Se han
hecho dueños de una bandera que no les pertenece, han ocupado las entidades
gubernamentales y distritales con burocracia y muchos, pero muchos
contratistas. Pocos se han enriquecido y se pavonean por la ciudad de Santa
Marta en camionetas Toyota último modelo. La ciudad sigue en lo suyo, un pueblo
que ha seguido el mismo rumbo que antes con los de ahora, solo que nunca fueron
tales, solo han sido los de siempre.
El cuentecito de ser los
alternativos en el poder les sirvió para llegar a la alcaldía en el año 2012, tres administraciones seguidas les han dado redito político, se adueñaron de la
gobernación el día que su jefe político y máximo líder quiso ir a una consulta
insulsa con Gustavo Petro por allá en el año 2018. Siguen la misma ruta de
antes, solo que cambiaron los colores del departamento por un color chillón y
rimbombante, muy naranja, como la economía naranja de Duque. Dicen ser todo lo contrario
a Uribe, pero cada día se parecen más. Y mientras tanto el pueblo del
departamento sigue padeciendo que los de siempre estén en el poder, últimos en
pruebas de educación, obras inconclusas y con sobrecostos, la falta del agua
porque nadie les pidió el agua, se toman las empresas públicas que antes
funcionaban con familiares, los cuales con amigos que son empleados públicos
agreden a la prensa porque les incomoda que los investiguen.
Recordar aquellas épocas en las
que el líder cantaba junto al mello cotes el pajuate, épocas en que los sitios
in del rodadero eran cerrados para la parranda del día, en la que el alcalde
del momento y el gobernador se reunían a tomar whisky y claro a deleitar a los
amigos que podían entrar en la parranda con un buen vallenato, eran las épocas
de las flacas están de moda.
Los de antes y los de ahora,
han sido o fueron amigos por conveniencia, no olvidar quien llevó al jefe de
los naranja a la Universidad del Magdalena, y el momento que se vivía era digno
para una persona de mano firme y corazón grande, así de esa forma lograron
recuperar o refundar, en el momento que los paramilitares recuperaban el campo
de la guerrilla, herencia entonces del mal gobierno de Pastrana. Los de
siempre, son los nuevos ricos de la ciudad. Una ciudad y un departamento en los que se
han dedicado a hacer política por los jefes que van al senado o la hermana que están
preparando para que sean 16 años del color de moda en Colombia. Porque los de
siempre se visten de economía naranja y claro de camisetas naranja que deben
comprar antes de posesionarse o firmar el contrato que le renuevan cada 3
meses siempre y cuando participen activamente y muestren interes y apoyo al movimiento.
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