Encierro total para intentar detener una
tragedia anunciada en un país cuyo sistema de salud beneficia a los
intermediarios en la cadena y no privilegia al paciente. Encierro y cuarentena
en un país que no entiende las medidas, muchos siguen de fiesta y creen estar
de vacaciones.
Salir a hacer mercado se ha convertido en
una verdadera proeza, en un acto arriesgado para todos. Al salir el día de la
compra me veo como un soldado que va a la guerra sin saber dónde está el
enemigo, y que busca el alimento de su casa, un soldado que no estaba preparado
para salir a la calle y estar atento a todos con quienes se interactúa.
Pareciera una película de terror, las
calles solas, las personas en la calle con tapaboca como si el virus lo tomaran
por el aire, y lo mejor de todo es que lo peor está por venir, ya que el país
entra en una nueva fase de la epidemia, la fase mitigación que es cuando el
virus circula libremente y cualquier persona, el menos pensado puede ser un
foco de infección, de quien sale a buscar comida y llevarla a casa.
Los protocolos de desinfección que se ven
en memes y vídeos virales se han vuelto risas, pero al llegar a casa son la
dura realidad, hacen parte de ese mal sueño que estamos viviendo en este año
2020. En una época diferente a la de hace 100 años cuando se daba la última
pandemia, esa de la gripa española que afecto al 30% de la población mundial de
la época.
Las personas se sienten en casa un tanto agobiadas, cansadas, estresadas, el encierro produce mucho de eso. Algunos no soportan estar en su casa confinados,el sentir de la mayoría es estar viviendo una condena en casa por cárcel. Otros mientras tanto lo han tomado como vacaciones y juntan en la terraza de sus casas a los vecinos mientras juegan domino y organizan pelease de gallo.
Hay de todo, desde un presidente sin
liderazgo alguno, quien llegó a la presidencia gracias al balotaje que su jefe
tomo para elegir a quien debía ser el nuevo subpresidente de Colombia. Alcaldes
y gobernadores que ven la oportunidad de oro para tomar agendas de gobierno que
no tenían, y mucho más. La crisis sanitaria en la que está la humanidad
no debe impedirnos pensar cómo vamos y cómo queremos salir de ella. Es indudable
que, a pesar de los muy graves costos que la pandemia va a exigir de todos
nosotros, la humanidad sobrevivirá, porque todo es un mal sueño.
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