En el diccionario costeñol aparecen muchas
palabras que si no eres de la costa difícilmente entenderás, pero pa
simplificar el tema, decir que lo que está pasando en Barranquilla y Santa
Marta es un completo desorden, una fiesta, un bullicio de los ciudadanos que
han hecho y deshecho con la complacencia de las autoridades, quienes lucen más
preocupadas por la reactivación económica que por la vida de los demás. Esto es
un verguerete, un problema a todas luces de la misma gente, pero que afecta sin
lugar a dudas a la ciudad.
Los barrios del sur viven de fiesta en fiesta los
fines de semana, en general el barranquillero y el habitante de la ciudad ha
tomado la decisión de irse de reunión social, atrás quedó el miedo de hace un
año que nos encerró cuando apenas en la ciudad habían dos casos de COVID, la
gente ha perdido el miedo a enfermarse y con ello han llevado al colapso de las
unidades de cuidados intensivos, han llevado a más muertes y en general a que
Barranquilla este en el tercer pico del COVID en el país. Siempre primeros dirá
Pumarejo, fuimos la primera ciudad en afrontar el embate de este maldito virus
que ha cobrado la vida de tantas personas buenas, fuimos la primera ciudad en
superarlo y somos la primera ciudad en vivir el empuje más fuerte de un pico
que se ve más letal, más contagioso y más angustioso por llevar más de un año
en esta situación.
El desorden y la indisciplina social nos cobran
muy duro, hace que estemos a poco o nada de volver a encerrarnos, la
gente se ha confiado con el proceso de vacunación en Colombia, proceso que
avanza muy lento y que da la sensación a muchos de que lo peor ha pasado,
cuando en realidad no es así.
Esto es un verguerete, 400 personas se van pa
Trucupey a ver a una cantante que no ha grabado un disco aun, pero que se ha
hecho famosa por sus escándalos y que logra que esos 400 estúpidos desoigan los
problemas que con lleva ir a lugares cerrados y con aglomeraciones. Otros se
van de playa y olvidan el tapaboca, se toman sus frías y se relajan en medio de
playas atiborradas de gente hasta el tuétano. Y qué decir de aquellos que
piensan en fiestas, esto está fuera de control y no entrara en una mejor
perspectiva mientras la gente no entienda que la solución no es mágica y no va
venir del gobierno, depende de cada uno cuidarse.
Esperemos que esta semana santa no traiga consigo más casos de los que ya se viven en el Atlántico en donde los médicos que están viviendo la tragedia en carne propia dicen que ya no hay camas UCI disponibles, contradiciendo a las cifras de la alcaldía. La alcaldia de Barranquilla sigue montando mas UCIs, por Santa Marta el secreatario de salud dice que el 70% de los que ingresan a cuidados intensivos se van a morir, cifra que da una letalidad muy alta. En Barranquilla se tiene una capacidad instalada de 726 camas UCI, de las cuales 362 estan asignadas a enfermos por COVID, en este momento según cifras de alcaldia estan en un 78% de ocupación, algo asi como 283 camas ocupadas, de las cuales si seguimos los números de Toscano, 198 muertes tendremos mas en esta pandemia, sin contar los que no alcanzan a llegar a UCI.
Este verguerete no lo arregla
Duque, NO, su proceso de vacunación es por demás muy lento, y de acuerdo a las últimas
cifras diarias la inmunidad de rebaño llegará en 1500 días al ritmo que ha
implementado el gobierno, pero cada persona puede aportar usando su tapabocas correctamente y lavandose las manos cada dos horas.
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