El ritmo que impone la pandemia es desenfrenado y
va de la mano del relajamiento de parte del gobierno hacia la ciudadanía,
coincide el momento con la vacunación que no es masiva y que hace más daño esa
percepción de sentir que la cura llegó, mucha gente no entiende que no es
aplicarse una inyección con la vacuna, la vacunación es un esquema que se
completa una semana después de la segunda inyección en la mayoría de vacunas.
El
relajo que se ha presentado va de la mano con lo lento del proceso de
vacunación, un país que ya habla de un cuarto y quinto pico de contagios de
COVID no es un país que esté preparado para afrontar este mal momento, y más cuándo
cada pico resulta más fuerte que el anterior y muchas personas le han perdido
el miedo a la enfermedad, otras tantas creen que el hecho de haber contraído el
virus es suficiente para seguir como si la vida estuviera normal. El gobierno
ante cada pico recurre a la vieja fórmula que poco o nada funciona, toques de
queda, ley seca y pico y cedula para ir al supermercado. Olvida el gobierno tal
vez que la mejor forma de protegernos es promover el autocuidado, visitar zonas
que están llenas de COVID y enseñar a cuidarnos, y claro la fórmula que muchos
anhelamos, poder vacunarnos lo más pronto posible en un proceso que sigue muy
pero muy lento y que de remate se fue de vacaciones en semana santa.
Santa
Marta y Barranquilla desbordadas por el COVID, unidades de cuidados intensivos
sin camas para atender pacientes que están muriendo en urgencias o en sus casas
porque no hay donde colocarles un respirador artificial. Hace unos días el
secretario de salud de Santa Marta decía que el 70% de los pacientes que entran
en UCI van a morir por complicaciones de la enfermedad, sin embargo, sigue
siendo la respuesta maravillosa de nuestros gobernantes, habilitar más camas
para dar la falsa sensación de que se tiene más capacidad
hospitalaria.
El
proceso de vacunación sigue siendo muy lento, el gobierno nacional no ha
podido garantizar las dosis prometidas, y eso en parte porque las farmacéuticas
le han quedado mal a todo el mundo, o quizás por lo lento que fue el gobierno
de Duque al negociar con estas. Y también tiene que ver la lentitud en las
regiones para vacunar, el porcentaje de aplicación de las dosis entregadas no
va de la mano con lo que se espera y los casos de enfermos y muertos que se
cuentan día a día, muchos colombianos son incrédulos y no quieren vacunarse,
otros como yo esperamos con mucha impaciencia el turno para pasar esta horrible
página de pandemia. Mientras tanto el gobierno hace recomendaciones a las alcaldías
y gobernaciones, Duque aplica la máxima de Uribe y salida fácil, vísteme
despacio que tengo prisa, lo suyo será esperar las elecciones del 2022 a ver
que como puede ayudar a su jefe político. Lo que hoy recomienda son medidas
tibias, sabiendo al final que en muchos casos la solución pasa por hacer
cierres restrictivos de verdad. Hoy los casos siguen subiendo, Barranquilla
colapsa en su sistema hospitalario, los
casos que reportan no corresponden a casos de ayer o antier, sino con más de 17
días desde que estos pacientes iniciaron sus síntomas, es la verdad de la
mentira que nos venden en el reporte diario.
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