Al inicio de esta pandemia en el mes de Enero muchos veían el virus como algo lejano que nunca llegaría o tocaría a nuestro país, olvidaban que en épocas de globalización estar en contacto con países que están interconectados mediante vuelos era muy fácil. Así de esa forma fue llegando el Covid-19 tres meses después al país, enfermedad que la humanidad apenas descubre y aún no sabe cómo tratar.
En Colombia el subpresidente cuando se vio superado por los mandatarios locales, que vieron en la falta de liderazgo de Duque, una oportunidad y una amenaza para el país, fueron tomando acciones de manera descoordinada y al acomodo de cada región. En Bogotá plantearon la cuarentena y por esos mismos días, la alcaldesa hablaba que debíamos estar así por lo menos hasta Junio, quizás esperando o alargando el pico del contagio de esta maldita enfermedad.
A día de hoy y después de más de dos meses de supuesto aislamiento obligatorio, en el que desde el gobierno se han restringido las medidas de acercamiento social, y la libertad de movilidad de los colombianos amparado en el decreto de emergencia social y sanitaria, se observa el crecimiento exponencial del contagio de un virus que se ensaña con las poblaciones faltas de cultura y educación como son las de nuestra región caribe, en donde más allá del hambre y de buscar la comida se nota la falta de conciencia y creencia en el virus que está acabando con la población, como si se tratara de una selección natural para controlar un mundo cada vez más destruido por el ser humano.
Algo estamos haciendo mal en Colombia, algo hemos
hecho mal, hoy el gobierno ya está pensando en abrir los colegios nuevamente
cuando el país aún no ha vivido el pico de la epidemia, un país que no soporta
su sistema de salud y en el que los héroes de capa blanca son maltratados por
los mismos ciudadanos que mañana pueden llegar a necesitar los servicios de
salud.
En Atlántico y Barranquilla sus dirigentes se aferran al concepto de que todos nos vamos a enfermar, es lo que ha dicho el alcalde Pumarejo, que todos los ciudadanos vamos a pasar por el virus y que algunos necesitaran lo que han preparado hace más de dos meses de cuarentena. No se dio cuenta a tiempo que lo que debiamos preparar era a la gente, concientizarla realmente de que es más barato que no se enfermen a que se enfermen. Pero en un pais como el nuestro es mas fácil vender cemento y obras. Muchos no entienden la magnitud del problema, otros en cambio ven en la pandemia la solución a sus problemas, como fue el caso del subpresidente, quien con televisión y medios ha logrado alzar su mala imagen, creo que es el colombiano mas feliz con este virus.
Algo hacemos mal como colombianos, quizás esperamos
a tener un policía que nos diga que hacer y que no, olvidamos que depende de
cada uno y que el estado debe garantizar nuestros derechos y deberes, pero acá
se está pensando en los grandes empresarios mientras el pueblo sale a vender
aguacate y la policía a multarlos. Algo hemos hecho mal.
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