sábado, febrero 11, 2023

La guacherna en carnaval

Nací en Santa Marta en el año 1984, y hace 17 años llegué a Barranquilla en donde encontré el mejor vividero del mundo. A la primera guacherna fui con amigos del trabajo en el año 2007, y vi un gran espectáculo; Un espectáculo muy hermoso que daba certeza de la fama que tiene el carnaval de Barranquilla. Ese día vi en el desfile a la novia de Barranquilla, la gran Estercita Forero quien lucía majestuosa e impecable en el desfile que ella misma se inventó con faroles de luceros que giran en las noches, no se perdía una guacherna que era un desfile para vivir y gozar.

Los años han pasado y cada vez que llegaba la guacherna veía como se deterioraba el espectáculo, la cantidad de comparsas de discotecas con monocucos se volvió costumbre y todos querían ir en el desfile, no como espectadores sino como hacedores de la guacherna. Aun así, en ese mismo desfile la intención de estas personas no era otra que ir a consumir licor y pasear desde donde les tocaba iniciar hasta la casa del carnaval, donde finaliza el desfile.

Viene la guacherna tremenda pa' gozar, o venia. El espectáculo año tras año se ha ido deteriorando, los baches en el desfile son cada vez más evidentes y largos, algo que no pasaba en épocas de Estercita, los monocucos se han multiplicado por 1000, la cantidad de comparsas se ha triplicado y el espectáculo se ha encarecido con el alquiler de sillas a 30.000 pesos según la alcaldía, aunque muchos las alquilen por encima de ese precio.

El perrateo y vacile que se vive en carnavales y en Barranquilla, hace parte de la ciudad, de las costumbres, hace parte de la idiosincrasia de esta hermosa tierra, en donde puedo decir que me quedó. Disfraces originales como el de Shakira con Pique que claramente muestran el ingenio de quienes entienden la fiesta como una diversión y un momento de esparcimiento entre tantas malas noticias. La reina del carnaval acercándose a la gente, los reyes niños en su baile espectacular con bonitos vestidos, comparsas que relucen entre otras, son el punto alto de esta fiesta. Por el contrario, los grandes y largos baches que se presentan que hacen que muchas comparsas deban correr y no bailar, que muchas carrozas pasen a 100 porque el bache se acrecienta, el alquiler de las sillas por las nubes como siempre, son el lunar negro de una fiesta que debería ser más bonita cada año, y que solo queda el recuerdo de Estercita en su carroza majestuosa en medio de comparsas y mochilas y abarcas tres puntas.

 



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