Cuanta soledad puede tener un artista en si, una persona común y corriente que maravilla con su talento, pero que muere por dentro ante el vació que siente, un vacío del tamaño de mil cielos.
Como terminan quienes se adentran en el arte para hacerlo su forma de vida, el más reciente casó el de Robin Williams, quien me hizo reír y vivir muchas emociones con sus películas, una persona que lo tenía todo pero que en medio de su todo sentía una profunda depresión, esa misma que los lleva a refugiarse en el alcohol y en las drogas.
El arte de hacer feliz a los demás, esa que cuenta la historia de garrick, quién sufría de una profunda depresión y profunda tristeza. Cuentan que alguna vez en la Gran Bretaña, un hombre recurrió a donde un psicólogo para comentarle su profunda tristeza, en esa conversación, el psicólogo le pregunto que sí carecía de dinero, a lo que el paciente respondió que no, que si el problema era con su esposa, a lo que dijo no, problemas con los demás, volvió a responder que no, entonces el médico le dijo, a tu tristeza sólo la puede curar Garrick, ese hombre hace reír hasta un muerto, el hombre respondió, entonces estoy perdido, yo soy garrick. Ahí esta ese vacío, sinónimo de la tristeza de quién hace feliz a los demás por medio de una profesión que significa entrega total de parte de los artistas, y que tal vez ahí, pierden un poco de si mismos y encuentran ese vacío existencial que los lleva a tomar la triste decisión de acabar con su vida.
Perlas:
- Se fueron las fiestas, llegaron unas pocas lluvias. San Pedro abrió la llave, como decían en el colegio, que llueva, que llueva.
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