Ha pasado el año 2020, un año muy extraño
para la generación que debió vivirlo, un año que no se sintió en medio de la
pandemia por COVID y que nos debería dejar muchas enseñanzas a una sociedad
consumista, egoísta, engañada y acostumbrada a lo mismo. Este año
definitivamente fue, enero, febrero, cuarentena y diciembre, pasó como un soplo
y así lo hemos sentido.
Sin embargo para muchas personas que han perdido a
familiares y que vieron como el COVID les cambió la vida no podrán decir lo
mismo, solo podrán recordarlo en medio de la tragedia que supuso este extraño
2020, el año que nunca vimos venir pero que muchos ya podían predecir. El
año que lo cambio todo, puso el mundo patas arriba, un año que debería ser
punto de inflexión en la humanidad, pero que quizás solo ahonde las diferencias
y problemáticas entre todos.
Cuando estalló la pandemia que la OMS no quería
aceptar, pese a que todo demostraba el problema que venía, las potencias
mundiales y en general los líderes se vieron pequeños ante el desafío que
marcaba enfrentar el COVID, siguieron la línea de China en donde solo cerraron
una ciudad con más de 11 millones de personas y que con medidas más
restrictivas pudieron controlar el virus chino que nació en su territorio. El
personaje del año en Colombia, el muchacho que decidió quedarse en Wuhan cuando
el subpresidente de Colombia siguiendo la línea de otros gobiernos y más por
presión que por convicción, enviaba a buscar a los Colombianos residentes en
Wuhan, ese muchacho sabía que en Polombia, en la Colombia de Uribe y Duque no había
garantías para pasar mejor lo que estaba por venir.
El cambio al que nos invitó el año 2020 se dio más
en la forma que en el fondo, en la forma de interactuar con los demás, el año
que el miedo impuesto por los gobiernos fue de gran impacto para la mayoría en
el mundo, y que luego cuando no se restringieron todos salieron en manada a
casarse, a celebrar y volvieron a lo mismo de siempre, el consumismo que tanto
nos jalona a comprar y seguir en la línea de siempre. Muchos corrieron a
celebrar quinceañeros en el año que no se invitaba a fiestas, el fondo del ser
humano sigue siendo el mismo, las formas cambiaron porque muchos decían que con
el tapabocas y el alcohol nada pasaba.
Un año más que queda, para muchos dicen que en el olvido,
para otros quizás fue de oportunidades, la virtualidad cambió todo, pero el
fondo del ser humano seguirá siendo el mismo.
Perlas:
- Un millón
de gracias a todos los que este año han leído las líneas de este blog. Ya
son más de 123083 visitas. Un feliz año nuevo 2021, que Dios nos proteja y
nos regale mucha salud.