martes, octubre 20, 2020

El cambio es cosmético

Han pasado más de 8 años desde que se iniciara en Santa Marta lo que ellos han considerado el cambio, el cambio de administración de las familias tradicionales de la política de la ciudad de Bastidas, sin embargo luego de 8 años se observan más penas que glorias, eso sí, el discurso del cambio siempre va estar ahí, aunque el cambio ahora sea que ellos manejan alcaldía y gobernación, y que la alcaldía de Santa Marta ya tiene 9 años con personajes del nuevo clan político de la ciudad, el Clan Caicedo, ese en el que se hace lo que el todopoderoso y nuevo mesías criollo diga y solicite. Es la forma de actuar de quienes se creen pequeños dioses y en su vanidad y ego logran reclutar miles de fanáticos, pendientes todos de un puesto u oportunidad laboral, en una ciudad que sigue sin ofrecer más que eso.

En el afán de poder intentan ahora violar lo que hace 17 años defendían, la autonomía universitaria, su modo de actuar siempre ha sido el mismo, quienes no son sus amigos, son sus enemigos. Y por todas partes buscan la manera de seguir reclutando personas como robots, personas a las que llenan con el discurso del odio de los de antes, pero que va, salieron peor que ellos. En plena consulta de Universidad del Magdalena han conseguido las bases de datos de estudiantes para enviar mensajes politiqueros, mensajes al estilo de aquellos que lograron sacar emberracados a votar por el NO en el plebiscito, prometen matricula gratis y no han sido capaces de girar los 3500 millones de pesos que prometieron desde Junio. Son como Álvaro Uribe, sin la far no es nada y los del cambio sin los de antes no son mucho. 

Tres administraciones, dos de cuatro años y la que va en camino. Tres administraciones bajo un solo administrador, la única voz y voto del cambio está hoy en el palacio tayrona, desde ahí ejerce como Gobernador y alcalde, se preocupa por hacer un sendero peatonal en el cerro Ziruma sabiendo que el cemento vende, pero las soluciones de fondo a los problemas reales de Santa Marta no se ven, mucho menos las tragedias que se viven en los pueblos del departamento, el afán es seguir reclutando, así lo han hecho con periodistas que antes eran críticos y hoy son sus mejores amigos. De esa forma pretenden también llegar a la rectoría de la Universidad, no les importa mentir, no les importa ser lo que tanto criticaban.

Muestran los del mal llamado cambio, la recuperación de los impuestos, se empeñaron en hacer a Metroagua enemigo de la ciudad, y hoy la ciudad está peor que antes, alcantarillas rebosadas y el agua no llega, pero saben aplicar al derecho el manual del populismo. Ese manual que dice que se debe buscar un enemigo público. Han hecho una red de parques y el sendero peatonal, hicieron estadios de pueblo en una ciudad que es distrito turístico de Colombia. Los problemas de verdad de la ciudad no han tenido respuesta por parte del cambio, la calle 22 cuando llueve tiene más agua que el Rio Manzanares, las alcantarillas rebosan como sus palabras, el acueducto no lleva agua a donde debe, el tráfico de la ciudad empeora cada día, vías que cierran para reparar las deben reparar más de dos veces como el caso de la avenida el ferrocarril por el puente el mayor. Podríamos decir que el cambio ha sido más cosmético que de fondo, se echan un talquito para oler bien pero por dentro son peor que lo que tanto critican, la politiquería a flor de piel y la ciudad con niveles de pobreza que nunca se habían visto. 

Lograron llevar a Santa Marta al top 3 de ciudades con más pobreza en Colombia, ese ha sido el cambio, más palabrería que soluciones, más politiquería que fondo en una ciudad hoy dominada por el discurso del cambio y sin un verdadero contrincante político que pueda ponerlos en jaque.


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