miércoles, octubre 02, 2019

Cosas de macondo

Colombia el lugar de lo irrisible y lo políticamente incorrecto, un país que muchos llaman el país del sagrado corazón, y algunos ya le dicen el país de Uribe... Cosas que pasan en el país que respira y elige al que le diga el presidente eterno de los afectos de Duque, ese mismo presidente que protesta cuando Maduro lo llama Imbécil o Porky, pero que no le replica cuando el mismo maduro le dice Paramilitar, ya maduro le dijo que no lo llamaba más Porky...

Cosas que pasan en Colombia, país en donde la senadora Merlano del Atlántico fue elegida con votos comprados, misma muchachona que tenía una empresa criminal para la compra de votos en Barranquilla, tan organizada estaba la parlamentaria Conservadora que grababa todas las acciones delictivas y colocaba marcas y entregaba certificados a quienes les compraba el voto.
Esa honorable parlamentaria que le aporto 73250 votos al partido conservador ayudándolo a conseguir 15 curules en el Senado, curul de ella que nunca pudo ocupar porque la corte suprema descubrió el entramado que tenía para la compra ilegal de votos en la ciudad de Barranquilla y el Atlántico. Cosas de la tierra de Gabo y de los Buendía, que solo pasan en Colombia, que esos votos no le sirvieron a la misma Merlano para ser senadora, pero que si le ayudaran al partido conservador a conservar 15 curules. Cosas de macondo, que digan que la senadora actuaba sola, una persona que hace algunos años vendía minutos en un SAI de la ciudad de Barranquilla, llego a invertir más de 6 mil millones de pesos en la compra de votos.  
Cosas de Colombia que se compren votos a 200.000 pesos para Maria Fernanda Cabal, y que dos tipos se echen la culpa y la doctora Cabal siga gritando en el congreso pro uribe.

La corte suprema investigó y encontró culpable a la senadora,  y sentenció que Merlano fue la cabeza de una empresa criminal que se organizó en Barranquilla para comprar votos en las elecciones parlamentarias de marzo del año pasado, y por esto fue condenada por los delitos de concierto para delinquir y compra de votos, entre otros.  Justo dos semanas después de haber sido condenada por corrupción electoral, la ex senadora Aída Merlano se fugó y lo hizo al estilo de Hollywood, con una soga y en una moto de una persona disfrazada de Rappi, plan bien estructurado.

Somos el hazme reír del mundo, cuando esa misma senadora sale a un chequeo odontológico en Bogotá, y luego en una moto de Rappi decide fugarse de la pena por 15 años que debía pagar por comprar votos, sentencia que los conservadores reclamaban como alta. Ya no solo existen rappicreditos ahora hay rapifugas. Esos que utiliza quien le aportó votos al partido conservador, esa ex senadora a quien le comprobaron el delito del que provenían dichos votos. 
Colombia, el país donde encarcelan al Fiscal Anti corrupción por corrupto y despiden al jefe de la inteligencia militar por bruto, son las cosas de macondo.

Netflix ya tiene material para escribir una serie de Colombia, otro capitulo mas para la seria llamada los errores de este gobierno.

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