiar, pareciera la salida del ser humano cuando ve que no hay otra solución. En el Magdalena se cansaron de los clanes de siempre, de los Cotes, de los Diagramados, de los Vives. Y yo también me canse de ellos, muchos nos cansamos, y muchos pensaron que elegir a alguien que había hecho un proceso éxitoo en la universidad del Magdalena podía ser bueno, el resultado 10 años después en la ciudad no es el mejor, el laboratorio que ya no es tan laboratorio en la ciudad, muestra un gobierno distrital que se ha enfrascado en hacer ver que son un cambio, que los de antes eran los malos, y olvidan mencionar que ya los de antes son los de ahora, después de una década de gobiernos la ciudad no va por buen camino, no hay agua, no hay trabajo, los indicadores de pobreza suben cada día y los escándalos de corrupción se tapan con contratos al hijo de la procuradora para que engaveten los procesos que deberían desencadenar procesos.
Está demostrado que el poder sin ser decente y honesto en un país como Colombia no sirve sino para llenarse los bolsillos, es como hacen muchos que llegan al poder bajo las banderas del pueblo y luego usan el pueblo solo para los votos que necesitan, los mueven cual ganado que se lleva a pastar. Pasa con los de antes, pasa con los de ahora. Lo que hoy hacen quienes se consideran alternativos son las mismas prácticas que hacen los que son de derecha, lo mismo que hacen quienes han estado en el poder por siempre y que hoy el país se apresta a cambiar en un salto a cualquier parte. Todo resultado de lo malo que ha sido el experimento de Uribe con Duque en el poder, con quien volvimos a vivir en el año 2002.
Lo de Duque ha sido un desastre, y eso genera rabia, indignación y sobre todo genera lamentos en muchos, el pueblo entendió que debe existir un cambio, y esa rabia la supo encarnar Petro, se adueñó de las banderas del cambio, el cambio de extremo, pasaremos del lado derecho a la izquierda, a un lado que nunca en Colombia ha sido poder, y será el momento exacto para ver que quieren o pueden hacer, aunque muchos ya estemos viendo en el Magdalena lo que los gobiernos alternativos les gusta hacer, son los nuevos ricos de la ciudad, pasean en camionetas último modelo, prometen obras que no tienen aún permisos, pero inauguran las vallas para vender el humo y ganar votos. Todo por mantener el poder que saben que sirve para llenarse los bolsillos y llenar sus egos.
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