Al caído caerle, y a la falta de
futbol del Unión Magdalena se le suma la falta de amor de algunos desadaptados
llamados hinchas o barras bravas, quienes no soportan ver al equipo en la máxima
categoría con un equipo de la B, pero que no justifica para nada lo que
hicieron en el partido frente al Bucaramanga. Irse a los puños y patadas con
los jugadores, algo insólito en el fútbol colombiano, pero que ya no nos
escandaliza, antes al contrario nos vuelve a colocar en boca de todo el mundo
del futbol, y no precisamente por algo bueno sino por lo malo que resulta.
El horror visto en el no
terminado estadio Sierra Nevada no es más que el producto de personas que se
hacen pasar por hinchas y van al estadio a meter vicio, a robar, a ver que daño
puede hacer. En una ciudad que no tiene oportunidades laborales más que ser
sumiso ante la fuerza del cambio, resulta muy evidente la falta de cultura y pedagogía
entre las barras bravas, más extraño resulta que para un partido en el que solo
habían 3000 hinchas en las gradas se le saliera de las manos a la fuerza pública
y se presentara una batalla campal de proporciones desastrosas para la imagen
del futbol y sobre todo de un Unión Magdalena que parece ser cada día más
odiado en el país, tanto que hasta sus propios hinchas se atreven a lanzar botellas
y patadas a los jugadores cuando se iba perdiendo un partido que el Unión no
jugaba mal del todo, y que tenía chances de empatarlo.
No es bueno para el equipo de
mis amores, y de los amores de muchos hinchas de verdad, que el país hoy este
hablando del horror que se vivió, que estén hablando de la falta de cultura, de
las patadas que volaban y de lo que los jugadores hicieron con los hinchas. Eso
no habla bien de una ciudad ni de una institución deportiva. Pero es el
resultado sin lugar a dudas de la impotencia de ver un equipo que subió sin
querer subir a la A, y que esta como el hijo no deseado por su papá, porque eso
es para Eduardo Dávila el unión en la A, un equipo al cual se le exige más,
pero con muchas carencias deportivas por todos lados. Un equipo sin definición,
un equipo que cuando juega de visitante no lleva todos los suplentes
permitidos.
El horror visto es algo que
nunca más debería pasar, quizás el estadio sea cerrado, quizás los jugadores
involucrados en la pelea sean suspendidos, y la pregunta que salta nuevamente
es, con quien jugara el unión? Quien lo ira a ver? No todos los hinchas son
como los bandidos que saltaron al terreno a agredir. Muchos sufrimos con ver al
unión en la B, en donde pareciera que quiere estar o quisiera el dueño que
nunca hubiese salido.
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