En
Colombia se reportan diariamente los casos de COVID-19 que se identifican y se
cuentan por 8 miles y más de 170 muertos diarios, sin embargo desde que se
hiciera el primer reporte del virus en el país, el comportamiento siempre ha
sido el mismo, de constante crecimiento y en un punto se ha estabilizado en un
número que a otro país escandalizaría, a Duque y los gobiernos locales les
parece que está dentro de lo normal, entienden que somos Colombia, no somos
Europa o Estados Unidos, y que acá el virus circulará mucho más que en otros países,
que la vacuna no asoma a este país subgobernado por un subpresidente, al que
parece más conveniente que la vacuna llegue en el 2022 justo en campaña política,
y así de esa forma cambiar las tejas y hayacas por vacunas.
En Barranquilla se había logrado
estabilizar el COVID durante algunos meses, las cifras no mienten, el virus
lucia controlado ante la vista de todos, sin embargo las últimas semanas se ha
recrudecido la situación y los casos de infectados suben y suben, los muertos
suben en la medida que se tengan más casos de infección y claro, las funerarias
se preparan para la segunda ola en la ciudad, de la primera quedaran recuerdos
de hornos crematorios funcionando 24 horas porque la capacidad no era
suficiente.
El alcalde y su secretario de salud le
achaca esta nueva realidad de casos al relajo de los Barranquilleros, a ese
relajo que ellos mismos han propiciado, los centros comerciales
abarrotados a mas no poder, las calles llenas de carro y la gente en muchos
casos sin en el tapabocas. En los locales y centros comerciales la medida de
bioseguridad que intentan vender es una persona con un termómetro infrarrojo
que muchas veces no dice la verdadera temperatura corporal. Yo preguntaría si
alguien ha sido devuelto alguna vez en la toma de temperatura, en donde en
muchas ocasiones el aparato marca temperaturas de hipotermia leve que es cuando
la temperatura del cuerpo está entre 33 y 35 °C, estas son las temperaturas que
marcan los termómetros chinos en los locales y centros comerciales.
Como buenos colombianos no aprendemos sino
cuando nos toca, no vimos la cantidad de muertos y casos en Europa en marzo,
luego se vino la segunda ola de Europa desde agosto, la cual ha sido más fuerte
y mortífera que la primera.
Bogotá suspende las cirugías que no sean
urgentes, el miedo se apodera de todos de nuevo, no supimos manejar como
ciudadanos el hecho de que Duque levantó la cuarentena más larga y flexible del
mundo, fueron muchos meses con el aislamiento obligatorio, luego nos dijo que
era aislamiento selectivo, y se jodío pindanga. Estamos iniciando la segunda
ola y solo depende de nosotros como ciudadanos que esto pase rápido, de no
estar en la calle haciendo nada y de evitar aglomeraciones, reuniones sociales
y demás que se pueden evitar.
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