Gustavo
Petro es igual a Álvaro Uribe, eso lo dijimos hace muchos meses. Tan parecidos
son que se reúnen para hablar sanamente y acordar como pueden manejar el país.
Petro entendió que lo que quiere cambiar no puede afectar a los poderosos,
tiene que joder a la clase media para conseguir el ejercito populista que
necesita.
Petro y Uribe tienen el mismo
estilo de gobierno, enfocados los dos en lo que llaman el estado de opinión,
como si las democracias vivieran del momento y del sentimiento visceral que produce
la noticia del ahora. En ese orden de ideas, el presidente actual se ha
dedicado a lanzar trinos diariamente para justificar sus pretroreformas, las
mismas que prometió y que tienen un huracán armado, el cual ya está aceitando
con mermelada en el congreso para pasar como sea, así como lo hizo Uribe en su
momento, o como lo hacen todos los presidentes de turno, da igual quien
gobierne, lo que importa es el poder y en ese orden de ideas hay que hacer lo
que se requiera para movilizar los cambios que quiere el presidente de turno.
Petro lanza y lanza trinos,
responde a quien le parece, defiende a sus dos ministras estrellas o
estrelladas, la de minas y la de salud, una es filosofa en un puesto que debe
ser técnico y la otra es activista y critica de las políticas de salud
actuales. Las dos señoras lejos de ser ejemplo para las mujeres o para los
profesionales de cada sector, se han atornillado con el beneplácito del
presidente Petro.
En una reciente publicación, la
ministra de salud, Carolina Corcho, saca un foto mensaje afirmando que las EPS
no curan sino que facturan, olvida la activista de la salud que las EPS fueron
un motor importante para superar la pandemia que recién vivimos, quiere la
señora corcho imponer a cualquier forma su reforma a la salud, en la que ya
dijo en una reciente alocución que gran parte del problema eran los médicos del
país, los cuales podían generar la carga fiscal con los medicamentos y
procedimientos que enviaban a sus pacientes.
El presidente actual del país,
el expresidente Uribe y algunos gobernadores y alcaldes, les gusta el contacto
con las masas y ahora lo hacen por medio de las redes sociales, coordinan
sus movimientos por WhatsApp para que mediante comunicados replicados sean la
primera línea de mantenimiento de sus políticas. Eso pasa en Santa Marta con
los agentes naranja y pasa con Petro en el país. Petro es un fiasco de gobierno
como lo demostró en su alcaldía, terco, sin razón, pero ante todo un twittero
activista que sabe que debe mover las vísceras para que la gente le copie. En
eso es muy parecido al gran colombiano. ambos son twitteros empedernidos.
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