El Unión Magdalena vive y respira segunda
división, Carlos Silva se hizo famoso por ser técnico del Unión en la B, en su
mejor época como técnico tuvo de jugador a quien hoy fue su verdugo, y hoy ve como lo terminan de enterrar en el fondo del
descenso.
Un equipo que sueña con la B,
respira segunda división, y un técnico que no le salen los cambios, por más que
trabaje entre semana, por más que muestra alineaciones acorde a lo que el unión
requiere, no sabe qué hacer cuando el partido se pone difícil, En ese momento
el unión es un mar de errores, desde el banco técnico hasta los que están en
cancha. NO entiendo porque algunos periodistas dicen que Carlos Silva era la
solución, acá no hay mucho por hacer, estos jugadores están o parecen
condenados a volver a la B.
Lo he dicho desde hace semanas,
cuando la cabeza no funciona; difícilmente el cuerpo lo puede hacer, y eso le
ha pasado a este equipo, cuyo dueño desde la cárcel da órdenes y maneja los
hilos desde que el "cachaco" Méndez se fue a su Santa fe, desde ahí
el Unión se enterró en el descenso y Santa Fe logró meterse en los 8.
No es entendible como en un
partido definitivo, jugándose la vida como lo hacía ante el Bucaramanga, los
cambios del técnico van por irse a defender y seguir entregando el partido en
su terreno, en casa, el unión este segundo semestre fue un desastre en Santa
Marta, y un horror en el campeonato. No término de entender a que juega Aníbal
Mosquera, o como explicar el cambio de Pernía por Arias, y luego Valencia por
Villota, muere con pólvora guardada, pareciera que Vega y Luna no fueran de su
agrado. Todos vemos un futbol diferente al que ve el técnico del unión,
quien parece más mandadero y mensajero del dueño que técnico con esos cambios
que hace. Carlos Silva es bueno para ser técnico de las inferiores, y allá debería
seguir el otro año pase lo que pase.
El unión no se va a la B por
Carlos Silva, se va por los malos manejos, se va porque el dueño siempre ha
dicho que el equipo es de él, y con ese equipo hace lo que quiere, no le
interesa la afición, total a la afición no le interesa el Unión, un estadio vacío,
aun cuando las entradas estaban a precio de huevo casi regaladas. Aun así, la
afición no responde, ese divorcio equipo hinchada es difícil de entender para
un equipo que hizo una campañota en el primer semestre, y que comenzó a soñar
con la B, cuando trajeron a un técnico que tenía tres años sin dirigir fútbol profesional.
Como todo sueño, hay un
momento en el que esperamos despertar de esta horrible pesadilla, de esto que
calificó como una manda que estamos pagando quienes a pesar de todo seguimos
creyendo que despertaremos el 3 de noviembre, esperando que el Unión derrote al
Once Caldas y que Huila le gane a Jaguares o que el TAS le quite los puntos a Rionegro.
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