La trampa sin lugar a dudas es un rasgo en la personalidad
nacional que algunos la manifiestan en forma privada y otros en forma pública,
o acaso colocar en la hoja de vida que se tiene especializaciones de Harvard
que no lo son, no es trampa, o acaso decir que se es doctor cuando no lo es, no
es trampa. Esa es parte de la herencia de la escoria que colonizó a Colombia y Latinoamérica.
Y no solo los Colombianos cometemos estupideces en el exterior, también están
los argentinos y mexicanos, que al mejor estilo hicieron lo mismo, un argentino
que le dice a una Rusa que repita que quiere chupar pija y un mexicano vivato
que ingresa tequila a un estadio en un termo en forma de celular, burlando la
seguridad rusa como lo señalaron los colombianos que ingresaron traguito.
Ahora, si bien hacer este tipo de actos en
suelo extranjero por connacionales que se ufanan e identifican como
colombianos, es completamente reprochable, la doble moral del colombiano nos da
para exigir que los sancionen, incluso algunos piden que los devuelvan de
Rusia.
Y aquí que tire la primera piedra quien
nunca se ha colado en una fila, o quien nunca ha adelantado a un carro en vía
con doble sentido, o quienes no han camuflado trago a un sitio donde era
prohibido, o acaso somos adalides de la cultura escandinava, o nos creemos
Suizos? Ese deseo de lapidación pública encarna también el desprecio al
prójimo, es desproporcionado que la gente celebre que esas personas pierdan su
trabajo y que sigamos insistiendo con la burla a través de las redes sociales.
La estupidez pasa por aquellos que se
gastan un montón de dinero para ir de vacaciones a Rusia al mundial y sacar lo
peor de su raza, lo peor que puedan mostrarle al mundo, incluso algunos
agrediendo físicamente a los fanáticos del equipo rival que le acaba de ganar.
Esa es la estupidez universal, compartida con muchos otros que hacen y se la
pasan en lo mismo.
Pero solo reaccionamos cuando vemos un
video viral que nos irrita y que nos saca de lo común, claro está, lo común se
ha vuelto que en Colombia los políticos se tiren entre sí, y que algunos se
pasen de la raya ofendiendo a colegas mujeres, con palabras de grueso calibre
que rayan en la agresión, de ahí a los golpes falta muy poco, esos personaje
que son capaces de llamar bandida a una mujer que tiene los pantalones que le
faltan a muchos de eso políticos y que es agredida en pleno por ese partido que
no es de centro ni es democrático, allá saben muy bien como bajarle el calor
del momento al país, fueron los reyes de las cortinas de humo, justo en el
momento que la justicia comenzó a operar para meter tras las rejas al 40% del
congreso parapolítico que tenía el expresidente Uribe en su bolsillo. Ese mismo
gobierno que habla de lucha contra la corrupción y cuenta con dos congresistas
mencionadas por el fiscal en el escándalo que llamaba nauseabundo, y que a su
vez compró su reelección con notarias, comprobado por la justica en la llamada Yidis
política.
Algo es cierto, y de tanto repetir algo
queda, es así como escuchamos a esos personajes hablarnos de lucha contra la
corrupción y contra la trampa pero con trampa en su partido, o cuando alguien
suelta la lengua y dice la verdad es tildado de borracho, esa es la estupidez
humana, que da igual para todos, porque es universal al igual que la trampa y
la grosería.