Barranquilla
y Santa Marta están viviendo horas difíciles por cuenta del COVID, y todo se
hace más oscuro por cuenta de la inseguridad y los asesinatos que son pan de
cada día en las dos ciudades. Santa Marta es una ciudad intermedia de Colombia
con casi medio millón de habitantes, y Barranquilla hace parte de las 4
ciudades más importantes del país con más de un millón doscientos mil
habitantes. Tamaños diferentes, problemas similares.
El COVID ha dado muchas vueltas
en la capital del Atlántico, desde que inició la pandemia en el chabacanerismo
del Barranquillero se escucharon mitos que iban desde: que al hacerse la prueba
de COVID les iban a infectar con el virus, hasta decir que los muertos de COVID
los pagaban a 30 millones de pesos, hace unos meses decían que las vacunas nos
iban a inyectar un chip para controlarnos y luego cuando comenzó el proceso de
vacunación creyeron que lo peor había pasado y todos a la calle y fiestas. Algo
similar ha pasado en la ciudad que está cambiando hace 9 años, pero de
bolsillo, el COVID está desatado y no hay medidas eficaces que lo puedan
frenar, la alcaldía de Santa Marta saca medidas que parecen chistosas, las
playas se cierran tres días a la semana pero se dejan abiertas los sábados y
domingos, justo cuando más aglomeraciones hay. Colocan toque de queda desde las
8 de la noche, como si el COVID solo saliera de noche, pico y cedula para
entrar al D1, ARA y Justo y bueno como si el COVID no estuviera en las calles o
centros comerciales.
En paralelo al problema del
COVID se vive una terrible inseguridad, atracos y asesinatos al orden del día
en las dos ciudades. De a 3 y 4 muertos por semana es la cuota que ponen las
ciudades, una más pequeña que la otra pero con más problemas de retraso en
todos los aspectos. Inseguridad que hace que en Barranquilla a las 7 de la
mañana intenten asesinar a un comerciante, personas disfrazadas de
domiciliarios. En donde se llevan camionetas de lavaderos de carro y
luego son recuperadas por la policía en Ciénaga.
Del COVID a la inseguridad, dos
ciudades con una situación horrible en ambos aspectos. Ambas ciudades manejadas
por clanes, de un lado el clan Caicedo con su caudillo y todo poderoso
gobernador, quien además ejerce como alcalde por medio de su amiga, y del otro
lado del rio los Car ejerciendo a través de Pumarejo, a quien se le ve más
suelto que a Virna. Pero que de igual forma está ligado a ese poder que logró
colocarlo como alcalde, cuando fue el ungido por don Fuad.
Hoy, desde Santa Marta reportan el desbordamiento de la capacidad hospitalaria, a tal punto que trasladan pacientes a Barranquilla. La ciudad sigue en modo sálvese quien pueda y los muertos se cuentan y cuenta, empieza la gente a morir por falta de una UCI, y ya el secretario de salud de Santa Marta dice que el 70% de los que entran a UCI van a morir. Cifra alarmante las de la ciudad que no ha cambiado más que de bolsillo, pero que sus problemas de fondo siguen aflorando, sobre todo cuando las papas queman.
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