Aprovecharse
de la tragedia humana es de lo más miserable que puede hacer un ser humano,
aprovecharse de las necesidades del prójimo para ganar réditos políticos o peor
aún para lucrarse no tiene perdón de ningún tipo.
Hace
algunos meses se presentaba un informe en donde decían que Colombia era el país
más corrupto del mundo, en mi opinión algo que no es descabellado, en la opinión
de la tía martuchis era una ofensa para el país del presidente eterno de
Duque... Colombia, ese país que se alegra con la selección Colombia, con los
triunfos de Shakira, que trata de mostrar su mejor cara aunque en el mundo
muchos nos sigan viendo como el país de Pablo Escobar, y que por dentro se lo
consume la corrupción, la misma de odebrecht y de tantos escándalos que pasan
siempre al olvido.
Miserables
los que aprovechan esta dura época para hacer negocios, esos que venden en
contratos una libra de arroz en $3500, o una botella de aceite de un litro en $10000, sera que regalan aceite gourmet?,
miserables y más miserables. Como políticos rateros, ladrones y corruptos ven
en esta tragedia humana la oportunidad de lucrarse con el dolor y la alegría.
Quien no va estar alegre de que le lleven un mercado a la casa?
Esos
políticos que entregan mercados a las listas de quienes hacen parte del
movimiento político de la ciudad, al que el alcalde local señala con la mano
que se le debe entregar la comida que la alcaldía o gobernación recauda. Esa
gobernación y alcaldía que aprovecha la situación para contratar y contratar
sin vigilancia o quien le apruebe, amparados en estados de emergencia social y
sanitaria que dicta el gobierno, así se ferian el presupuesto que quizás la
Asamblea le tenía parado porque son los contrarios. Se aprovechan de la contratación sin licitación y hacen feria con los dineros... ahi va el como voy yo ahi...
En
estos momentos que la humanidad exige grandeza y no shows mediáticos, no se
pide que el gobernante salga en televisión todos los días como lo hace el
subpresi, o que se dediquen a Facebook live para ganar seguidores y mostrarse
como los grandes oradores que son, viven de la imagen, se ufanan de salir con
buenos indicadores en las encuestas, pero la ciudad o el departamento lo tienen
igual o peor que lo tenían los de antes. Sin embargo nuestros gobernantes practican la ley de la gallina, esa que cacaraquea por todo para fijar los focos en ellos.
Piden
donaciones para repartir a sus seguidores, somos Colombia, ese país que seguirá
siendo la vergüenza mundial a nivel de corrupción, donde no respetan ni la
tragedia humana. Al contrario es el momento ideal para seguir haciendo de las
suyas.
El papa
Francisco les envía un mensaje a estos gobernantes, es momento de que se
conviertan sus corazones, entiendan que la humanidad necesita grandeza, no
shows y mucho menos entregarle solo a los amigos, son gobernantes de todos, no
solo de los que los ayudaron a elegir y que están bien alineados en barrios
marginales y ahora con mercados y bonos de familias en acción están contentos, ¿Quien no cuando le regalan algo?.
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