El partido de hoy del Unión
Magdalena es uno de esos partidos que duele en el alma, una goleada horrible
contra el rival de siempre. Un Unión que llego con mucho aire en la camiseta,
un equipo que juega muy bien al futbol y que siempre propone, al cual desde el
minuto 4 un error del arquero Ramiro Sánchez, el que siempre nos salva, le
entregó a un Junior de Barranquilla en bandeja de plata el resultado. Ese
regalo de Ramiro le costó al Unión un penal iniciando y perder al mejor defensa
del equipo. De ahí en adelante una suma de errores que incluyeron la decisión
que podemos llamar valiente de querer seguir jugando al ataque, fiel a su
estilo, pero que termino siendo una mala lectura del partido ante un junior que
olía sangre y aprovechó para jugar su mejor partido en los últimos 10 años,
como si se tratara de la final de la copa libertadores.
Entregados con 10 y contra 11,
los errores vinieron con un Taganga Castro fuera de futbol, quien por el bien
del equipo y de el mismo debería dar un paso al costado hace años, no es el
mismo Taganga, la edad pesa y castro lo sintió, con un autogol, luego una
genialidad de taco y más errores del Unión llevaron a una goleada histórica que
incluyó cambiar a Ramiro para el segundo tiempo, porque su cabeza no estaba en
el partido, quizás sabiéndose como el propiciador de la debacle y la horrible
noche que se vivió en un Metropolitano lleno a medias, porque la tribuna
oriental estaba suspendida.
Ni el más fanático del Junior
de Barranquilla, era capaz de presagiar un resultado de esa forma. La verdad futbolística
dista mucho del resultado de esta noche negra del 9 de septiembre para el Unión
Magdalena. El partido se podía perder, pero no así. Rivera no fue capaz de
corregir y el cambio de cantillo pesó mucho. Viene un partido muy difícil
contra Águilas Doradas de visitante, en donde se debe recomponer, pero sobre
todo la cabeza de los jugadores, hoy vimos todo lo malo que puede pasar en un
equipo, esperando que sea todo lo malo del semestre y pasar la página.
Hoy vimos dos caras de dos personas que salieron de la misma casa, un agrandado Jermein Peña sonriente ante el dolor del equipo de donde nació y un Caballo dolido, pero Dios no se queda con nada, y el gol del Unión el de la honrilla fue un error de Peña. Un Junior que ganando siete a uno resulta con un hombre expulsado. Mucho de lo que realmente hubiesemos tenido, si Ramiro, nuestro salvador no regala ese balón a la mitad del campo iniciando el partido.
Caerse está permitido, pero
levantarse es obligatorio. El unión es un equipo pequeño con una gran hinchada,
que viene haciendo las cosas bien y una mala noche no puede dañar el trabajo y
el objetivo, se puede tener un día malo y eso no está mal, podíamos perder dos
a cero, pero perder así duele y duele mucho. A los jugadores y cuerpo técnico,
mirar hacia adelante y hacia el objetivo que los errores puntuales de hoy no
pueden desenfocarnos de lo que realmente queremos los hinchas del ciclón
querido, del equipo de Santa Marta, el primer campeón de la costa.
1 comentario:
Excelente lectura de la situación. Levantarse es de valientes y el Unión está lleno de ellos.
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