Juzgar para los seres humanos nos resulta
lo más fácil siempre, tomar juicio en todas las acciones es nuestra naturaleza
humana. Ver como se aglomeran personas que buscan alimentos regalados por los gobernantes
de turno da tristeza y a la vez produce rabia.
En esta cuarentena o
aislamiento obligatorio como lo ha llamado el subpresidente, siguen en la calle
muchas personas que deben buscar la forma de llevar la comida a su casa
diariamente. Por mi casa se escuchan desde temprano los vendedores ambulantes ofreciendo
el aguacate, los guineos, el plátano y por la tarde no pueden faltar los tres vendedores de peto varias veces.
Podemos decirles irresponsables
a estas personas que en medio de la crisis que vivimos salen a buscar la forma
de alimentar a su familia? podemos juzgar a quien prefiere salir a gritar y
vociferar lo que vende porque debe buscar el pan de hoy? Se puede decir
irresponsable a quien no conoce de fondo la enfermedad y aun conociéndola sabe
que se está muriendo de hambre y que prefiere exponerse a enfermarse que a
morir de hambre?
Veamos pues lo que ocurre en el
departamento del Magdalena y su capital, Santa Marta, grandes aglomeraciones de personas buscando los mercados del cambio, los seguidores del gobernador piden orden y
juicio a un pueblo carente de educación, un pueblo acostumbrado siempre a
elegir mal, a tomar los 50.000 pesos del político de turno.
Salen los gobernantes a llevar mercados a los pueblos del departamento, prometen más de 100.000 mercados para las familias necesitadas de un deprimido pueblo, un departamento sumido en pobreza con altos índices analfabetismo producto de muchos gobiernos que han hecho y desecho con las finanzas públicas.
Salen los gobernantes a llevar mercados a los pueblos del departamento, prometen más de 100.000 mercados para las familias necesitadas de un deprimido pueblo, un departamento sumido en pobreza con altos índices analfabetismo producto de muchos gobiernos que han hecho y desecho con las finanzas públicas.
El gobernante de turno se
atreve a ir en caravanas pueblo por pueblo, hace reuniones de miles de personas
para entregarles un saco de mercado, provocan que la gente se amotine buscando
la comida. ¿Existe la necesidad
de hacer el show para tomar la foto que colocan en las redes sociales de la
gobernación? ¿vale la pena arriesgar la vida de miles de personas que se
aglomeran buscando un mercado? ¿Vale la pena jugar con el hambre del pueblo?. Porque no ir casa por casa con los mercados?.
En Santa Marta lo visto estos
últimos días solo deja manifiesto que el pueblo tiene hambre, y que es un
pueblo hambriento no solo de comida, también de educación y cultura, pero que
como lo dice Maslow, primero se debe satisfacer las necesidades fisiológicas y
básicas de un individuo, en eso fallan los gobernantes, no en el fondo sino en la forma. No es necesario hacer show para entregar comida a quien más lo
necesita, bastaría con ir casa a casa a esos sectores a los que también iban a
buscar votos en épocas de elecciones, ahora más que nunca esos barrios
deprimidos necesitan que sus gobernantes los ayuden, y que esa ayuda llegue de
verdad a los que más necesitan sin importar banderas políticas, esos que no ven riesgos en salir a la calle a
aglomerarse frente a MAKRO haciendo largas filas buscando el mercado prometido.
El pueblo tiene hambre, y lo único
cierto que tenemos hoy es que no sabemos hasta cuando será este problema
mundial, que la mejor forma de ayudar es llevar al necesitado la comida prometida. Hoy los
políticos aprovechan unos para mostrarse y otros para criticar, unos usan sus
banderas para que los conozcan en los pueblos más apartados, al final la gente sigue jodida y el
pueblo hambriento en la calle buscando la comida y por ahí derecho la enfermedad convertidos en focos de
infección, haciendo lo que no se debe hacer, pero ¿quien puede
decirles no lleves la comida a tu casa?...
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