miércoles, noviembre 14, 2018

Cesó la horrible noche

Bien decían los abuelos, que no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista y el día debía llegar, eran más las decepciones que se contaban que las alegrías que el equipo nos podía dar, pero Dios no se olvida de sus hijos y más cuando se es persistente, y hay que ser más que persistente y resistente, a tanto dolor durante 13 años en el infierno de la segunda división, en aquel año que el equipo se fue a la B, cuando un grupo de empresarios lo tomaba para hacerlo grande y termino haciéndolo más chico.

Ser hincha del unión Magdalena no es fácil, y digo que no es fácil porque son más los dolores que hemos soportado, las frustraciones en años anteriores, estar a un penal, o a un gol con equipos anteriores y no ser capaces de anotarlo. A eso nos acostumbró el equipo, hasta que se armó un proceso serio y con jugadores de jerarquía que supieron guiar a los jóvenes samarios que les dolía ver a su equipo azul y rojo en la B. 

Y con esa fórmula llegaron Ferreira, Montaño, Giraldo, Aníbal, El alpinito, y despegaron jugadores como el caballo Márquez, ruyeri blanco, Fabián cantillo, Hernán Luna, Diego Ruiz, Labastida, jugadores que les dolía ver a su equipo amado enterrado en un hueco sin doliente. 
Agradecimientos totales al cachaco Eduardo Méndez, quien fue el artífice de este proyecto, quien entendió que un equipo bien armado podría darle más réditos y alegrías que cualquier montón de jugadores con los que llenaban la nómina del equipo año tras año, entendió Méndez que el Unión tiene más afición que cualquier equipo de la A. Aplausos para Harold Rivera y su asistente Gonzalo Martínez, lograron la tarea más difícil que podían tener.  Mención especial para todos los jugadores del Unión, Subero, Murillo, Rentería, Viveros y Valencia, equipo de lujo con el que se asciende este año.

Y es que no es fácil estar 13 años penando en vida, a oscuras y sin la luz que brillara al final del túnel. El día que el Unión Magdalena sube a la B, estando a un mes de celebrar los 50 años del primer título del fútbol profesional de un equipo costeño es el día que se siente felicidad por ver al equipo de tu tierra, ese que viste jugar desde niño en el estadio y por el que soportabas las burlas de muchos, pero que persistías, entendiendo que se puede cambiar de esposa, de partido político en Colombia, pero de equipo de futbol jamás.
Ese día ceso la horrible noche, y vuelve a su lugar el equipo de mi tierra, el ciclón bananero, ese equipo que despierta pasiones en la ciudad dos veces santa, y que prende las fiestas decembrinas desde mediados de noviembre.  Ahora solo queda que sigan apostando al proyecto y que este gran equipo no se vaya a desarmar, que por el contrario se refuerce con jugadores de lujo y que estemos en la lucha del campeonato, que ya con eso será suficiente para no llegar a luchar por no descender, lo que nos costó 13 años no se puede derrumbar en uno.

Ahora queda redondear la faena y aprovechar las ganas y el hambre de los jugadores para ser campeones y justo celebrar los 50 con otra estrella asi sea la que tantas lagrimas nos costó, Gracias mi Unión Magdalena, tu sabes cuánto te quiero... 


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