A lo largo del tiempo se ha analizado la condición tercermundista de Colombia tanto por sociólogos como por los mismos habitantes considerando Colombia un país “pobre”, “corrupto”, así mismo se volvió muy común frases como “cuando trabaje saldré de este país lo más rápido posible”, “¿Por qué no nací en Europa?”,”… Bueno que puedes esperar si vives en Colombia” entre otras expresiones de decepción y resignación sobre la situación del país, mucho se habla de que Colombia “no tiene arreglo” y se justifica con su pasado, refiriéndose a la guerra de los 1000 días, el bogotazo, los altos prestamos que conllevaron a una significativa deuda externa, y la situación del narcotráfico entre los 80’s y 90’s (que aún persiste en la actualidad pero con menor negatividad).
Sin embargo, por medio del esfuerzo colectivo, el
trabajo disciplinario, el aprovechamiento y cuidado de la fortuna natural y el
mismo amor nacionalista, se puede demostrar que el destino de Colombia no se
basa en su pasado sino en su presente. Uno de los mayores problemas de Colombia
en el aspecto social es su gobierno, tras una iniciativa social o por la
mayoría de las personas del censo electoral, es posible acabar paulatinamente
con la corrupción a través de rechazar todo tipo de compra de votos e
informarse más sobre las políticas y quienes son aquellos candidatos a el
poder, y no simplemente influenciarse por aquel que apoye cierto partido
político o aquel que se diga a votar por un político del pasado por quién
votemos.
Así mismo para mejorar socialmente es necesario
reconocer el talento de muchos habitantes colombianos y generar, así como
mejorar, con nuevos e innovadores proyectos de desarrollo capaces de además de
generar empleo, fortalecer y preparar adecuadamente el potencial de muchos
habitantes en áreas como la ciencia, el sistema educativo, el sistema, de salud
e incluso el área de entretenimiento. Estos
habitantes terminan emigrando con el fin de tener mejores oportunidades
quedándose la mayoría fuera del país (podemos referirnos a este fenómeno como
fuga de cerebros), con la idea de que “Colombia es un país que ha limitado el
desarrollo interno desde el pasado, se tiene que demostrar que en la actualidad
Colombia puede tener un cambio y no simplemente de gobierno sino de mentalidad
y capacidades.
El cambio de mentalidad implicaría la iniciativa
de desarrollo de otros sectores de la economía que permitirá la evolución
industrial y tecnológica, no conformarse con lo obtenido en el pasado ni el
presente es la clave.
En conclusión, Colombia ha sido enmarcada y
determinada como una nación que vivió, vive y vivirá a la sombra de aquellos
países poderosos “con más suerte”, pero Colombia puede cambiar y no se trata de
un día mágico, se trata de un proceso que empieza por los mismos habitantes, en
interés por el cambio y conciencia sobre las situaciones del país. Colombia en
vez de ser opacada, es el temor de los gobiernos extranjeros del poder de
Colombia con su gran biodiversidad si la población despertara un día y decidir
confiar en la disciplina, constancia y responsabilidad del trabajo, una
población inconforme con lo que se tiene y sobre todo una población motivada
por el amor a sí misma y a el desarrollo de su nación, convirtiendo en luz el
futuro de una nación opacada.
ISABELLA SOFIA OBISPO FRANCO
Perlas:
Este ensayo fue escrito por mi hija Isabella Sofía Obispo Franco como asignación academica en su colegio. Isabella, está en noveno grado, espero que siga en sus venas la herencia de la radio y los medios de comunicación que viene de los Obispo.
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