En Colombia se ha vuelto deporte
nacional cerrar las vías sean nacionales o locales, no importa cuando lo leas,
tendremos una vía cerrada. El gobierno del cambio ha logrado que este fenómeno
que viene de décadas atrás sea más fuerte. La gente no resiste los cortes continuos
de agua y energía, ni que decir de promesas incumplidas del gobierno nacional a los indígenas.
En la última semana he
presenciado y vivido tres bloqueos de vías que impiden la movilidad y el
transito normal entre Barranquilla y Santa Marta, y en la ciudad que no tuvo
cambio después de doce años, también se ha vuelto deporte cerrar la troncal al
frente de la terminal de transporte, todo ante la mirada sin doliente de las
autoridades.
Dirán los llamados progresistas y
amigos del gobierno que corregir 50 años de historia que incluyen protestas y
manifestaciones de este tipo no es tarea de poco tiempo, pero el actual
presidente que lleva dos años en el poder prometió mejorar y corregir el rumbo
en temas claves como servicios públicos, y a los indígenas les hizo no sé cuántas
promesas hoy incumplidas, solo saciando el poder burocrático de llenar puestos
en gobierno con activistas y personas incapaces que siempre fueron críticos a
lo que hoy les toca administrar y que no saben cómo hacerlo. Claro, en
oposición siempre tienen la solución a los problemas, en gobierno son más de lo
mismo pero peor, con más resentimiento y con la sensación de llevar al país a
donde les gusta, a un modelo socialista parecido al de Venezuela o Cuba.
En Santa Marta reina el caos, después
de doce años de gobiernos naranjas los problemas siguen siendo los mismos que
antes de ellos, y ahora en manos de un político que llaman los de antes, la
ciudad vive un verdadero reinado de la delincuencia, robos en semáforos a mano
armada, en las noches la ciudad sola sin policías que vigilen. La ciudad no va
bien, y uno de los síntomas son los constantes bloqueos, quizás mandados por los progres o quizas no,
pero que llevan a una verdadera anarquía en donde impera la ley de los que
hacen lo que les da la gana en las narices de las autoridades, y que se hace
reiterativo cada vez que les parece.
Nunca había presenciado como
inicia el bloqueo de una vía nacional, siempre escuchaba y leía como se veían
en Tasajera, un pueblo marginado y con pobreza absoluta, al cual solo llegan
los políticos en épocas de campaña piden votos y se van. Esos bloqueos
inician con piedras sobre la vía por unos cuantos que sienten que le vulneran
sus derechos, en un país que pisotea al pobre haciéndolo más pobre y generándole
odios hacia el otro, luego 6 o 7 personas salen con piedra en mano para impedir
el paso de vehículos, dicen que el que pase se llevan su peñonaso. Y así, sin
autoridad en una vía que es zona roja para estos señores que siempre que tienen
un lio la cierran, sigue la misma historia de siempre, la vía está cerrada, no
importa cuando lo leas. Como ejemplo, el año pasado en la semana de receso en octubre
se produjeron severos bloqueos de forma diaria, la vía fue cerrada en Palermo,
Tasajera y Ciénaga, con intermitencia, produciendo afectación al turismo y al
libre tránsito.
Este gobierno que tanto criticó a los de antes sigue siendo más de lo mismo, sin soluciones de fondo a un problema que parece pasar desapercibido hasta que nos toca estar frente a una manifestación de 7 personas con piedra en mano, dispuestas a romperte los vidrios del carro sino acatas la orden de detenerte, que ellos no tengan agua no es responsabilidad de quien transita pagando dos peajes costosos en menos de 40 kilómetros y una vía que cuenta con más de 5 cámaras de foto multas, todo un negocio para la gobernación y el gobierno nacional, todo un calvario para el que se gane esa lotería. Es responsabilidad de quienes gobiernan y lo han hecho siempre con el discurso de critica sin resultados, siempre pensando que el que está no puede y ellos si, pero tampoco pueden porque el problema de fondo en este platanal se llama ansias de poder, y de ahi no salen los de antes ni los de ahora.
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