sábado, julio 13, 2019

El origen de todos los males

Recordaba la bella frase de un profesor que tuve en la Universidad del Magdalena, "El poder hace que se creen pequeños cielos en la tierra cuando se aferran a él", esos pequeños cielos a los que se aferra Álvaro Uribe Vélez con su proyecto político que vive y sobrevive de la guerra, y la mentira en un país que está deseoso de pasar la página sangrienta que se terminó de escribir con el acuerdo de paz.

Bien puede uno buscar en que momento el país se fraccionó tanto, se polarizó y se obligó a tomar bando, a decir que si no se está con Uribe se está con Petro, solo por insultar la inteligencia de quien a veces no entiende que no es necesario decir que se es de uno o de otro. En esa búsqueda podría un ciudadano cualquiera llegar hasta el acuerdo de paz que el mismo Uribe quiso hacer en su época de presidente, pero que nunca se le dio porque jugaba con el discurso doble con el que siempre vive. O podría seguir buscando más atrás, excavar hasta cuando al presidente eterno de los afectos de Duque se le ocurrió cambiar la constitución para hacerse reelegir, y si la corte no se lo impedía, seguir en el poder al estilo de la revolución de Chávez que tanto ha criticado este personaje Colombiano.

Colombia esa república del platanal, donde ese personaje oscuro creció como espuma gracias al fallido acuerdo de paz de Pastrana, quien como presidente que se la paso viajando por todo el mundo, metió al país en tremendo lío y lo volvió inviable ante el mundo, que habló pestes de quien hoy es su mejor amigo y que ahora nos dice que el peor proceso de paz fue el único que terminó con éxito en nuestro país.
Luego de Pastrana, vino la época en la que se hablaba con mano dura y corazón grande, época en la que los llamados paramilitares se aliaron con las FFMM para sacar a la guerrilla de los territorios que dominaban, eran las épocas de la camioneta llamada la ultima lagrima, en la que desaparecían jóvenes que luego aparecían en el río o que más nunca volvían a ser vistos, épocas en las que en la costa, el comandante 40 obligaba a votar por Uribe, en esa época el temor se apoderaba de los ciudadanos y era mejor estar abrigados con quien tenía el poder, y en ese poder su cielo, en el que era tan adorado y venerado por quienes ven en este oscuro personaje el mesías prometido para acabar con lo que dejó Pastrana.

Hoy nos habla Duque de una reconciliación entre Colombianos, reconciliación que no podrá ser jamás, mientras Uribe y sus amigos quieran seguir en el poder a como dé lugar, incluso con mentiras como en el plebiscito y en las recientes presidenciales, cuando nos dijo que seriamos Venezuela. Lastimosamente, seguimos siendo Colombia, ese país irreconciliable en el que sus líderes se pelean, se insultan a diario, lanzan mentiras y bofetadas contra la paz. Todo porque el origen de todos los males se dio en el momento que el gran colombiano de la National Geographic se le dio por cimentar su pequeño cielo en la tierra a como diera lugar.

Perlas:

  • La agenda del país no puede seguir siendo Santrich o Andres Felipe Arias, dos bandidos que delinquieron, el uno huyendo dándole una patada al proceso de paz como bandido que es y nunca dejara de ser y el otro como bandido de cuello blanco huyendo de la justicia Colombiana luego de que fuera condenado. Colombia debe hablar de los problemas que a todos nos afectan, como la salud que se roban con la corrupción y por la cual mueren muchos.


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