En Colombia y en general en Latinoamérica ha existido un fenómeno
político y social, que consistió en levantar al pueblo en contra del
establecimiento y lo que siempre había estado en el poder, la idea era hacerle
creer a todos que la situación iba mal y que iría peor sino se daba un cambio
de timón urgente. Eso lo vivieron en Venezuela, en Brasil, en México, y nuestro
país se contagió del discurso populista y lleno de clasismo y de odios, hasta
lograr subir personajes peligrosos y controversiales como Caicedo en Santa
Marta, siempre con el discurso de que el enemigo era la familias tradicionales
y en el país, llevamos a Petro a presidente con el discurso del cambio de
fuerzas.
Gustavo Petro se montó en la presidencia con un discurso de
cambio, un discurso en el que todo iba mal en el país, pero nunca nos dijo que
todo podía ir peor. Hoy, después de 2 años en el poder, el país está en una
división igual o peor que cuando Uribe fue presidente, por un lado, se tilda a
unos de ricos y a otros de pobres, es el discurso del odio que funciona para
ganar adeptos, sabe Petro que hay más pobres que gente con medianos recursos en
el país. Petro, ha logrado que la economía del país decrezca, cumpliendo así
su famoso discurso del decrecimiento económico, ha implementado políticas que
tienen al país en el desabastecimiento en algunos años de petróleo y gas con la
no exploración de nuevos pozos. Petro, ha llenado el gobierno de personas que
poco conocimiento técnico tienen sobre las diferentes áreas en las que las ha
colocado a ejercer, Petro, sigue fiel a su discurso de cambio de modelo económico,
planteando incluso la toma forzosa de los ahorros de los colombianos para
producir según él.
Estoy en contra de toda forma de tiranía, llámese izquierda
o derecha, estoy en contra de toda forma de dictadura, militar o política, en
contra de personajes que se crecen y hacen pequeños cielos en la tierra con
nuestro dinero e impuestos, en contra de esos caudillos que criticaron siempre
la forma de vida excéntrica de los que estaban en el poder, pero que solo fue
llegar al poder para tomar la misma vida que tanto criticaron, esa forma de
vivir en apartamentos exclusivos al frente del mar, como lo hacen varios políticos
naranja de Santa Marta, políticos que hace algunos años eran secretarias de la
Universidad y que de la noche a la mañana se taparon en plata. O que decir de
quien solo menciona el nombre de su jefe en cada discurso, y que luego lo llama
agradecimiento por la vida de rico que se ha podido dar, gracias al poder que
ostentaron durante doce años en los que se llenaron de oportunidades perdidas
para el pueblo, en una ciudad como Santa Marta, en donde no hay agua, vías para
transitar, cero cultura ciudadana, el deporte y la educación no funcionan, y el
desempleo se cubre con la informalidad que llaman empleo al vendedor de
bonice o al contratista de la gobernación y antes de la alcaldía, a quien
obligaban a postear todas las maravillas de un mundo que no existe sino en sus
celulares.
En cambio creo en personas decentes, en aquellos que dan su
vida por un cambio real pero no para su beneficio, creo que en nuestro país
solo Antanas Mockus pudo mostrar el camino, y pocos lo entendimos, el país no entendió
que el cambio no es con políticos o personajes ansiosas de poder, como Petro o
Caicedo, estos dos oscuros personajes necesitaron de Uribe y de los de antes
como llaman para lograr su cometido de estar en el poder, son capaces de
abrazar la tiranía de Maduro en Venezuela, nos muestran su verdadera cara, la
que muchos conocemos y entendemos el peligro de darles más poder, total, solo
fueron dos oportunidades perdidas de cambio, porque de cambio solo su bolsillo
que ahora luce más lleno que hace años.
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