El
odio y la polarización que se vive en el país ha llegado a su cúspide con los más
recientes enfrentamientos entre manifestantes y la policía, el colombiano
cansado de que pase de todo y nada pase salió a las calles, pero ahí en ese
tumulto se camuflan bandidos y vándalos que solo desprestigian la razón de ser
de las marchas y las manifestaciones. El florero de Llorente después de 6 meses
de pandemia fue el asesinato de un estudiante de derecho por parte de la policía
en medio de un operativo policial, en el que se fueron con todo contra una
persona desarmada y sometida, y a quien con choques eléctricos y golpes le
acabaron la vida.
Lo que vive el país es la cosecha de años de olvido, de muchas
mentiras de quienes hoy gobiernan, de promesas incumplidas, de la rabia que
siente el colombiano al ver que el gobierno hace más por los poderosos que por
el pueblo, y que ese mismo pueblo dice basta, basta de los abusos. La gota que
reboso la copa vino precisamente de un operativo de la policía en contra de un
ciudadano del común, en donde los policías desataron y descargaron su rabia
hasta matarlo, sin importarles que estuvieran siendo grabados. Los colombianos
estamos tan acostumbrados a los muertos en la televisión que muchos pensaron pasaría
desapercibido, pero resulto ser el florero de Llorente para salir de
nuevo a marchar, a protestar por un gobierno que no tiene nada, y que encontró
en la pandemia la mejor forma de refugiarse y un motivo para estar todos los días
en televisión, me pregunto hasta cuando estará Iván Duque en su capsula
viviendo en un país de mentiras que sale todos los días a mostrar.
La violencia genera violencia, el país se incendia en medio de las
protestas, los vándalos afloran en un país que tuvo al pueblo encerrado por 5
meses, y hoy que salen a la calle no importa el temible COVID, hoy la gente
sale a gritar que esta mamada del abuso. Ocurre, que en medio de la protesta se
cuelan los vándalos que van a destruir y robar, y de esto se aprovecha el
gobierno para desprestigiar el derecho legítimo a la protesta, pero es que
nuestro ADN tenemos la sangre de la escoria española que nos colonizó hace 500
años.
La policía Colombiana reprende la protesta con armas letales y no
letales, más muertos por protestar por un muerto, el país bañado en sangre, el
olor preferido del Uribismo, el olor a muerte, masacres diarias, líderes
sociales asesinados, y los jóvenes de hoy faltos de oportunidades salen a las
calles a protestar, la mejor forma de protestar debe ser acabarlos políticamente
en las urnas en el 2022, se debe escoger un buen congreso y un buen presidente.
Una persona que una y pueda rehacer un país que está en llamas.
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